Mundo alerta | EE. UU.
"O destruimos la droga o ella nos destruirá a nosotros"
10/11/2025.- Hace más de medio siglo el presidente norteamericano Richard Nixon hizo un pronóstico sombrío:
La adicción a las drogas es el enemigo público número uno de Estados Unidos. El problema ha asumido las dimensiones de una emergencia nacional. Si no podemos destruir la amenaza de las drogas en Estados Unidos, seguramente nos destruirá a nosotros.
Más de medio siglo después, el presidente Donald Trump dice: "Es hora de liberar a nuestras comunidades de este flagelo de la adicción a las drogas".
Ambas opiniones —entre otras muchas— reflejan la tardanza del presidente Donald Trump en pasar de la amenaza a la acción contra el narcoterrorismo.
La primera razón es el fracaso de las operaciones encubiertas ordenadas al FBI para detectar el modus operandi de la supuesta o real exportación de drogas hacia Estados Unidos.
Segunda: es imposible atacar desde la frontera a un enemigo dentro de su país (a menos que lo invada).
Tercera: los problemas solo se pueden resolver desde el origen (supuestamente, Venezuela) hasta su consecuencia (Estados Unidos).
Cuarta: Trump no cumple el requisito de credibilidad que exige la comunidad internacional para apoyarlo: el objetivo debe ser visible, no imaginario.
Quinta: cualquier arma contra el narcoterrorismo externo es inútil mientras sea respaldado por cárteles en territorio norteamericano.
Sexta (y más importante): EE. UU. nunca implementó medidas efectivas para eliminar la drogadicción, lo que permitió a los cárteles consolidarse en veinte estados y en Washington, la capital, según la Evaluación Nacional de la DEA (2024).
En ese contexto, la cruzada bélica de Trump no pasa de ser una exhibición de musculatura en un gimnasio vacío.
Raúl Pineda

