La miss Celánea | Por el derecho de las madres a la paz

13/05/2025.- El pasado domingo celebramos el Día de la Madre, por lo que mi hija y mi esposo se pasaron varios días dándome muestras de amor que me llenaron el alma de alegría.

Alegría que no sintieron las madres de los migrantes venezolanos secuestrados por EE. UU. y enviados a El Salvador; alegría que no sintió la joven mamá de Maikelis, pequeña niña hija de migrantes venezolanos, secuestrada por el gobierno estadounidense, al igual que otras más de treinta mil niñas, y niños, de origen latinoamericano.

Alegría que no sentirán las madres palestinas; ni aquellas, ya ancianas, que llevan décadas siendo desplazadas, humilladas, privadas de la satisfacción de sentar a su familia a comer junta en una misma mesa, bajo el cálido techo de un amoroso y estable hogar; ni aquellas cuyos hijos han sido brutalmente asesinados; ni aquellas cuyos hijos viven al filo de una muerte que les acecha cada instante de sus dolorosas vidas; ni aquellas cuyos hijos desnutridos reposan su hambre con la mirada perdida en algún recóndito rincón de la desesperanza; ni tampoco aquellas cuyos cuerpos descompuestos yacen bajo los escombros de sus casas, o que viven el infierno en vida de los centros de tortura en el artificial y genocida Israel.

Digo todo esto no para arruinarles el recuerdo de su Día de la Madre, sino para invitarlas a disfrutar cada día de la paz de sus hogares, de la alegría de sus familias, sin olvidar dedicar un poco, un algo, lo que sea, de memoria, amor y solidaridad hacia aquellas personas cuya realidad está muy lejos de parecerse a la felicidad, aun cuando su derecho a una vida plena es el mismo que tenemos cualquiera de nosotras.

Todas las madres del mundo queremos una sola cosa: ver crecer a nuestros hijos en salud y en plenitud. Alimentarlos, arrullarlos, abrazarlos, acompañarlos…

Ningún misil es más favorable al imperialismo que la indiferencia de los pueblos ante el dolor de los oprimidos. El sufrimiento de una madre debe ser el sufrimiento de todas las demás. En nombre de las maternidades asediadas, vulneradas, aniquiladas, todas las madres del mundo exigimos paz, justicia y reparación.

 

Malú Rengifo


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