Al derecho y al revés | Promesas útiles

31/12/2025.- Con este siglo se abandonaron paulatinamente los viejos modos y costumbres que arrastrábamos los venezolanos desde que, pese a ser parte del imperio español, éramos tratados como simples colonias.

Algunas de estas tradiciones en realidad no han debido desaparecer, no solo por ser parte de nuestro acervo cultural, sino porque son simpáticas y no le hacen daño a nadie.

Una es la acertada elaboración de listas donde cada persona —o sus amigotes— colocaba los pequeños o grandes defectos a eliminar a partir del 31 de diciembre a las doce de la noche.

Por supuesto que por tratarse de listas elaboradas en diciembre, en ellas solían colocar la promesa islámica de abandonar la bebida.

Viniendo de sociedades machistas, los caballeros prometían por lo general dejar de flirtear con mujeres distintas de sus parejas.

Ingenuamente, pensaban los que elaboraban esos listados que las damas no eran capaces de tomar venganza ante los aburridos con los que se casaron.

Ojo: los registros de promesas eran muy parecidos, sin distingo de diferencias políticas, económicas o sociales...

Eso cambió con el advenimiento del siglo XXI. Influidas, y mucho, por la polarización política y acentuadas por la caída de Occidente que hoy vivimos, las listas se ven afectadas por este u otro partido. En ellas también incluyen agentes foráneos, como el presidente Trump, quien, en la mayoría de los casos, aparece como un miserable que estaría mejor muerto y acompañando a Satanás, aunque en otros lo ponen como un salvador.

Vista tal situación, pienso que debemos evitar echar leña al fuego. Propongo, por lo tanto, una lista neutra, aceptable para unos y otros. La única condición es que nos sintamos patriotas quienes tenemos como meta el progreso de una Venezuela en paz.

Entonces, propongo que los venezolanos, en vísperas del nuevo año, nos comprometamos a respetar las leyes, y si alguna no es de nuestro gusto, busquemos cómo modificarla en lo necesario o derogarla, que para eso están los diputados… generalmente sin oficio.

Comencemos con la ley que rige el tránsito, es decir, que automovilistas, motorizados, peatones, conductores de vehículos policiales o militares y ciclistas nos comprometamos a respetar las luces del semáforo.

En segundo lugar, que todos paguemos los impuestos que son el diezmo cobrado por el Estado para poder funcionar, en especial ahora que no se produce tanto petróleo como antes y somos más.

Este compromiso va en especial para los comerciantes que cobran el IVA y no lo declaran al fisco.

Sin ese pago, es ridículo exigir educación gratuita y de calidad para los muchachos, buenas carreteras y policías decentes.

Con estos dos propósitos basta para estar seguro de que vamos construyendo un país mejor.

Por lo demás, puede la población seguir bebiendo en exceso, montándonos cachos unos con otros y metiendo embustes. Esos defectillos serán incorporados en las promesas de años posteriores.

Primero la prioridad. ¡Feliz 2026!

 

Domingo Alberto Rangel

 


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