"La muerte que no fue": ficción que rescata memoria histórica nacional
El libro explora relaciones históricas entre Venezuela y el País Vasco desde la ficción
16/12/25.- En un encuentro íntimo y revelador presentado en el lobby del Hospital Universitario de Caracas (HUC), el Doctor y autor Luis Lira Ochoa presentó su más reciente obra, "La muerte que no fue", una novela corta que navega entre el thriller político, la investigación detectivesca y la memoria histórica de Venezuela.
Durante el acto, estuvieron presentes distintas autoridades del Hospital Universitario de Caracas, entre ellas, la Dra. Isabel Iturria Caamaño, el Dr. Miguel Ángel de Lima, ambos colegas fueron los encargados de realizar las correcciones del texto, compartiendo el escenario para desentrañar los múltiples niveles de la narrativa.
Primeramente, Lira Ochoa detalló que la novela se sitúa en un momento crucial de la transición política venezolana, "cuando llegaba un nuevo presidente, se abrían nuevas esperanzas. Sin embargo, en las sombras, una policía política contaminada por viejos métodos actuaba para sabotear al nuevo gobierno. El mecanismo elegido: un expediente fabricado contra unos curas jesuitas, curas vascos, que trabajaban como curas obreros en Venezuela, con el objetivo de dañar las relaciones entre Venezuela y España”. Pues es así, como la trama persigue tanto a estos religiosos como a los venezolanos que se relacionaban con ellos, tejiendo una investigación que revela trampas policiales y una inteligencia narrativa que atrapa al lector.
Desde la opinión de los lectores, el género de este libro, va más allá del policial, pues con análisis del autor y el corrector, se logró destacar el profundo sustrato histórico y cultural del libro.
“La muerte que no fue”, es la continuación de una suerte de trilogía histórica. La cual lleva en primer lugar, "Pluma Negra", esta se encuadra en los años cincuenta y aborda el mundo rural y las peleas de gallos en la futura Faja Petrolífera del Orinoco, mostrando las luchas por la tierra. La segunda, "El rostro de un enigma", salta a los años ochenta para seguir a jóvenes que sueñan con migrar, con escenarios como la Universidad Central de Venezuela (UCV). Esta tercera novela, que abarca el final de los noventa y el inicio de los 2000, completa un mosaico del siglo XX venezolano visto desde "las pasiones humanas y las relaciones interpersonales", ámbito que De Lima, como psiquiatra, supo apreciar.
Desde la opinión del Dr. De Lima, “esta novela tiene mucho que ver desde el punto de vista histórico y geográfico, muy concretamente con el País Vasco. La conexión no es casual: desde figuras fundacionales como Simón Bolívar (de ancestros vascos) y otros próceres con apellidos como Anzoátegui y Urdaneta, hasta la gastronomía”.
Lira Ochoa agradeció con humor esta presentación, invitando a los lectores a encontrar cualquier detallito restante para una futura edición, pues “mientras el autor esté vivo, el libro puede seguir corrigiéndose y reescribiéndose”.
En modo de cierre, el autor Lira Ochoa reflexionó sobre el impulso que lo lleva a escribir. Negándose a ser etiquetado de "escritor o poeta", porque desde su interpretación se definiría como alguien que hace el intento, sobre todo por contar.
“Mis novelas son un acto de protección de la memoria familiar y nacional. "Pluma Negra"* nace de los relatos de sus abuelos; "El rostro de un enigma", de las historias de migración de su hermano en los ochenta, espejo sorprendente de la diáspora actual; y esta última obra recoge recuerdos de un tiempo político convulso.
A través de la ficción, Lira Ochoa insiste en un tema recurrente: la reivindicación de la inteligencia y valía del venezolano, mestizo y diverso, frente a los prejuicios, tal como lo vislumbró Bolívar.
La muerte que no fue, se erige así como una invitación a la lectura amena, pero también a un viaje por los pasillos de la historia política, los puentes culturales con Euskadi y la complejidad del alma humana, todo ello respaldado por el rigor de una corrección de altísima calidad.
ARIADNA RIVERA / FOTOGRAFÍA: AMÉRICO MORILLO / CIUDAD CCS

