Al derecho y al revés | Navidad sin Trump
17/12/2025.- Llama la atención que, mientras en nuestro país la gente poco menciona en sus conversaciones la invasión militar con que —abusivamente y sin ninguna legalidad— nos amenaza Donald Trump, en otros lugares donde hoy viven venezolanos —sobre todo en el estado de la Florida de los Estados Unidos— dan por sentado día, fecha y hora en la cual "el suelo fecundo de la patria", para decirlo con las palabras que se atribuyó el Cabito, Cipriano Castro, sería invadido por tropas del imperio que hoy son los Estados Unidos.
Dado que tal predicción no se cumple —como viene siendo desde que el comandante Hugo Chávez fue restituido en su cargo de presidente—, entonces a los augures fracasados solo les queda explicar culpando a los venezolanos que seguimos viviendo en el país.
Somos algo así como "traidores", "vendidos por una caja de los CLAP" y cualquier estupidez semejante que se les ocurra.
Para esas gentes el patriotismo como valor no existe. Tampoco cabe que muchos venezolanos, antes de tomar una decisión, sopesen el estado de miseria material y moral en que han quedado países que fueron invadidos por tropas yanquis, países a los que previamente y mediante sanciones unilaterales e ilegales les destrozaron la economía, digamos la antigua Yugoslavia, Libia o Afganistán, y otros en los que financiaron golpes de Estado.
Son pocos los venezolanos emigrados que tienen esa posición, porque la inmensa mayoría de los compatriotas que viven en Miami o España salieron engañados, con el cuento de que, al salir de Venezuela, en pocos meses, comprarían carro y al año tendrían casa propia. Esa gente que salió del país con los pocos ahorros que lograron juntar, buscando mejorar su situación, se encontraron con que el "sueño americano" era y es un espejismo.
Esos millones de compatriotas son los que regresan deportados por Donald Trump, que así traspasa las culpas de sus políticas belicistas a unos seres que trabajan duro, haciendo lo que se tiene que hacer y que los gringos no quieren hacer, y cobrando, además, sueldos miserables muchas veces.
Sin embargo, el que en Venezuela la mayoría, aún afectados como estamos por las sanciones que dificultan el flujo de la economía, no se moleste o asuste por las pataletas de Donald Trump, tampoco significa que somos un pueblo irresponsable.
En primera línea, Venezuela tiene hoy día el mejor y más moderno equipamiento militar de Iberoamérica.
Desde la artillería antiaérea, pasando por las lanchas rápidas, los cohetes antibuques de última generación, el fusil AK 104 —que se fabrica bajo licencia en el país—, los cazas Sukoi y la valentía del venezolano, la patria está protegida.
Son más bien los planificadores gringos quienes se encontrarán con un territorio del que saldrán con la cola entre las patas si se les ocurre invadir. Gracias al presidente Maduro —quien, callado, lleva años modernizando con equipos rusos, principalmente, las FANB— y gracias al rechazo que en el mundo se viene dando a la paz yanqui, los Estados Unidos solo tendrían a Netanyahu de su lado.
¡Feliz Navidad!
Domingo Alberto Rangel
