Tinte polisémico | Efectos psicológico-emocionales del asedio

La guerra cognitiva y nuestra obligada respuesta

 

A mis amig@s, mis camaradas, mis afectos, mis colegas, mis compañeros, mis alumnos, mi familia, a tod@s, mi país...

 

01/12/2025.- Formo parte de ese conjunto de generaciones que denomino las "generaciones bisagras", aquellas que hemos podido transitar y ser testigos de las últimas décadas del siglo XX y, además, hemos presenciado y formado parte de la historia transcurrida en estas dos primeras décadas y media del siglo XXI.

Crisis de gobernabilidad y gobernanza, de legitimidad político-jurídica, económica, financiera, de empleo, comercial, migratoria, guerras étnicas y de exterminio, cambio climático, coyunturas éticas, del fracaso de los organismos multilaterales, de la ineficacia de las instancias jurídicas internacionales, el vertiginoso cambio tecnológico digital, comunicacional, amenazas ecuménicas de catástrofes nucleares, entre tantas otras.

Mundo de cambios paradigmáticos en todos los campos y disciplinas del saber, de incertidumbre y de constante aceleración, donde los tres grandes demonios de nuestra época: la culpa, la mentira y el miedo se han convertido e instrumentalizado como las armas de las minorías y unos pocos actores privilegiados; esa pequeña y poderosa oligarquía planetaria del Norte Global, propietaria de una desproporcionada y astronómica gran parte de la riqueza del orbe mundial, que puede influir y determinar el destino de todas las especies de las poblaciones terrícolas.

Hoy, en el 2025, la República Bolivariana de Venezuela, toda nuestra población ubicada en nuestro territorio y en otras geografías, sus mujeres, hombres, niños y niñas, ancianos, nativos y quienes han adoptado esta tierra como su patria, estamos sometidos a la incertidumbre, zozobra, al terror y a la angustia de un posible e inminente ataque bélico por la potencia militar, económica y tecnológica más adelantada del mundo, lo cual implicaría la desestabilidad en todos los órdenes y ámbitos de Latinoamérica y el Caribe, una lógica e interés en supeditar y doblegar la voluntad de una nación por parte de sectores y actores en cuyas mentes y motivaciones prevalecen pensamientos y valores de supremacía, de mantener unilateralmente privilegios, ventajas, en detrimento de otros pueblos que están y se verán obligados a defender sus derechos como pueblos y seres humanos.

No tenemos otro camino que pensar y actuar en términos de solidaridad, unidad y cohesión como venezolanos, caribeños y suramericanos por una región de paz y por mantener nuestra soberanía y autodeterminación, pues subyugarnos y someternos significaría hipotecar nuestro bien más preciado y por el cual batallamos y bregamos en el siglo XIX contra el imperio colonial español; ahora nos corresponde a tod@s en nuestro ineludible momento histórico, al lado de los hombres que tienen responsabilidades de Estado, dar frente y plantarnos con valor y dignidad a quienes pretenden doblegarnos por el terror y la fuerza. Si se presenta la hora de una nueva agresión, habrá que volver a irrumpir con nuestro gentilicio de "pueblo bravo" y dar la pelea, como dignos representantes de la "vanguardia" desde el Sur Global, para conservar y hacer valer el derecho de regir y conducir nuestro propio destino.

Héctor Eduardo Aponte Díaz 

tintepolisemicohead@gmail.com

 

 


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