Pluma acústica | Alfredo Padilla: “El que las baquetas astilla”

27/11/2025.- El maestro Alfredo Padilla, apodado elocuentemente como “El que las baquetas astilla”, emerge como una figura troncal en el nacimiento y consolidación de la salsa en Venezuela. Su legado no reside únicamente en su destreza como timbalero, sino en su espíritu autodidacta y su rol fundamental en la creación de algunas de las agrupaciones más influyentes del género, como Los Dementes y La Salsa Mayor. Padilla, más que un músico, fue un arquitecto rítmico de la identidad salsera venezolana.

Alfredo Padilla, nacido en Caracas el 3 de enero de 1946, inició su aventura musical en la popular parroquia San Agustín, comenzando en la percusión menor con el bongó en la agrupación Frank y su Tribu, dirigida por el gran Frank Rengifo. Fue el propio Rengifo quien vio en Padilla el potencial para tocar el timbal, un instrumento que adoptaría sin formación académica formal.

Su debut profesional ocurrió con La Sonora Tropicana de Eldy Toro. Sin embargo, el punto de inflexión llegó en 1967, cuando se unió a la agrupación Los Dementes, dirigida por el legendario pianista Ray Pérez. Según el propio Padilla, fue en este ambiente de jóvenes talentos excéntricos donde realmente aprendió a dominar el timbal, adoptando el método de observación a músicos extranjeros, una práctica común ante la falta de acceso a la educación musical formal en la época. En Los Dementes, Padilla se consagró rápidamente como una pieza clave, marcando el pulso de la banda en la era dorada de los años 60.

Timbalero con todos los hierros

La década de 1970 supuso para Alfredo Padilla un período de diversificación y una creciente profesionalización. Inicialmente, Padilla fue cofundador del Grupo Pan con Carlos “Nené” Quintero, una banda que exploró la fusión del rock con los ritmos latinos, de la que ya hemos hablado antes en Pluma Acústica.

Tras la disolución de este proyecto experimental, la necesidad de una base académica se hizo evidente. Su ingreso a la orquesta de Porfi Jiménez fue determinante, ya que el rigor profesional de la agrupación lo obligó a estudiar música formalmente. Esta constancia lo transformó rápidamente en un músico de sesión muy solicitado, prestando su servicio a figuras prominentes como “El Pavo” Frank Hernández, Johnny Sedes y José “Cholo” Ortiz, además de participar en orquestas como Yacambú y el Grupo Tres.

Leyenda y controversia de La Salsa Mayor

El pináculo de su carrera orquestal lo alcanzó a partir de 1977, cuando, por recomendación, se unió a Oscar D’León y su Salsa Mayor, contribuyendo con su timbal en producciones de gran éxito como 2 Sets con Oscar y El Oscar de la Salsa. Sin embargo, en 1978, presuntamente por desacuerdos económicos, siete músicos de la orquesta, incluyendo a Padilla, protagonizaron una de las rupturas más trascendentales en la historia de la salsa venezolana. Este quiebre dio origen a Nuestra Salsa Mayor, un proyecto en el que Alfredo Padilla asumió el rol de director musical.

Bajo la dirección de Padilla, y pese a una disputa legal inicial con Oscar D’León que llevó a que la banda fuese conocida simplemente como La Salsa Mayor en discos posteriores, la orquesta se consolidó rápidamente. Con cantantes de la talla de Leo Pacheco, Pellín Rodríguez y Carlos “El Grande”, grabaron cuatro producciones discográficas entre 1978 y 1980, siendo la primera: De frente y luchando, apoyado por el sello Velvet. Esta fue una declaración de intenciones, un manifiesto de su independencia y calidad. La producción se nutrió de arreglos de luminarias como Bobby Valentín y Jorge Millet. El tema: Fuimos amigos se convirtió en el emblema de la controversia, donde los cantantes de la nueva orquesta lanzaron discretas pero claras “pullas” a Oscar D’León.

En esta etapa, Padilla alcanzó su máximo desarrollo artístico, disfrutando de la libertad creativa para ejecutar el timbal sin limitaciones, tal como se aprecia en el recordado solo del tema Quién la tumbó, de 1979.

Proyectos finales e inconclusos

Aunque la permanencia de La Salsa Mayor fue lamentablemente corta, el trabajo de Alfredo Padilla no cesó. Continuó colaborando con grandes orquestas como la de Billo Frómeta, y en sus años finales formó parte de la Orquesta Venezuelan Master, con la que viajó al Festival Toros y Salsa en Francia en el año 2008. Además, trabajó con la orquesta de Erick Franchesky y colaboró con la Banda Sigilosa.

Alfredo Padilla, el maestro autodidacta que se convirtió en un profesional solicitado, dejó un legado que se extiende desde la audacia de Los Dementes hasta el liderazgo de La Salsa Mayor. Su fallecimiento, acaecido en su natal Caracas el 18 de diciembre de 2008, truncó una formidable carrera que aún tenía planes, como sería su inminente participación en el Festival de Orquestas de Cali. Su cadencia y su visión musical permanecen indelebles en la memoria de los melómanos y en la historia de la música afrocaribeña en Venezuela.

Kike Gavilán

 


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