Memorias de un escuálido en decadencia | 2026

26/12/2025.- ¡Lo mismito que el año pasado! A nosotros, los que estamos en la clandestinidad desde que nuestra premio nobel de la promesa, perdón, de la paz, nos dijo que nos fuéramos a la clandestinidad, nos va a costar una bola salir a darles el feliz año a nuestros familiares y amigos, porque la policía de la dictadura nos puede agarrar mansitos y con los brazos abiertos dando un feliz año patí, un feliz año pamí. Aunque la vaina no ha terminado todavía, el compañero Trump, navegando en ese peo que tuvo y tiene en la isla de Epstein, ahora volvió a reclamar a Groenlandia y eso es lo que nos jode, que se ponga a buscar la libertad de otra gente y se olvide de la libertad de nosotros, que estamos deseando que venga por fin lo que tenga que venir, pero, eso sí, que no nos jodan a nosotros. Antes se creó una bomba que llamaron Solo Matagente que, por lo visto, fracasó, porque no se la han tirado a nadie. Hay gente por todas partes. Esa bomba habría que reprogramarla para que ataque solo a la gente de la dictadura y nos deje a nosotros en paz. Eso sería del carajo. Ahí el ejército de nuestra segunda patria se pondría por encima del ejército de Rusia, que es el mejor de la pelotica del mundo que queda, según dicen los analistas, que hay por montones. Lo que sí esperamos es que, en el 2026, no nos sigan mintiendo, porque... Ábreme la puerta, mi negra, que me estoy mojando y ya no aguanto más este aguacero...

Tenemos que recapacitar (si se puede) y, al finalizar el 2025, analizar la vaina que hemos hecho. Nosotros creemos que los que nos han jodido son los asesores que tiene la compañera María —Súmate— Machado. No es posible que pongan a decir a la premio nobel de la promesa, perdón, de la paz, que en Venezuela el 60% de la población tiene que ver con el narcotráfico. ¡Coño, mi compañera, a usted se le fue la mano y la boca en esa vaina! Si esa vaina es verdad, entonces también tienen que jodernos a nosotros, porque aquí no hay 60% de gente a favor de la dictadura. Esas declaraciones nos joden la credibilidad. Después tenemos que salir con ese montón de robots o bots, o como se llamen, en las redes sociales, a desmentir esa pendejada; es decir, que ella no dijo lo que dijo y donde digo "digo", no es que digo lo que digo. "Tarde piaste, pajarito", diría el compañero Luis Herrera Campins, a quien Dios tenga en la gloria comiendo Torontos. Para burlarnos de nosotros mismos (que eso nos parece bueno), decimos que somos la gente decente y pensante del país, (cosa que es verdead), pero lo que pasa es que, si recopilamos las declaraciones de la compañera premiada y hacemos una antología, nos encontraremos con un montón de lugares comunes y de promesas de cumbiambera, pero de fondo no hay un carajo. No hay carne. ¿Dónde está la carne? (Where's the beef?), como decía aquel comercial de McDonald's. Tenemos el cerebro, la cabeza, el conocimiento, el cacumen, para sacar a esta gente del poder, y no hemos podido porque somos malos que jode. Por eso necesitamos que Trump solo salga y que se lleve el petróleo y las tierras y, sobre todo, a los chavistas, para que lo jodan bastante allá y nos dejen gobernar con Edmundo González, que, de paso, ojalá que tenga un feliz 2026.

El papá de Margot llegó y nos vio y nos gritó desde la puerta: "Feliz Navidad, pajaritos, que estaban esperando comerse las hallacas sin el dictador y ahí está el dictador, cenando con un gentío en Miraflores. 'La casa del pueblo' la llaman ahora, y a ustedes ni los invitaron, porque ustedes no tienen cara de 'pueblo unido jamás será vencido'. Les voy a decir una vaina: si el año que viene comienzo a escuchar las mismas vainas que escuché este año y el anterior y el anterior y el otro, se jodieron conmigo. Me quedo tranquilito y sigo cobrando mis bonos y mi CLAP y no sigo en esta pendejada, porque como diría el compañero Luis Herrera: 'Bueno es el cilantro, pero no tanto'". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "Dale una feliz Navidad a esa puerta y déjala en paz, muérgano".

—Otra vez entre pólvora y humo, tu espada está naciendo... —me declama Margot.

 

Roberto Malaver


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