ESPECIAL | Justicia de Paz despierta desde las raíces del pueblo
Tras un año de elección, los jueces comunales impulsan el protagonismo del Poder Popular
11/12/25.- Está por cumplirse un año desde que, el 15 de diciembre del año 2024, Venezuela fue testigo de un proceso electoral que, si bien se desarrolló en el ámbito comunitario, lleva consigo un peso histórico y una promesa revolucionaria: La elección de los jueces y juezas de paz comunal. Esta iniciativa, impulsada por la gestión del presidente Nicolás Maduro, no es una mera formalidad legal, sino el renacimiento de una institución histórica y la más profunda manifestación de la democracia participativa y protagónica en el Sistema de Justicia venezolano.
A través del voto universal, directo y secreto, miles de líderes vecinales fueron investidos con la responsabilidad de dirimir conflictos. El resultado, a juicio de los propios jueces, es el establecimiento de una "justicia cercana al pueblo", gratuita, rápida y altamente efectiva, marcando la diferencia entre el "elefante blanco" de la burocracia judicial y la sabiduría que surge desde la "catacumba" comunal.
El proyecto bolivariano que renace
Para comprender la trascendencia de esta jornada electoral, es necesario mirar hacia atrás. La Justicia de Paz no es una invención del presente, sino un proyecto que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, en su Artículo 258, se encargó de materializar.
El juez de paz Salvador Giménez (Circuito Comunal Pedro Lárez, parroquia El Paraíso) recordó esta visión histórica. "Cuando hablamos de los antecedentes históricos, cuando Bolívar allá en 1819 en el discurso de Angostura, el 15 de febrero, hizo la Constitución para crear la que llaman Gran Colombia... Ya él tenía esa visión y estableció que se nombraran jueces en cada comarca", nos relató al equipo periodístico de Ciudad CCS.
De hecho, la figura del juez de paz se remonta al Congreso de Angostura (1819) y la Constitución de 1830, donde el propio Libertador Simón Bolívar había ordenado: "En cada parroquia habrá un juez de paz… él debe oír a las partes sin figura de juicio, procurando transigirlas y reducirlas a concordia".
Aunque la figura cayó en desuso y fue suprimida durante el siglo XX por la centralización judicial, la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 la reintrodujo como parte esencial del Sistema de Justicia, sentando las bases para su reactivación y buscando una justicia desde y para las comunas. La Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal de 2012, junto con el Reglamento del TSJ de 2017 y la designación de una coordinación nacional en 2022, terminaron de pavimentar el camino hacia la elección masiva de diciembre pasado.
Marco teórico y base legal: La justicia del Poder Popular
La Justicia de Paz Comunal se inscribe en un profundo marco teórico de la democracia participativa y protagónica. El juez Ulises Castro (Comuna Socialista Antonio José de Sucre, El Guarataro, parroquia San Juan) enfatizó la distinción fundamental del modelo venezolano frente a experiencias internacionales. "La Justicia de Paz Comunal... tiene una gran distinción en Venezuela, que es el carácter de los jueces de paz vinculados al concepto de la democracia directa, participativa y protagónica, porque... el único país del mundo que elige a sus jueces de paz es Venezuela, y la importancia de eso es que le da a la Justicia de Paz Comunal una legitimidad de origen, profundamente democrática", explicó.
Su base legal se centra en el ya mencionado Artículo 258 constitucional, el cual exige la elección de los jueces por votación universal, directa y secreta. El marco jurídico, por su parte, lo establece la Ley Orgánica de Justicia de Paz Comunal, que regula su organización y funcionamiento. Esta ley establece que los jueces y juezas, electos por sus pares en el circuito comunal, deben tener al menos tres años de residencia y promover la convivencia pacífica.
El juez Castro agregó que esta circunscripción no solo forma parte del Sistema de Justicia, sino también de un "ámbito del Poder Popular". Esto significa que:
- Los jueces son facilitadores, ayudando al diálogo, mediación y conciliación.
- Los protagonistas son las partes, que asumen el ejercicio de la justicia para encontrar soluciones.
- La justicia se despliega en el espacio de vida, eliminando la burocracia de los "elefantes blancos" institucionales.
Experiencias transformadoras y la épica de la mediación
Tras el proceso de formación de tres meses (enero a marzo), que incluyó herramientas jurídicas y de resolución de conflictos, los jueces y juezas se sumergieron en una experiencia catalogada como "maravillosa e inesperada" por la jueza de paz, Marlene Colina.
El impacto en la vida cotidiana es innegable. Colina, abogada de profesión, describió la Justicia de Paz como una herramienta que ha eliminado la vieja premisa de que "el que tiene el dinero es el que gana", ofreciendo una solución totalmente gratuita y expedita. Su juzgado, el del Eje Cinco de El Paraíso, se destacó recientemente como el de mayor índice de resolución de casos en el Eje: “Nosotros tenemos 180 casos dirimidos, el cual solo dos nos han subido a otras instituciones y los otros han quedado acá en el juzgado totalmente resueltos, con una receptividad de una cantidad mayoritaria de nuestra comunidad...”
Esta eficiencia contribuye directamente al objetivo estratégico del juez Juan Yánez (Comuna Comandante Mirabal, parroquia Santa Rosalía): Fortalecer el Poder Popular y "ser un apoyo para los tribunales superiores, ordinarios, Ministerio Público y Fiscalía... porque se saturan de mucho trabajo y con la llegada de los jueces de paz minimizan un poco las gestiones de estos tribunales superiores". En estos módulos, los problemas no son "denuncias", sino "solicitudes", un cambio de semántica que enfatiza la búsqueda de soluciones consensuadas y de equidad.
Las historias de éxito son el alma de este movimiento. El juez de paz comunal Carlos Plaza compartió con emoción el caso que considera "emblemático". “Me tocó dar satisfactoria respuesta a casos que para mí son emblemáticos... Lograr que dos personas llegaran a una mediación, a un acuerdo, es algo significativo, pero lograr una articulación con la Alcaldía de Caracas para que una madre que fue desalojada con sus cuatro hijos de una vivienda, tenga su techo y que haya sido a través de la figura del juez de paz que se lograra esto, ¡caramba!, para mí es algo satisfactorio”, expresó.
El trabajo implica un esfuerzo diario de inmersión en la comunidad. Como lo expresó Carlos Plaza, el ejercicio de la judicatura comunal es un eco de la visión revolucionaria. "Yo creo mucho en esas palabras de Chávez cuando dijo: 'Me voy hacia las catacumbas'. Él apostó a adentrase en el pueblo... nosotros, en nuestra experiencia como juezas y juezas de paz, hemos tenido que ir al barrio, hemos tenido que ir a conocer realmente la problemática de nuestro pueblo".
Desafíos y la necesidad de la fe institucional
A pesar de los triunfos, la coordinadora del módulo de paz del Eje Cinco de la parroquia El Paraíso, Jeannette García, fue enfática al señalar que el camino no es fácil. "Esto no es un trabajo fácil. Esto es un trabajo cuesta arriba. Tenemos muchos adversarios hasta dentro de nuestro propio círculo... Hemos tenido muchos jueces que se han ido, que han renunciado, que han fallecido lastimosamente, pero aquí los que se van a quedar son porque esto de verdad les gusta, les gusta el trabajo social", resaltó.
El principal reto no está ya en la comunidad, que ha demostrado su confianza, sino en la institucionalidad. "Ya la comunidad cree en los jueces de paz, el vecino cree en los jueces de paz. Ahora lo que necesitamos es que las instituciones crean en los jueces de paz y le den cabida, y además podamos trabajar en conjunto", clamó García.
Además, los jueces insisten en la necesidad de consolidar la estructura del Poder Popular, solicitando que las asambleas de estos realicen las elecciones de las salas de autogobierno para trabajar en "concordancia" y cumplir así el objetivo final del presidente Maduro.
Preparación constante
El apoyo de las autoridades, como la magistrada Tania D'Amelio y la Dra. Rosa Negrín, ha sido "constante", según el juez Salvador Giménez, destacando el "buen engranaje" con la Alcaldía, concejales y cuerpos policiales del Estado.
Sin embargo, para los jueces, el primer año de experiencia es solo el inicio. El juez Carlos Plaza, al reflexionar sobre la necesidad de no estancarse, citó nuevamente la advertencia del Padre de la Patria, ligando la formación a la consolidación del poder comunal. "Nos seguimos preparando como figura de Justicia de Paz Comunal, lo plasma desde nuestro Libertador Simón Bolívar, cuando en el decreto de Angostura menciona que 'nos han dominado más por la ignorancia que por la fuerza'... Si nos quedamos tradicionalmente con ese conocimiento inicial que ya tenemos, ¿qué va a pasar? No vamos a avanzar y esta figura de juez de paz se va a quedar en un letargo, y no queremos eso; lo que queremos es seguir evolucionando, ser novedosos y seguir siendo una vanguardia en el poder comunal", explicó.
A un año de haber encendido las urnas vecinales, la Justicia de Paz Comunal se erige como un testimonio vibrante de la democracia directa, consolidando una nueva forma de vida y justicia que se construye con la gente. El presidente Maduro "acertó" con los jueces de paz, y la comunidad ha respondido con su confianza, enarbolando los principios de convivencia, paz y reconciliación en cada rincón de la patria.
THUAREZCA JULIO / FOTOGRAFÍA: ENRIQUE HERNÁNDEZ Y AMÉRICO MORILLO / CIUDAD CCS

