Rostro de mujer | Con fe, principios y valores, cambiamos Venezuela

01/11/2025.- La formación de la mujer y el hombre nuevos que hoy el mundo necesita nace, principalmente, de los valores y principios que se forjan en el hogar. En esta construcción de una descendencia patriota y emprendedora, la mujer venezolana desempeña un papel de importancia: ellas están marcando la pauta por una generación con sentido social, ético y cristiano.

Hoy traemos a Rostro de mujer los entretelones de una lideresa del barrio, una fémina que guapeó y superó circunstancias difíciles en su núcleo familiar; una valerosa creyente que supo conjugar sociedad, política y fe. Hablamos de la pastora Isabel Molina de Fernández, testimonio vivo de una vida transformada por sus creencias bíblicas y dedicada incansablemente al servicio. Esta historia es un relato de superación personal y de una vida enfocada en el rescate y el apoyo al prójimo.

Nacida en Barinas, la niñez de Isabel transcurrió en el seno de una familia de orígenes humildes, con padres provenientes del campo, que construyeron un hermoso hogar. Sin embargo, desde muy niña presenció de cerca el efecto devastador del alcoholismo en su casa. Este flagelo la llevó a ver a su madre beber y escalar hasta los pleitos y golpes. La experiencia con el licor fue tan trágica que, años después, tres de sus nueve hermanos fallecieron por la bebida.

El momento que transformó la vida de Isabel llegó a sus quince años. En 1974, participó en una multitudinaria conferencia de un evangelista puertorriqueño. La atmósfera sencilla y espiritual que había en el lugar la impactó profundamente: "Me sentí como si estuviera en otro lugar. Un sentimiento de paz inundó todo ese ambiente". Fue cuando decidió seguir los pasos de Jesús el Cristo. Desde ese día sintió que algo transformó su vida: dejó de ser la muchacha dicharachera, las fiestas fueron reemplazadas por la iglesia y la música popular por las melodías de adoración, marcando su camino de cristiana convicta y confesa.

A los diecisiete años, Isabel se casó y comenzó la obra de Dios al lado de su esposo, Juan Ramón, quien ejercía como pastor. El fruto de su matrimonio son sus seis hijos: Nahum, Maryori, Juan Carlos, Num, Daniel y Loida. "Hoy todos son profesionales". Expresa un profundo amor y agradecimiento por ellos, destacando su noble corazón, su amor al prójimo y su disposición a ayudar a los más pobres.

Debemos destacar que la pastora Isabel Molina de Fernández también integra la directiva del Consejo de Gobierno Pastoral, organismo donde confluyen diversas organizaciones cristianas del país. Esta influyente líder es, además, madre del actual Jefe de Gobierno del Distrito Capital, Nahum Fernández Molina, y vicepresidenta de Movilización y Eventos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Al ser consultada sobre cómo se define, expresó: "Como una mujer trabajadora, echada para adelante y que no la detiene nada", siempre continuando en el propósito de Dios. Su legado y su motor es la lucha por el necesitado: ha dedicado su vida a predicar la palabra, rescatar a muchas mujeres y familias, así como a ayudar a los ancianos.

En la actualidad, tiene un comedor donde alimenta a trescientas personas, entre jóvenes y personas de la tercera edad. Esta labor no es solo un acto de caridad, sino la esencia de su propósito: "ayudar a esa gente desamparada". Esta misión la llena y la satisface, dándole la convicción de que puede hacer algo por los demás. A sus 64 años, se siente fuerte y vive cada jornada como una ganancia, sin días de pérdida, enfocada siempre en rescatar a una o dos familias, sabiendo que "cada día que va avanzando, yo tengo que hacer algo para Dios".

A pesar de su ardua labor, siempre tiene tiempo para reflexionar en la Biblia: "Señor, yo descanso en ti. Aquí estoy (...)", una declaración que resume la inquebrantable conexión entre su vida personal, su fe y su incansable servicio.

Su testimonio es una poderosa lección de propósito y resiliencia: no vive un día de pérdida, sino de ganancia, rescatando y sirviendo, con la certeza de que su fuerza es un regalo divino. La obra de Isabel Molina de Fernández es un faro de esperanza que demuestra cómo su fe y su don al servicio de la gente pueden cambiar vidas y convertirse en una bendición inagotable para la comunidad.

Pastora Isabel Molina de Fernández, lideresa y servidora.

 

Nirman García Berbeo

Facebook e Instagram: @rostrodemujer1


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