Palabr(ar)ota | Cuentos del petróleo
12/12/2025.- La editorial Garzamora ha publicado una colección de cuentos venezolanos de tema petrolero, compilados y con prólogo de quien esto escribe.
En un tiempo se pensó que el petróleo estaba ausente de la literatura venezolana. Hoy, con una mirada más amplia, descubrimos su infiltración constante en textos diversos.
El tiempo incorporó una nutrida cantidad de obras donde el oro negro está presente de diferentes modos, sobre todo si se toma en cuenta géneros literarios distintos de la novela: poesía, cuento, teatro.
Hablar de literatura del petróleo permite ahora un acercamiento menos selectivo y la inclusión de obras donde el tema del petróleo se manifiesta como motor o como testimonio de una sociedad sometida, en su momento, a un proceso de cambio profundo.
Sucede con claridad en la poesía. Piedra de aceite, la antología recopilada por Ramón Ordaz, recoge numerosos poemas que rebaten la idea de un rechazo literario al petróleo. Muchos expresan una relación mediada por recuerdos, escenas de infancia o eventos personales, lejos del contacto directo con la industria.
En el cuento, ese contacto incidental, pero definitorio, es común. Los relatos próximos al inicio de la explotación comparten los temas petroleros que solemos asociar con la novela. Uno recurrente es la rememoración de un tiempo anterior, de coexistencia tranquila con un paisaje prístino, amenazado por el avance del "mene". Valmore Rodríguez, en El mayor, describe con lirismo ese entorno fracturado. La miseria rural que empuja hacia los campos petroleros es otro motivo, como en Crepúsculo de Antonio Márquez Salas, donde el petróleo es una promesa lejana que contrasta con el sufrimiento interior.
El viaje o éxodo es un tópico usual, desde los Andes, Falcón o Nueva Esparta hacia los campos. Pocas historias, eso sí, narran el viaje inverso.
La figura de la mujer es crucial en este conflicto. Frente a la "modernización", aparece el arquetipo de la mujer deslumbrada por la riqueza petrolera, que abandona su entorno por un ascenso social rápido, a menudo como amante de extranjeros, y cuyo destino suele ser la prostitución o un matrimonio resignado con un antiguo pretendiente criollo.
La contraparte es la conquista de la mujer extranjera por el venezolano, un acto de reivindicación masculina frente a la discriminación laboral.
La tecnología petrolera, que sustituye un paisaje y unas formas de vida seculares, irrumpe como representación avasallante del nuevo tiempo. Autores como Ramón Díaz Sánchez o Vitelio Reyes describen con agudeza su impacto en la cotidianidad.
Con el petróleo ya asentado, surgen nuevas percepciones. En algunos cuentos, el petróleo, incluso, no aparece de forma explícita, sino que condiciona la subjetividad de los personajes y su pequeña épica personal.
Los cuentos recopilados en Cuentos del petróleo representan la mayor parte de lo escrito en Venezuela sobre el tema en este género. Allí se despliegan los múltiples puntos de vista desde los cuales los escritores abordaron el acontecimiento omnímodo que fue la implantación de la industria petrolera, demostrando que su presencia literaria va mucho más allá de la novela que la hizo centro exclusivo de la trama. Es la huella indeleble de un país transformado.
Cósimo Mandrillo

