Comentarios noticiables|Transgresión de la paz, la constante de Trump
Una ameza para toda la humanidad y los Estados
13/12/2025.- Las perspectivas del inquilino de la Casa Blanca hasta ahora en cuanto a la desestabilización de la paz y la seguridad internacionales llevada a cabo en la actualidad, desde un punto de vista estratégico, difícilmente pueden considerarse como alentadoras. La violación generalizada y persistente de los derechos humanos en el país norteño, y en gran parte de este planeta, se observa agudizada por el hecho de que sus presidentes (investidos con el Poder Ejecutivo) consideran que sus gobiernos pueden colocarse por encima y al margen del derecho internacional.
El actual presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Donald Trump, irrespeta el derecho internacional al mantener esa constante en la historia de esa gran potencia imperialista. La administración Biden provocó el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el 24 de febrero de 2024, asimilado luego por Trump y sus aliados para empantanar el casus belli. Contemos en el pasado y recientemente la injerencia norteamericana en Corea del Sur, Vietnam (en la década de 1960), la complicidad con el genocidio israelí en Palestina, Libia, El Líbano, Siria, Afganistán, Colombia (con nueve bases militares), Ecuador, Chile, Perú, Panamá, Guyana, etc., como una muestra clara del menosprecio por el derecho internacional, los derechos humanos y las normas de convivencia internacional. La prepotencia del gobernante norteamericano está unida a un exagerado arte de ganar la guerra para apoderarse de campos petroleros y así dominar las etapas del proceso de producción del petróleo —flujo en el yacimiento, producción en el pozo, recolección del crudo, separación del gas, almacenamiento del crudo, tratamiento, transporte por oleoductos, embarque a exportación...—, tal y como lo planea para Venezuela, que es como para sacarse la tajada, saqueando las más grandes reservas petroleras probadas de la Tierra, con unos 304 mil millones de barriles.
La operación militar de EE. UU. en el Caribe, cercana a las costas venezolanas, se inició el 19 de agosto de 2025, con el pretexto de combatir el narcotráfico. Este hecho ha constituido una amenaza para el pueblo venezolano, caracterizándose en un enmascarado acto de simulación para quebrantar la paz en Venezuela y abrir la puerta a una guerra civil o, por el contrario, invadir la patria de Bolívar. El objetivo sería desembarcar en el territorio para capturar al presidente venezolano Nicolás Maduro, con el apoyo de barcos con misiles, portaaviones con cargas nucleares, aviones y veinte mil soldados de las fuerzas armadas estadounidenses.
El desfile de ese armamento se llena de rugidos de motores a propulsión de aviones de combate y de malas vibraciones en aguas, tierras y espacio aéreo de Puerto Rico, Islas Vírgenes, etc. Por desgracia, aunque las guerras siguen siendo un negocio improductivo en el siglo XXI, esto no nos da ninguna garantía absoluta de paz. Jamás debemos subestimar la estupidez humana. Tanto en el plano personal como en el colectivo, los guerreristas norteamericanos son capaces de cualquier cosa, debido a que también son propensos a dedicarse a actividades autodestructivas.
La pasada declaración de Trump sobre sus facultades presidenciales, a las que debe sujetarse conforme con lo establecido en la Constitución de los Estados Unidos de América, demuestra su irresponsabilidad.
En el testimonio dado en la entrevista para la NBC News del día 4 de mayo de 2025, la destacada periodista de esta cadena de TV norteamericana, Kristen Welker, le preguntó éticamente si debía respetar la Constitución de los Estados Unidos de América, a lo que Trump respondió sin pelos en la lengua: "No lo sé". Esta inesperada contestación dista mucho de los tan cacareados supuestos esfuerzos hechos para el mantenimiento de la paz en el mundo sostenidos por el presidente Trump. A la vez, contradice el hecho de haber prestado el juramento que le tomó el presidente del Tribunal Supremo de los Estados Unidos en la ceremonia inaugural del inicio de la presidencia el lunes 20 de enero de 2025.
Habrá que recordar que Donald Trump juró solemnemente desempeñar con fidelidad el cargo de presidente de los Estados Unidos y preservar, amparar y defender su Constitución lo mejor que pudiera. En su discurso inaugural, esbozó la política que su administración espera desarrollar. A última hora, la Corte Suprema se pronunció por la inconstitucionalidad de la ciudadanía por nacimiento que sostiene Trump en contra de los inmigrantes.
Para que reine la armonía en el mundo, es esencial que sus habitantes acepten y respeten el carácter multicultural de la familia humana. Sin embargo, hay algo que no puede ignorarse: la inmerecida entrega del Premio Nobel de la Paz por el Instituto Noruego del Nobel en Oslo a la terrorista venezolana María Corina Machado. Las cinco personas que forman el Comité Noruego, electo por el Parlamento Noruego, y que decidieron declarar como ganadora a la señora Machado, obraron en contra de las normas del Estatuto Penal Internacional al favorecer a una persona que ha cometido diferentes tipos de delitos con total impunidad con el apoyo de Washington. Esto le ha dado carta blanca a la delincuencia organizada para que siga cometiendo delitos.
J. J. Álvarez

