Historia viva | Empresarios de derechos humanos

05/11/2025.- Cuando la "defensa de los derechos humanos" se convierte en un negocio rentable es porque ha sido administrada por empresarios del dolor ajeno y de la mentira, ricos de cuna, pobres de soberanía, capaces de ser gerentes y artífices de un estrellato como el Premio Nobel de la Paz. Ahí encontraremos a Thor Halvorssen Mendoza, hijo de Thor Halvorssen Hellum, de origen noruego, pero “patriota”, según sus palabras cuando fue detenido como sospechoso por una ola de atentados terroristas en Caracas en 1993, que buscaban desestabilizar la Bolsa de Valores para aprovecharse de inversiones fugaces.

Solo los que son formados con pedigrí de poder pueden alcanzar la capacidad para reproducir dinero en algo tan impensablemente empresarial como los derechos humanos. Los demás, incluso los que trabajan en el sector financiero público, son unos ineptos que nada más sirven para financiar grupos de poder económico, según la lógica neoliberal.

El padre del joven Halvorssen Mendoza se casó con una hija de Eduardo Mendoza Goiticoa, hermano de Eugenio Mendoza Goiticoa. Ambos se turnaban en los gobiernos venezolanos del siglo XX para "complementarse" fortunas en los negocios gobierno-familia Mendoza.

La única raya es que Halvorssen Hellum fue sospechoso de un crimen. Se le acusó de ser uno de los autores intelectuales de la trama terrorista que intentó desbancar la Bolsa de Valores de Caracas, para aprovechar la caída de esta, comprar bonos baratos y luego ganar por dichas inversiones. La bolsa cayó, y él también, junto a algunos autores materiales de los atentados en 1993.

Halvorssen Hellum fue absuelto 74 días después de este impasse "vergonzoso". Esto fue posible gracias a la conexión mágica de los Mendoza con magistrados de la Corte Suprema de Justicia, la clase política en el poder y sus antecedentes como agente del gobierno de Estados Unidos (concretamente, de la CIA), incluso siendo presidente de la empresa estatal Cantv. ¡Por Dios!, ¿acaso un yerno de un Mendoza Goiticoa podía ir preso por terrorista? ¡Jamás!, y menos luego de ser representante en Venezuela de transnacionales como Dunlop, Ericsson y British Cellophane. Por favor, ¡qué vergüenza! Además, era esposo de Hilda Margarita Mendoza Coburn. Su hijo lo defendió con fuerza y lealtad filial en el plano internacional, donde ya se había conectado con Amnistía Internacional y estaba iniciando sus "empresas de derechos humanos".

El brillante nieto de Eduardo Mendoza Goiticoa, con el mismo nombre de su padre y el pedigrí criollo de un ascendiente rico, debe sentirse orgulloso de su alcurnia materna. Su abuelo, siendo ministro de Betancourt después del golpe de Estado contra Isaías Medina Angarita y de la Segunda Guerra Mundial, le hizo una propuesta al jefe de la Junta de Gobierno (Betancourt). El proyecto consistía en asimilar migrantes desplazados del conflicto bélico europeo, en el marco de la creación del Instituto Internacional de Refugiados, y desarrollar colonias productoras agrícolas. ¿Para qué? Para contribuir con mano de obra barata en empresas de la industria del agro como Protinal, fundada por Eugenio y Eduardo en 1942. Con la designación de Eduardo como ministro de Agricultura en 1945, se completó el desarrollo empresarial familiar; es decir, el "negocio de los derechos humanos" se lleva en la sangre.

Ahora, su nieto dejó atrás las pequeñeces de una tierra llamada Venezuela para proyectar la Human Rights Foundation y el Oslo Freedom Forum. Son dos organizaciones o empresas internacionales con sede en Noruega que se ocupan de recaudar una inmensa cantidad de dinero para financiar las luchas libertarias en países pequeños, lejanos e insignificantes, dominados por "dictaduras tercermundistas". También hacen fiestas de gala con selectos personajes de la jet set internacional y organizan las plataformas y lobbies en Europa para líderes conservadores emergentes, pero, sobre todo, reciben donaciones como las de la Donors Capital Fund y John Templeton Foundation, ambas con propósitos "altruistas". Estas compañías buscan "abordar las necesidades más apremiantes de la sociedad a través de iniciativas de la sociedad civil y filantrópicas privadas, sin aumentar el tamaño y el alcance del gobierno", según sus propios enunciados, es decir, grandes empresas, pequeños gobiernos.

El principal recurso para las campañas altruistas de la empresa de "defensa de los derechos humanos" Human Rights Foundation es la mentira, el soborno, la manipulación, la especulación y el chantaje, algo muy común en el negocio financiero. De eso saben mucho los banqueros privados venezolanos y sus mesas de cambio.

Lo sabe su primo hermano Leopoldo López Mendoza, refugiado y fugitivo que vive feliz entre Estados Unidos y España, en una de las urbanizaciones más lujosas de Madrid. Recibe donaciones hechas por Thor, quien constituye con Leopoldo y María Corina Machado, la clandestina más universal de la historia del mundo, un triángulo dorado de "exiliados y perseguidos", pero con mucho dinero. Dinero derivado de las riquezas saqueadas de los bienes nacionales, como Citgo, por una banda de vándalos que un tiempo dirigió Juan Guaidó. También por donaciones millonarias que sostienen la perfidia y el engaño internacional sobre la realidad en Venezuela, cuyo pueblo resiste el azote del asedio y la agresión continuada de los propietarios de los gobiernos de EE. UU. y Europa.

 

Aldemaro Barrios Romero


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