Letra invitada | Fotografía de la memoria, de Gregorio Valera-Villegas
01/10/2025.- Fotografía de la memoria, de Gregorio Valera-Villegas, contiene catorce relatos que muestran los talentos de su autor: una amplia cultura, una escritura clara, capaz de evocar poderosamente situaciones y sentimientos, una imaginación sorprendente y un espíritu rebelde que no necesita estridencias para afirmarse. Gregorio Valera-Villegas habla con soltura de diversos puntos geográficos y diversas épocas; eso solo puede hacerse con un conocimiento profundo de la historia, de la literatura, de la filosofía y, también, de la cultura popular.
Los escritores tienen como base para la construcción de su obra lo vivido en primera persona y lo observado en otros, y por ello son tan importantes los viajes y las aventuras; pero no menos importante como materia prima es la cultura. Gregorio Valera-Villegas se basa en su conocimiento de la historia del siglo XX para entregarnos relatos como "Amor a destiempo" o "Recibida la orden", donde aborda con fundamento situaciones históricas y, además, están bien narrados y llenos también de pasión. Sin embargo, en Fotografía de la memoria, Gregorio no hace historia, filosofía o sociología, como lo hace en sus libros de ensayo; sino que esas disciplinas le sirven como base para crear narraciones poderosas, sugestivas y placenteras de leer; es decir, verdadera literatura.
El primer relato del libro trata de un encuentro entre Sócrates y Cantinflas, donde nos revela la semejanza oculta entre ellos: ambos son irreverentes, callejeros, rebeldes, desaliñados, despreciados por "la gente de bien", pero, sobre todo, son grandes sabios y maestros en el uso del verbo. Justamente, encontrar el parentesco entre personajes tan distantes y en apariencias distintos nada más podía hacerlo un conocedor de la historia de la filosofía que, además, es un amante y conocedor del cine mexicano; es decir, alguien de una gran erudición, que conoce por igual la llamada alta cultura y la llamada cultura popular.
Aun así, Gregorio Valera-Villegas también posee las herramientas de un buen narrador. En el cuento del que hablamos, empieza describiendo a un hombre que tiene todas las características de Sócrates y, como lectores, nos dejamos llevar por esa hipótesis. Sin embargo, en el segundo párrafo nos habla de sus pantalones a punto de caer, de su sombrero de "peladito de barrio" y de la "gabardina". Entonces, uno entiende de inmediato que en realidad habla de Cantinflas. Con este engaño, hacernos creer que describe Sócrates cuando en realidad describe a Cantinflas, hace visible la enorme semejanza entre ambos. A partir de ese momento, quedamos enganchados, seguros de que este libro estará lleno de sorpresas y de ingenio.
La erudición del autor lo ayuda a superar el provincianismo de muchos escritores, que nada más hablan de la aldea en la que habitan, tanto como el falso cosmopolitismo de quienes solo hablan de realidades extranjeras, generalmente europeas, para renegar de su patria. Fotografía de la memoria es un libro de mirada amplia, que conjuga de manera feliz a Venezuela con el mundo, que va de un filósofo de la antigua Grecia a un vendedor de helados en los Andes venezolanos.
Por último, en varios relatos, Gregorio deja ver su postura política, pero lo hace sin gritar, sin caer en el panfleto y la consigna, sin caer en sensiblerías en las que, lamentablemente, se suele caer cuando se trata de denunciar injusticias o sostener principios. Con elegancia, con inteligencia y con humor, el autor presenta situaciones sociales y políticas donde permea su compromiso con las causas más nobles. No se crea que por su profundidad intelectual estamos ante una escritura fría. Todo lo contrario, en ella trasluce empatía con el dolor de los perseguidos, la alegría que viene de un chiste ingenioso, la risa con la situación absurda y cierta nostalgia ante lo ausente, ante lo que solo queda en la memoria.
Por todas estas razones, estoy seguro de que Fotografía de la memoria es una muestra de que inteligencia e imaginación, conocimiento y creatividad no están reñidos, sino que son complementarios; una feliz conjunción de ingenio y oficio.
Ismael Hernández
Valera-Villegas, G. (2025). Fotografía de la memoria. Caracas: Monte Ávila Editores.