Rostro de mujer | La fe cambió su destino de infortunio a empoderada

06/09/2025.- La fe cambió su destino de infortunio. Un antiguo proverbio de la cristiandad nos da un sabio consejo que reza: “El que se aleja de su hogar es como el ave que se aleja de su nido”. Una verdad del pasado que alumbra nuestro futuro e invita a reflexionar seriamente de cómo se está transitando la sociedad moderna actual y el rol importante que juega la figura paterna en la construcción de la nueva familia del siglo XXI en unidad, amor y paz integral.

Pero es lamentable ver y experimentar que muchas comunidades de la humanidad han dejado de lado los valores y principios que sustentan la prosperidad social y humana de los pueblos. Uno de esos factores es la ausencia del padre en la vida de un niño o niña en los hogares, el cual produce un impacto significativo en el desarrollo emocional, social y psicológico de los infantes, con problemas de autoestima, vivencias de soledad y dificultades en las relaciones interpersonales.

Hoy traemos a este espacio de Rostro de mujer, a Carmen Blanco, una fémina con talante, solidaria, cristiana y empoderada, como ella misma se define, quien desde muy niña tuvo un impacto profundo en su desarrollo, pues se crió solamente con su madre y sus hermanos. “Tuve una niñez fuerte, de mucho maltrato y por mi desconocimiento lo vine aplicando con mis hijos mayores, quizás por falta de consejos o sabiduría, volví a repetir mis infortunios y tragedias”.

En cuanto a su etapa de infancia rememoró: “Mi madre suplió todo, fue muy sobreprotectora, pues no quería que nos pasara nada. Trabajaba por nosotros, se esmeraba por darnos lo que necesitábamos para que no tuviéramos carencias materiales. Sin embargo, no me dio el amor que yo necesitaba, porque ella tampoco lo recibió y no sabía darlo”.

Evocó que, ante el hogar hostil en su niñez, tomó la decisión de irse de su casa para liberarse, “llegué a la calle y me defendí como pude, me junté con una persona y a los 16 años tuve mi primer hijo, yo era una niña con un niño en brazos. Fui vendedora ambulante, caminaba mucho y, lamentablemente, no pude culminar mis estudios”.

Se definió como una mujer trabajadora a tiempo completo, y servicial, en la actualidad apoya una loable labor por las inmediaciones del Nuevo Circo y, a través de un proyecto liderado por la Fundación Social Torre Fuente, ayudan a sectores vulnerables de la comunidad por el centro de Caracas.

“A través de esta fundación, dirigida por la pastora Isabel Molina de Fernández, tienen un comedor para personas en situación de calle, donde se atiende a la tercera edad, niños y jóvenes, que reciben alimento. Les damos comida a 200 personas, de lunes a viernes. Esta labor samaritana tiene un lugar especial en mi corazón, lo hago con amor”, narró emocionada la heroína Carmen Blanco.

Desde tempranas horas de la mañana, un equipo multidisciplinario prepara los alimentos, mientras otros limpian para tener todo listo desde horas del mediodía. “Gracias a esta labor, Dios me ha enseñado a amar a las personas, al verlos cuando llegan al comedor mi corazón se enternece y se pone pequeño. Cuando llegan me abrazan y me expresan su cariño, ellos forman parte de mi vida”.

Esta mujer virtuosa, guerrera y echada para adelante, agradece a la vida porque le permite asumir el compromiso de dar una mano al necesitado. Además, se siente una mamá orgullosa de sus cuatro hijos, pues ellos con sus diversas personalidades le han enseñado a ser madre, ya que cada uno aporta experiencias y perspectivas únicas que enriquecen la dinámica familiar.

En el marco de la entrevista, compartió que su esposo estuvo en el mundo de las drogas, producto de problemas durante su niñez, “fue un niño maltratado, él tocó fondo en ese mundo, después de un tiempo se perdió por 7 días, luego me llamaron y me dijeron que estaba en un centro de rehabilitación de cristianos, de ahí comenzó a restaurarse, hoy día es un hombre de convicciones profundas y un ciudadano de buenas obras”.

Quizás el relato de Carmen Blanco podríamos considerarlo como una experiencia más de cómo sobreponerse a las adversidades, pero es una historia digna de inspiración, una experiencia de fe y fuerza de voluntad que transforma la realidad triste de la vida en un tiempo apacible de paz, amor en familia y con nuestra comunidad misma. Su ejemplo nos recuerda que, con determinación y esfuerzo, es posible superar cualquier obstáculo y construir un futuro mejor para nuestros seres queridos.

 

Carmen Blanco, ejemplo de superación, amor y perseverancia

Nirman García Berbeo

Facebook e Instagram: @rostrodemujer1

 

 

 

 

 

 

 

 


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