12/12/2025.- Una vez más se cumple la advertencia del periodista y documentalista colombiano Hernando Calvo Ospina sobre la política exterior de los Estados Unidos de Norteamérica, en el sentido de que siempre sus anuncios los llevan a efecto (y se reiteran, agregaríamos nosotros, con el énfasis propio del mandatario de turno).

Luego de casi dos meses de fornidas movilizaciones militares de USA en el Caribe y los continuos bombardeos a pequeñas embarcaciones de hipotéticos narcotraficantes, la Casa Blanca, como respuesta a todo el manejo conjetural de la prensa, publicó en treinta y tres páginas la estrategia de política exterior y de seguridad relativa al segundo mandato de Donald Trump, conceptuada como una "hoja de ruta" para garantizar la supremacía y el liderazgo de los Estados Unidos en el mundo y especialmente en Latinoamérica. Evidencia, amigos lectores, de la insolente "franqueza imperial" que legitima su derecho sobre nuestras riquezas naturales.

A vuelo sintético de esta nota, el documento, titulado Estrategia Nacional de Seguridad, confirma que USA busca el restablecimiento de la doctrina Monroe de 1823 para consolidarse como el gran dueño o factotum domine del continente americano, restringiendo al máximo la presencia de competidores económicos ajenos a la región e impidiendo que otras naciones desplieguen fuerzas, recursos militares o adquieran activos físicos, por estimar que esto constituye un riesgo para la seguridad nacional de su ámbito de poder.

Añade el documento que la era de las migraciones masivas debe llegar a su fin, pues el reguardo de las fronteras es elemento básico de la seguridad nacional; y que USA necesita protegerse de las invasiones, la migración descontrolada y las amenazas transfronterizas como el terrorismo, las drogas, el espionaje y la trata de personas. Finalmente, en increíble actitud desleal contra sus aliados, Washington enfatiza el respaldo a quienes se opongan al cartabón de valores promovidos por la Unión Europea, en especial sobre el tema de inmigración.

Tal manifiesto coercitivo, supremacista, de reto absoluto y pretensiones sin contención ni medida, debe servirnos en Venezuela para redoblar el cauce autónomo y la alianza con otros centros actuales o emergentes de poder mundial (China, Rusia, India, Irán); y en cuanto al ámbito latinoamericano nacionalista, la firmeza de vínculos defensivos con México, Cuba, Nicaragua, Colombia y Brasil (hasta ahora, pues el trajín de la historia puede aumentarlos).

Mientras organizábamos estas notas acerca de la estrategia de seguridad de USA y el peligro que entrañan sus determinaciones, las Fuerzas Armadas del imperio se apoderaron —como ya todos sabemos— de un buque petrolero venezolano, en ataque sorpresivo frente a las propias costas de nuestra República, operación casi visible desde Aruba y Curazao. El presidente Trump, en alarde de pleno cinismo, alabó la acción sin esconder la omnipotente voluntad norteamericana por el beneficio gratuito de nuestro petróleo. La Cancillería de Venezuela ya ha denunciado al mundo estas graves circunstancias que auguran tortuosos caminos. ¡Ojalá nos equivoquemos!

Manchetas y manchones

—Trump quedará para el patio trasero de la historia.

—Y María Corina para el patio principal de la histeria.

—En Oslo dijimos: "¡Esa tipa es una mentirosa!".

—Noticia casi criminis: Gobierno de USA requerirá a turistas copia de correos electrónicos de los últimos cinco años.

—En el Doral de Miami ya dejaron de "adoral" a los republicanos.

Igor Delgado Senior