Araña feminista | Argelia Laya sigue siendo única

A 28 años de su partida

08/12/2025.- Para el movimiento feminista socialista popular, nadie como la Comandanta Jacinta desafió al sistema patriarcal en el siglo XX. Argelia Laya nació el 10 de julio de 1926 en Río Chico, Edo. Miranda. Entonces, estamos en vísperas de su centenario y la Araña feminista ya se suma a las iniciativas para honrar su memoria.

"Nunca acepten que los humillen por negros ni por pobres". Esa enseñanza de sus progenitores la hizo excepcionalmente rebelde, con sólida conciencia de su clase, su negritud y toda la riqueza de los valores que atesoró.

Fue radicalmente contrahegemónica. Desafiaba siempre la cultura dominante. Lo demostró cuando soltera decidió tener a su hijo; cuando siendo maestra la botaron por su embarazo, peleó y logró el reenganche. Cuando combatió al poder político en partidos e instituciones, enfrentando múltiples expresiones patriarcales, abogando por el derecho de las niñas embarazadas y madres a permanecer en el sistema educativo. Por la despenalización del aborto, por refugios para mujeres vulneradas, por los derechos laborales y humanos de todos los sectores. Por la participación política de las mujeres, contra el burocratismo y las políticas del puntofijismo; y contra todas las formas de opresión.

La interseccionalidad en ella se manifiesta en ser mujer, negra y pobre, lo cual configuró sus luchas afrofeministas. Su arma: la palabra. Su método: la formación de conciencias. Algunas de sus consignas: "La igualdad de la mujer es el problema de la liberación de los pueblos". Y a las mujeres socialistas: "Ni arrinconadas en un fogón, ni explotadas por un patrón".

Comandanta aguerrida. En los años 60, ante la persecución contra los partidos de izquierda y el allanamiento de la inmunidad parlamentaria de sus dirigentes, surgió la lucha guerrillera, etapa en la que Argelia fue un apoyo muy importante para el traslado de armas, alimentos, medicinas y servicios de inteligencia. Decide incorporarse con más fuerza a la lucha armada y pasa a una clandestinidad peligrosa en las montañas de Lara, con el alias de Comandanta Jacinta y comisaria política del frente. Cuando decidió retirarse, dijo: "...sentía que era una guerra entre hermanos defendiendo los intereses de los poderosos".

Murió con las botas puestas. El 27 de noviembre de 1997, siendo la presidenta del MAS, su partido realizó en Río Chico la convención para discutir las candidaturas a cargos de representación popular. Meses antes, el CSE había normado que los partidos debían hacer sus listas con el 70% de hombres y el 30% de mujeres. Como su fuerza superaba al miedo, Argelia defendió el 50 y 50, es decir, la paridad en las postulaciones. Pero la decisión fue no cumplir ni la del 50 ni la del 70 a 30. Para ella fue un agravio. "No se contentaron con el incumplimiento de la norma, sino que en el momento de presentar las planchas no había ni siquiera el 30% de mujeres". Y toman otra decisión: comisionarla para que fuese al CSE a llevar las listas. Argelia se declaró en rebeldía. Monta en cólera, les dice de qué manera se iban a morir, lanza groserías y... suspendieron la convención hasta después de un receso. Argelia se fue a su habitación. Mientras descansaba, fallece de un ataque al corazón. Tenía 71 años.

Meses antes había escrito: "Llamo a la gente honesta que aún milita en el MAS a que impida el afán de destrucción de nuestro movimiento y de igualarlo a los politiqueros tradicionales...".

Aimée Benítez Castillo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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