08/11/2025.- Como una de las tareas más importantes en el mundo de hoy, Rusia y China intentan frenar la política del presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Donald Trump, a quien consideran el promotor de una nueva guerra mundial.

Al menos, buscan detener sus acciones en Ucrania, el Medio Oriente, América Latina y el Caribe, gracias a las políticas constructivas del mandatario ruso, Vladímir Putin, y del presidente chino, Xi Jinping, quienes han sostenido varias reuniones al respecto.

Estas dos superpotencias siempre han apoyado las iniciativas de establecer zonas libres de armas nucleares en Europa y en cualquier parte del planeta. También se han pronunciado por crear amplios corredores libres de armas nucleares de todos los tipos y armamento pesado, y han promovido algunas ideas para superar la marginación, la indignación, el rencor y la animadversión. Tratan de detener el círculo vicioso que conduce a la afrenta, el enfrentamiento y el uso de la fuerza.

Vladímir Putin y Xi Jinping se han centrado en evitar una guerra nuclear con Occidente, simplemente por ser una eventualidad que pareciera estar a la vuelta de la esquina. Aunque para algunos analistas políticos actuales, una casualidad estúpida, un error de cálculo, un desorden técnico o incluso el antojo de un enajenado por la propaganda bélica puede desencadenar un torbellino nuclear.

Los máximos dirigentes de Rusia y China siempre han estado predispuestos, en condiciones de tensión militar, a contribuir eficazmente a apartar las manos de los disparadores y a utilizar dispositivos de seguridad que ofrezcan garantías que impidan realizar ensayos nucleares y posibles usos de armas nucleares y armamento pesado.

Tanto Putin como Jinping están convencidos de que hay que encontrar el modo de evitar todo proyecto de desarrollo de una guerra nuclear y aferrarse a la paz, la cual en ninguna "variedad" conduce a la auténtica paz y seguridad.

En la presente etapa del dilema de la guerra o la paz en que coloca al mundo la política exterior de la administración Trump, con el apoyo de la actitud bélica de la Unión Europea (UE), es de vital importancia para todos los miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) —países grandes o pequeños, desarrollados, subdesarrollados, capitalistas o socialistas— mantener la manifestación de posiciones únicas a fin de evitar la amenaza de exterminio nuclear de la humanidad.

En Occidente, se han acelerado los grupos más guerreristas. Entre sus objetivos, diseñados por el complejo militar industrial (CMI) de EE. UU., destacan el afán de lucro, que es la causa, en muchos de los casos, de los fraudes, el despilfarro y la corrupción de los funcionarios. En definitiva, buscan que primen, sobre los intereses generales de la población norteamericana, los intereses particulares de las corporaciones, las cuales aumentan sus ingresos a costa de las reducciones en los presupuestos de los servicios sociales para el pueblo estadounidense.

El odio a Rusia y China por parte de las autoridades del CMI siempre pretende prevalecer sobre el sentido de la realidad y, a veces, hasta sobre el mero sentido común.

No cuesta mucho trabajo imaginar la ceguera de los belicosos de la Casa Blanca que se niegan a aceptar el hecho de que ya no son tan poderosos en materia militar nuclear como antes. Tampoco aceptan que un desastre de esa naturaleza, como quiera y donde quiera que estalle, escaparía inevitablemente al control y produciría una devastación que afectaría a todo el mundo.

Por tanto, es urgente y necesario frenar el estallido de una guerra nuclear, pequeña o grande, limitada o total, ya que la administración Trump pareciera que manejara todas esas posibilidades.

La prohibición de los ensayos nucleares para garantizar un mundo desnuclearizado constituye la preocupación primordial de toda la humanidad. Para sustentar este mensaje, se debe anunciar una moratoria urgente a todas las explosiones nucleares. Por ello, se le hace un llamado al presidente estadounidense, Donald Trump, para que renuncie a toda idea de realizar ensayos nucleares en el contexto político actual y atienda a este llamado lleno de inteligencia y sentido de responsabilidad por los destinos de la civilización del planeta Tierra.

Rusia y China están convencidas de que la comunidad internacional los apoyará en su empeño por lograr la seguridad común y la supervivencia de la humanidad.

J. J. Álvarez