Rostro de mujer | De la lucha personal al compromiso colectivo

06/12/2025.- Desde los albores de la historia y en todas las culturas, la mujer se erige como pilar inquebrantable de resiliencia, determinación y cambio social. Su existencia es un testimonio constante de la capacidad de superar la adversidad y de convertir las luchas personales en una fuerza motriz para la acción colectiva. Desde el ámbito familiar hasta el liderazgo comunitario y político, la mujer ha demostrado una habilidad innata para nutrir, defender y transformar su entorno, a menudo enfrentando y desmantelando sistemas de opresión e injusticia que han intentado silenciar su voz.

Históricamente, su camino ha estado marcado por la necesidad de romper barreras y de reclamar espacios de poder y decisión. Sin embargo, es precisamente en el crisol de estas dificultades donde se forja un liderazgo caracterizado por una profunda empatía y un inquebrantable compromiso con la equidad. Al experimentar la vulnerabilidad, muchas féminas canalizan su dolor y sus frustraciones en la defensa de los demás, convirtiendo su historia personal en un escudo y una herramienta para construir sociedades más justas y compasivas.

Esta trayectoria histórica, definida por la tenacidad y la vocación de servicio, encuentra un eco profundo y poderoso en figuras como Ysmary Coromoto Rojas, quien es un testimonio de cómo las experiencias personales más difíciles pueden transformarse en una fuerza motriz para el cambio y el servicio comunitario.

Nacida en Caracas y formada en Valencia, esta luchadora ha sabido trascender las adversidades de una juventud marcada por la injusticia y el maltrato. Su fortaleza, determinación y profundo compromiso no solo la llevaron a elegir la carrera de Derecho como escudo personal contra la opresión, sino que la han posicionado como una figura clave en el servicio social, destacando notablemente en su rol dentro de la parroquia Catedral de Caracas.

Durante su adolescencia, la separación de sus padres, sumada a la difícil convivencia con un padrastro, aunado a las experiencias de injusticia y sometimiento, forjaron un carácter resiliente y sembraron la semilla de su vocación de servicio por los necesitados.

"A consecuencia de ese maltrato que yo sentía, vi injusticias. Yo decía: 'Tengo que ser abogada porque ya basta de tantas injusticias en mi vida; más nunca nadie se meterá conmigo'", relató, refiriéndose a su decisión de estudiar leyes.

Al ser consultada por Rostro de mujer sobre la labor que realiza en el área social, Ysmary expresó que se desempeña como jefa de comunidad en la parroquia Catedral, específicamente en la Comuna Cacique Carapaica, un cargo que ocupa desde hace seis años. Su faena se enfoca en el trabajo político-social para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la zona.

"Para mí, es una gran satisfacción servirle a mi comunidad"; es una labor que la gente ha respaldado, reconociendo su trabajo en orden, estructurado y a tiempo.

Al ser consultada sobre la persona que admira, reconoció que al líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, pues "se autoproclamó feminista y promotor de la defensa de los derechos de las mujeres. Además, promovió políticas y estructuras legales para avanzar en los derechos de las féminas y su participación en el desarrollo social del país".

En el marco de la entrevista, se definió como una mujer fuerte de carácter y guerrera. Ha cumplido su promesa de vida: sacar adelante a sus tres hijos —ahora profesionales— y convertirse en abogada. Su visión a futuro incluye realizar un posgrado en el área penal y otro sobre violencia contra la mujer para dedicarse a defender a las víctimas de maltrato.

Su mensaje final es una enérgica invitación a la superación: "Mujeres, luchen, sobrepasen esas situaciones que les aquejan, sí se puede, no hay limitaciones. Además, valorarse (...) se deben fortalecer por dentro y por fuera". La frase que guía su vida es: "Yo sí puedo, voy a lograr los objetivos y seguiré hacia adelante de la mano de Dios, porque con él todo es posible en la vida", concluyó.

Ysmary Coromoto Rojas, la guerrera de la Catedral

Nirman García Berbeo

Facebook e Instagram: @rostrodemujer1

 

 


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