Historia viva | Navidad en la independencia
17/12/2025.- Caracas durante el siglo XIX era mucho más fría de lo que es en la actualidad. Posiblemente, la temperatura en diciembre promediaba entre diez y doce grados centígrados. El edificio más alto era la catedral y no había carros.
Desde el inicio de la guerra en 1812, las celebraciones religiosas y familiares se vieron reducidas a los que podían tener recursos para una Navidad mucho más religiosa, visitas a la Iglesia y uno que otro nacimiento en algunas casas de Caracas. Mientras tanto, la población estaba empobrecida, sufriendo de hambre, con las cicatrices del terremoto y el asedio que España impuso desde que el pueblo venezolano exigió su derecho a la independencia.
La época navideña, esos años tuvo altos y bajos durante las idas y venidas de los patriotas y realistas, pero la guerra cruel y la conducta despiadada de los españoles hacia los criollos tuvo el signo del terror en 1814, cuando Boves devastó Caracas. El hecho provocó la retirada de las familias de la capital hacia oriente para buscar el apoyo de los patriotas de esa región.
Probablemente, muchas de esas noches decembrinas de 1814 fueron festejadas con aguinaldos y villancicos orientales en las iglesias de Barcelona y Cumaná, mientras Caracas permanecía desolada y triste.
¿Se comía hallacas en el siglo XIX, durante la guerra? Sí. ¿Se asaba pernil? Sí, pero el cochino entero. Los que podían disponer de ese animal y tener sosiego cuando no había hostilidades, en las áreas periféricas, pudieron celebrar la Navidad con tranquilidad. En los perímetros de Caracas, los Altos Mirandinos, la Guaira, Carayaca y las zonas montañosas como El Junquito o más allá, es probable que cobijaran a familias que huían de la guerra.
Recordemos que el origen del plato navideño conocido como hallaca es una creación popular, en especial, de las cocineras negras, hecha con los sobrantes de las mesas mantuanas y que luego se instituyó entre la población en general como plato navideño. Inicialmente, era una comida que la preparaban las esclavizadas en cualquier momento del año.
Debemos reconocer que lo que hoy algunos llaman "comida mantuana" no es del todo cierto. Las señoras propietarias no se dedicaban a hacer comidas. De eso se encargaban las mujeres esclavizadas, negras o indias en servidumbre, que realizaban el trabajo doméstico. Era un orden social en el que las mantuanas ordenaban y disponían de la voluntad de las mujeres de servicio para realizar tareas del hogar. Seguramente estas señoras daban ciertas indicaciones a la servidumbre sobre la cantidad de sal, el sabor u otro capricho culinario, ¿pero meterse en la cocina y ahumarse su pelo o traje? Jamás.
Sin embargo, debemos considerar que algunos platos navideños usuales en esta época —como los quesos importados, salchichones y almendras, entre otros alimentos, o el vino y las bebidas traídos desde Europa— fueron parte de los componentes de la mesa festiva de los propietarios, pero con exclusividad para las familias pudientes que podían darse esos lujos. El resto de la sociedad se hizo de sus propios recursos culinarios, fundamentando un registro variopinto de comidas autóctonas o expresiones culinarias de la mezcla étnica.
¿Escuchaban los caraqueños música navideña? Sí. Así lo indicó el musicólogo y maestro Diego Silva Silva cuando conversamos al respecto. Señaló: "El venezolano siempre fue proclive a celebrar las fiestas sacras como le diera la gana. Por eso, la cultura musical navideña más extensa que existe en el continente americano, y quizás en el mundo, está en Venezuela".
Preciso lo que dijo el intelectual cubano Alejo Carpentier en el libro Visión de Venezuela, editado por Monte Ávila Editores en 2014, donde señaló: "Venezuela es un país que puede mostrarse orgulloso de haber conservado, con sorprendente vitalidad y carácter propio, la tradición encantadora de los villancicos, aguinaldos y parrandas, que en un tiempo acompañaron, en todo el mundo cristiano, las festividades pascuales".
Más adelante, el profesor y director de orquesta Silva Silva indicó:
… todo eso surge a mediados del siglo XIX, un poquito entre la independencia y ya un poco más adelante. Fue, déjame decirte, Rafael Izaza... uno de los que hizo canciones patrióticas... [él y] sus hijos fueron toda una escuela, que hicieron todos esos aguinaldos que tú escuchas ahora en este momento. Los [aguinaldos] antiguos son de ellos. Eso fue a mediados del siglo XIX.
Silva Silva se refiere a las recopilaciones del maestro Vicente Emilio Sojo. Las mismas recuperaciones que él hizo, descubiertas en el siglo XX y XXI, son tesoros musicales navideños y patrióticos que muestran lo que creaba y escuchaba el pueblo venezolano en cantos populares alusivos al tiempo de la natividad.
Precisó Silva Silva que
... el clero siempre protegió las cuestiones de la Iglesia, que se cumpliera el ritual ortodoxo, romano, católico, ortodoxo, y el papa tuvo que dar permiso a tres países de América para que hicieran aguinaldos. Somos los únicos, o sea, Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana, a los que les permitieron los cantos de aguinaldos y que estos se escucharan en las misas dentro de las iglesias.
Hubo abundantes creadores y creaciones musicales en la Navidad de origen popular; es decir, el pueblo creyente creó aguinaldos y cánticos que requirieron la autorización del clero para poder ser interpretados en las iglesias. Bolívar debió haber escuchado seguramente todas estas músicas alusivas a la Pascua.
Así lo destacó el musicólogo venezolano.
Ciertamente, Bolívar, de muchacho, debió comer hallacas y escuchar aguinaldos, dada su relación con Hipólita y su hijo Dionisio —ambos esclavizados de la Hacienda de los Bolívar en San Mateo—, a quien Bolívar consideró su hermano.
Aldemaro Barrios Romero
