Pluma acústica | La Navidad salsera (parte II)
25/12/2025.- En el capítulo anterior de Pluma acústica, el primero dedicado a la Navidad salsera, presentamos el disco Asalto navideño de Willie Colón y Héctor Lavoe. En esta ocasión lo hacemos con el álbum Feliz Navidad de Ismael Rivera, el “Sonero Mayor”.

Si bien Asalto Navideño es el disco que definió “cómo suena” la Navidad para el mundo salsero, gracias a la genialidad de Colón de introducir el cuatro puertorriqueño en un contexto musical urbano y agresivo, Feliz Navidad es una joya de culto que eleva la música afroboricua a un nivel de sofisticación técnica y espiritualidad que pocos han alcanzado.
El disco está dominado por la bomba y la plena, ritmos de la costa y el barrio, pero también por el uso experimental de guitarras eléctricas, lo que le otorga una elegancia cosmopolita y psicodélica sin perder la “mancha de plátano”.

Para mediados de la década de 1970, Ismael Rivera ya era una leyenda viva, pero su estilo con su orquesta Los Cachimbos había madurado hacia un sonido más denso, experimental y profundamente rítmico.

En 1975, bajo el sello Tico Records, lanzó el álbum Feliz Navidad. En este disco, Ismael no busca simplemente “cumplir” con la temporada, busca integrar la tradición de la bomba y la plena con la salsa dura que dominaba las calles de Nueva York y del Caribe urbano. Feliz Navidad es una obra que se aleja de los villancicos y aguinaldos tradicionales para ofrecer una crónica social y musical de la identidad caribeña.
El Trabuco de Maelo
Para profundizar en Feliz Navidad, es necesario mirar debajo del capó y observar la maquinaria musical que acompañó a Ismael Rivera en esta grabación. Si bien el disco fue grabado con Los Cachimbos, hubo algunas adiciones de gran importancia que reforzaron el ya potente y particular sonido de la orquesta de Maelo.
La sección de metales es de primer orden, integrada por el legendario Barry Rogers en el trombón, Larry Spencer en la trompeta y Pedro González en el saxofón. Sin embargo, probablemente el refuerzo más importante fue Andy González en el bajo. González es fundamental en esta obra con ese tumbao que aporta una base rítmica que camina con una profundidad casi hipnótica.
Una característica particular de este disco es el uso de la guitarra eléctrica, un detalle poco común en discos navideños de salsa. Participan dos guitarristas de gran talento: Vinnie Bell y Steve Monge. El estilo de ambos es muy parecido, minimalista y rítmico, pero con una presencia que genera una atmósfera psicodélica al sonido rural de la percusión.
El coro está conformado por una pléyade de cantantes: Yayo “El Indio”, Sammy Ayala, Adalberto Santiago y Rubén Blades. La guinda del pastel es el mismo Sonero Mayor con su manejo impecable del tiempo, la cadencia, la afinación y la improvisación.
En contraste con la carátula del disco Asalto Navideño, donde vemos a Willie y a Héctor en un contexto de crimen urbano en época decembrina, la de Feliz Navidad es sencilla y tradicional, presentando un humilde pesebre de cerámica sobre una tela de yute. Esta imagen grafica el contenido del álbum a la perfección: poderoso y popular.
Repertorio
Quiero a mi pueblo es una plena-guaracha que abre el disco con nostalgia. Es un canto de añoranza del migrante que quiere regresar a su tierra para las fiestas de Navidad. Una tarjeta postal es un bolero-son con la cadencia única de Maelo, donde su fraseo característico brilla al narrar la melancolía de la distancia; mientras que Vengo del campo destaca la conexión con lo rural, aunque con la fuerza de los metales de Nueva York.
Seis de Borinquen es uno de los temas más ricos rítmicamente. Maelo utiliza su voz como un instrumento de percusión más, demostrando por qué es el “Sonero Mayor”. Mi tía María, una crónica social pícara sobre una tía que solo bebe licor en Navidad, es un retrato costumbrista que resuena en cualquier hogar caribeño. Llegó Navidad, es el anuncio festivo con el swing de Maelo y Los Cachimbos.
Navidad de nuevo es un tema que refuerza el ciclo de la tradición y la fe cristiana; Mientras que Bomba de Navidad es el clímax del disco. Es una bomba sicá que rompe con los esquemas de la salsa comercial de la época.

Feliz Navidad no es un disco que se guarde el 7 de enero. Ha perdurado porque Ismael Rivera logró humanizar la Navidad. En sus interpretaciones hay alegría, sí, pero también hay una honestidad brutal sobre la pobreza, la soledad y la esperanza de los sectores populares.
Maelo no solo nos deseó Feliz Navidad; nos entregó un espejo sonoro de lo que somos. Es un disco que merece ser escuchado con atención para entender la evolución de la música del Caribe más allá de las fórmulas comerciales.
Kike Gavilán
