Comentarios noticiables | ¿Quién mina ideales de paz y seguridad...

mundiales? Pues solo una: la administración de Donald Trump

01/11/2025.- Estados Unidos (EE. UU.) atenta contra los ideales de paz y seguridad mundiales. Hoy vemos al presidente de esta gran potencia nuclear, Donald Trump, emitir amenazas contra Venezuela con el cinismo y la desfachatez de llamarla una nación promotora del narcotráfico, sin presentar evidencia alguna. Al respecto, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, manifestó total rechazo a las rebuscadas y malévolas intenciones de dicha administración. Ignora el mandatario estadounidense, demagógica y pérfidamente, que manchar con tales argumentos la verdadera historia de Venezuela y la de su propio poder ejecutivo, del que está encargado por el término de cuatro años, constituye una flagrante violación al juramento que prestó cuando fue investido como el 47.º presidente de Estados Unidos, el 20 de enero de 2025, hace más de nueve meses. Aseguró Maduro que la administración Trump organiza toda su agresión contra Venezuela con la recomendación de la DEA (Drug Enforcement Administration), el mayor cártel de la droga en el mundo.

El presidente Trump, a la sazón el gran responsable de la crisis política más rapaz y agresiva que el imperialismo norteamericano haya provocado en Venezuela, ha disminuido la poca amistad entre ese país y el nuestro. Pone en práctica sistemáticamente ataques y truculencias contra el gobierno del presidente Maduro, a saber: la Orden Ejecutiva 13.692 de Barack Obama, del 8 de marzo de 2015, que declara que Venezuela representa "una inusual y extraordinaria amenaza para la seguridad nacional y la política exterior de EE. UU.", la cual se ha venido aplicando durante cuatro administraciones de la Casa Blanca. Con ello, Washington ha logrado agredir a la Revolución Bolivariana en lo político, económico y geopolítico.

Entretanto, la contrarrevolución, tanto interna como externa, pensaba que, por fin, tendría el poder en Venezuela al alcance de su mano. Por cierto, la contrarrevolución local, emborrachada de traición a la patria, está de acuerdo con todos los pronunciamientos contra Venezuela expuestos por el emperador norteamericano Donald Trump. Ha sido de mucha satisfacción para ella el que la Casa Blanca estacione una presencia militar en el Caribe contra todo pronóstico, a sabiendas del peligro que esto representa para la estabilidad de la República Bolivariana de Venezuela y demás regiones de América Latina y el Caribe.

En la actualidad, Venezuela actúa con la mayor mesura y decididos esfuerzos por mantener al país libre de drogas. La ONU y hasta la misma DEA lo reconocen, aunque ello quizá no obedezca a los deseos de esta última. El embajador de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, advirtió el martes 28 de octubre de 2025 que Venezuela está amenazada militarmente por EE. UU. con barcos, portaaviones y un submarino nuclear. Este escenario ha obligado al presidente Maduro a actuar con celeridad, adoptando medidas defensivas. Decidió junto a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) comenzar los ejercicios estratégicos Independencia 200. Su objetivo general es la continuación del nivel de preparación y cohesión de los órganos de dirección y de mando en todas las instancias, tropas, economía, el método nacional de inteligencia y contrainteligencia y otros componentes del sistema defensivo nacional. Todo ello responde a la amenaza real del gobierno norteamericano, por voz de su presidente, Donald Trump, al proferir amenazas para atacar por aire, tierra o mar a aquellos países de América Latina y el Caribe (zonas de paz) desafectos a la política exterior estadounidense en dicha región.

Al respecto, Trump se refirió calumniosamente sobre Venezuela, acusándola de estar conectada con el narcotráfico, pero sin aportar ninguna prueba pertinente. De este modo, ha obligado a nuestro país a estar al frente con una disposición defensiva y, en última instancia, hasta combativa.

En la vecina isla de Trinidad y Tobago, la primera ministra, Kamla Persad-Bissessar, otorgó licencia amplia a la CIA y al Comando Sur de EE. UU. para realizar ejercicios militares en ese país, en medio de la agresión a Venezuela, con un plan de falsa bandera de la CIA desde esta isla. Con el propósito de sembrar pánico en la población civil nacional, se ordenó el desplazamiento de un buque destructor y el portaaviones USS Gerald Ford, portador de misiles con ojivas nucleares, lo cual constituye una situación en extremo peligrosa. El sistema de defensa nacional de Venezuela tiene bien clara la necesidad de no descuidarse jamás. La historia enseña con demasiada elocuencia que los que olvidan las pretensiones del imperialismo norteamericano no sobreviven políticamente a ese error.

Estados Unidos no le tolera a Venezuela el que haya suscrito tratados de Estado con la República Popular China y la Federación de Rusia. A través de ellos, sustenta los derechos humanos, el pluralismo, la democracia, el derecho internacional y a vivir en paz y el ser diferente al fascismo, el nazismo y el sionismo. Nuestra nación rechaza el absolutismo, el imperialismo y el dogmatismo, y es respetada y aceptada en el ámbito estatal por su justicia, imparcialidad en la legislación, en la aplicación de la ley y en el ejercicio de los poderes administrativo, judicial, electoral y participativo. Su gente disfruta de oportunidades económicas y sociales sin ninguna discriminación. Todo esto con el objeto de que se establezca un socialismo a la venezolana.

Venezuela, pese a la agresión del gobierno de EE. UU., quiere vivir en paz y aspirar al mundo fiable y seguro que necesitan todos los venezolanos, sus hijos y nietos, para que puedan adquirir y conservar los fundamentales derechos al trabajo, la dignidad, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

Señor Donald Trump, nosotros los venezolanos confirmamos que ante cualquier ataque de su administración, tomaremos una decisión justa.

 

J. J. Álvarez


Noticias Relacionadas