Libros libres | Elías David Curiel y la música de las esferas

07/12/2025.- El título del presente artículo se corresponde al de un libro que acaba de aparecer en Ediciones Oikos en Coro, estado Falcón (2025), de donde extraigo los párrafos siguientes:

Es preciso anotar que Elías David Curiel (Coro, estado Falcón, 1871-1924), publicó sus primeros poemas en revistas locales del estado Falcón, en cuya capital nació en 1871 en el seno de una familia de origen sefardí, para después buscar lugar en revistas nacionales como El Cojo Ilustrado, la famosa publicación caraqueña que constituyó la revista literaria venezolana más importante de su tiempo.

Otros poemas fueron recogidos en un volumen preparado por Luis Arturo Domínguez titulado Poemas en flor, lo cual desea indicar que fueron poemas nacientes; de aquí surgirá esa “forma iluminada por la idea”, como anota el escritor en el verso final del poema Invocación”.

Vemos de seguidas unos textos marcados por el fluir o el deambular, como en Nébula: “Mil fragmentos de caótica sustancia flotan, bullen y fermentan en mi espíritu; / nebulosas de emociones y de ideas / impregnadas en el cósmico fluido”. Más adelante nos hallamos con el elemento señalado antes: “Un idioma en el que las frases tracen curvas de colores y sonidos / describieran su espiral las concepciones / que fermentan en el caos de mi espíritu”. Vemos luego cómo se revelan los rasgos fragmentarios y quebrados del estilo:

“Sin luz, sin emoción y sin idea / nocturnamente silenciosa, el alma / el sello de su gris y muda calma / en sus creaciones imprimir desea”. Texto que posiblemente funcione en este caso como una ars poética.

En su primer poema extenso, Toda el alma, Curiel revela su identidad con el mal, con las fuerzas oscuras de iniciación al vicio que fueron impronta de su mundo poético:

"Humilde vianda que el sudor no riega como una salsa de oloroso aliño, mi hambre de festín nunca sosiega, como escaso pezón goloso niño".

Todos los cuartetos de este poema van en este sentido del espíritu puesto en el errar, en la imprevisión, en la negativa de ceñirse a lo apolíneo, en una certera declaración de principios:

"Las obras de arte ni el ambiente clima dan a mi numen el propicio medio de respirar oxígeno de rima en la asfixiante atmósfera del tedio".

"No me blasona la apolínea palma de secular dominación emblema y cuando rimo en mi poema el alma nunca armoniza el alma en el poema".

Lo resaltante en un primer momento en Curiel es la coherencia de visión, su fidelidad al ideal de verdad en la belleza que persigue, y cómo lo va mostrando en estos primeros poemas donde se presentan orgías, brindis, sensaciones e insomnios de manera persistente, lo cual será definitorio para el mundo del poeta. Los ejemplos serían interminables. En La tristeza de la carne leemos: “Amo la carne sosa / del mal velado seno, / y el poema que ritman / las curvas en el cuerpo / Y esos amores hijos / del insaciado anhelo / cruzan mis noches largas / en las horas del tedio”.

En textos como Sensación, Fiat, Alma insomne, Alma adolescente, El alma del mundo, Rima y Minuto de eternidad están presentes estos elementos del amor idealizado, sensaciones, sexo y sentidos insaciados: con frecuencia el espacio sideral —más que el espacio natural terrestre— son fuente de inspiración, así como la imagen de la mujer en la que todo fluye y de la cual no están exentos los elementos escatológicos (Necrogenia), el amor báquico, teñidos de un color rosa pálido. Pudiéramos decir que el poeta acude a la mayor variedad de imágenes posibles para enriquecer sus visiones.

Gabriel Jiménez Emán

 

 

 

 


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