Micromentarios | Doña Mentira
18/11/2025.- Tengo como vecina a una de las personas más mentirosas del país. Sus embustes le salen con tal naturalidad que engaña a muchas personas, a las que hace creer que es una pobre viuda solitaria.
De hecho, miente con su viudez. Sostiene que su esposo murió recientemente y tal fallecimiento ocurrió ¡hace 17 años! Su propósito es generar lástima. Con lástima hace y deshace impunemente y se hace perdonar cualquier marramucia que se le ocurra.
Desde nuestra llegada al edificio que habitamos, inició su ataque contra mí y mi esposa, porque descubrimos al instante su inclinación a la mentira. Apenas teníamos dos días de mudados cuando coincidí con ella saliendo de la edificación. Como venía algunos metros detrás de mí, le dejé abierta la puerta.
Por la noche, su esposo —que era el presidente del condominio— subió a llamarme la atención por haber dejado abierta la puerta del edificio cuando esa mañana salí a la calle. Ante mi negativa a admitir tal cosa, dijo tener como testigo a su esposa. Esta había tomado mi acto de cortesía para calumniarme. Cuando aclaré la razón por la que dejé abierta la entrada al edificio, mi interlocutor se excusó y se fue avergonzado.
A lo largo de los 19 años que tengo de vecindad con esa señora, nos ha acusado a mi esposa y a mí de cuanta cosa se le ha ocurrido y ha llevado sus falsedades a la junta de vecinos del sector y a otras instancias. En todas la hemos combatido y vencido, porque tenemos la verdad —y pruebas— con nosotros.
Según dice, somos los peores vecinos que ella ha tenido y yo la peor persona que ha conocido. ¿Verdad que eso se parece a algo que sucede a un nivel mayor, entre una mentirosa compulsiva que aspira a ser presidente de la República y el legítimo primer mandatario?
Igual que mi vecina, la supuesta dama que ostenta las iniciales MCM ya no sabe qué acusación lanzar sobre Nicolás Maduro para malponerlo con el mundo.
Lo ha acusado de ser el capo del inexistente Cartel de los Soles —una invención de la CIA, según se sabe—, de la pandilla conocida como el Tren de Aragua —extinta en Venezuela—, del Cartel de Sinaloa, en México, del ELN —Ejército de Liberación Nacional— de Colombia y hasta de ser el agente de mayor rango en el continente americano del grupo terrorista y paramilitar Al Qaeda, originario de Pakistán y que actúa en todo Oriente Medio.
Todas esas acusaciones falsas las ha lanzado como excusas para solicitar, pedir y exigir una intervención militar de Estados Unidos y otras naciones en nuestro territorio. Y las lanza con absoluto descaro y sin el temor de ser acusada de mentirosa. Sabe que sus seguidores no piensan y, si lo hacen, no emplean el cerebro, sino otro espacio anatómico en el ecuador del cuerpo.
Si fuera cierto que Maduro está al frente de todas esas organizaciones terroristas y delictivas, además de —según ella— usurpar la presidencia de la República, tendríamos que admitir que nuestro presidente es el mayor genio de la gerencia que ha existido. Dirigir todas esas organizaciones a la par de presidir un país nos lleva a pensar que, en realidad, es más que humano, es Súper Bigote.
Las mentiras de MCM han alcanzado tales cotas que ya casi nadie le cree dentro de Venezuela. Fuera ha hecho creer que es una pacifista y hasta le han vendido un Premio Nobel.
Suelta mentiras en español y en inglés, con miras a ganar adeptos en el exterior. Entre otras cosas, ha señalado que en Estados Unidos hay cuatro millones de integrantes del Tren de Aragua, enviados por Maduro para desestabilizar al país más inestable de la Tierra. ¡Cuatro millones en una pandilla! ¿Cómo podría una banda hamponil constar de cuatro millones de integrantes? Tal cantidad, de acuerdo incluso a la lógica más ilógica, es inmanejable. Ni siquiera las mafias italianas cuentan con tal número de efectivos.
Por otro lado, MCM ha jurado durante mucho tiempo hallarse en la clandestinidad dentro del país y ser acosada por las fuerzas represivas del Estado, que no la dejan ni asomarse a las ventanas de su escondite. Y, entonces, ¿cómo es que salió y se fue por un aeropuerto internacional para ir a recibir el regalo, digo, el citado premio?
Tanto a mi vecina como a MCM las he identificado con el título de una canción compuesta por el excelente director de orquesta Aldemaro Romero: Doña Mentira.
Y es que, como se dice en dicha pieza musical: Doña Mentira, ya me tienes hasta aquí.
Amando José Sequera

