Xin chào | Un paseo por la embajada yanqui

Los comunistas han dado

un paseo por nuestra embajada.

Lyndon B.Johnson 1968

31/10/2025.- En el continente asiático todo era alegría durante la Fiesta del Tết del mono (1968), una fiesta ancestral que no quieren recordar en la Casa Blanca porque hace 57 años las modestas tropas del Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur (FLN), bajo el mando del general Võ Nguyên Giáp, le habían montado una sorpresiva y gigantesca celada al más temible ejército del planeta.

Ese año 1968 estaba dedicado al mono (elemento tierra), precisamente, el zodíaco del inquilino de la Casa Blanca en ese momento, Lyndon B. Johnson, quien había nacido en 1908, por lo cual, tal vez, algún brujo gringo lo advirtió gratamente por esa ocurrencia del calendario lunar.

Lo cierto es que el presidente Johnson (1908/1973), quien había admitido que solo dormía dos horas, preocupado por lo que sucedía en la estratégica colina de Khe Sanh, de la cual tenía una maqueta en la Casa Blanca para marcar minuto a minuto el ritmo de los acontecimientos tras haber asumido el reto del general Giáp y sus 80 mil milicianos en esa zona del sur vietnamita.

Maleficio primate

Lo que no sabían Johnson y su general William Westmoreland era que los estrategas de la gigantesca operación, Hồ Chí Minh y Võ Nguyên Giáp, eran profundos conocedores de los clásicos de la guerra, como lo habían demostrado en Điện Biên Phủ (1954), donde, con un ejército muy inferior numéricamente, dejaron fuera de combate a 16.200 adversarios y capturado a un general (Christian de Catries), 16 coroneles, 1.749 oficiales y suboficiales de 27 batallones, para expulsar de toda Indochina al colonialismo francés.

Hồ y Giáp habían estructurado un plan que combinaba dos conflictos armados narrados hace miles de años y los llevaron a la práctica; primero, para sorprender con un masivo ataque durante las festividades del Tết, como lo habían hecho los vietnamitas en el siglo XVIII, cuando tropas chinas habían ocupado la ciudad de Hanoi, combinando ese hecho con la leyenda del caballo de Troya, pero al estilo vietnamita.

La estrategia Hồ-Giáp consistió en penetrar sigilosamente 36 de las 44 ciudades sureñas provinciales con escuadras que simularían cortejos fúnebres, un escenario que no resultaba extraño en un país en guerra como Vietnam, pero resulta que los supuestos ataúdes iban repletos de armamentos, cual caballos de Troya, y cuando esos comandos estuvieron instalados en las trincheras acordadas, tres semanas después, a las dos de la madrugada, en plenas festividades del Tết del mono, atacaron sus objetivos seleccionados y, al iniciarse la balacera, al unísono, penetraron los 80 mil guerrilleros en Quảng Trị, Huế, Đà Nẵng, Sài Gòn y el resto de ciudades seleccionadas.

Debido al asueto del Tết, la resistencia del ejército local estaba reducida sobre las tropas vietnamitas al servicio de EE. UU., además del ejército yanqui, lo que facilitó el desplazamiento de los comandos del Ejército de Liberación Nacional, que tenían la misión de proteger a los comandos que tomaron puntos claves, como el aeropuerto de Tân Sơn Nhứt, donde destruyeron todos los aviones de los invasores yanquis, así como el comando central estadounidense, la emisora del gobierno del sur, y hasta la embajada estadounidense en Saigòn, para entonces la capital del sur.

Paseo por la embajada yanqui

Partiendo de la fría lectura de los números, el gobierno gringo batió tambores al anunciar ante el mundo que habían barrido a las tropas del Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur, pero como sucede hoy durante el segundo gobierno trumpista, ya el pueblo estadounidense no le creía a la Casa Blanca, mientras miles de protestas reclamaban el cese de las agresiones yanquis a Indochina.

Movimientos como la Marcha contra la Muerte (1969) que estallaron en la Washington D.C con 500 mil personas y que se replicaron en California, convocadas por el Comité de Movilización Commitee to end the war in Vietnam, tomaron las calles de las principales ciudades, mientras que en París, en medio del Mayo francés (1968), retumbaba la consigna “Hồ, Hồ, Hồ Chí Minh. Al unísono, en la Casa Blanca se anunciaba la destitución del general Westmoreland como jefe de las tropas estadounidenses en Vietnam y Lyndon B. Johnson informaba que no se lanzaría a la reelección presidencial.

Después de 24 días de combate, el jefe supremo del ejército yanqui William Westmoreland había lanzado el grito de victoria por haber eliminado la mitad del ejército enemigo, mientras en las metrópolis, sobre todo en Europa y América, miles de manifestantes condenaban la invasión gringa y exaltaban la resistencia del pueblo indochino, ondeando la bandera azul y roja de estrella amarilla, para entonces el emblema de la República Democrática de Vietnam.

A partir de aquella ofensiva del Tết, la causa vietnamita sumaba admiración en todo el mundo y Estados Unidos, mientras que el general Westmoreland admitía que sus unidades de inteligencia no fueron capaces de seguirle los pasos al general Giáp, y el presidente Johnson expresaba ante la prensa que: “Los comunistas han dado un paseo por nuestra embajada”.

Quedaba claro que el mono de tierra le había hecho una mala jugada a Johnson, nacido precisamente en un año del inteligente y hábil primate. Algo había fallado entre los asesores espirituosos gringos. La cosmovisión indochina no es cosa fácil de digerir.

Johnson había comenzado mal su mandato, tras sustituir a John F. Kennedy, quien había sido asesinado en Dallas (1963): 1. En el camino había quedado la Guerra Especial de Kennedy, quien pretendió crear un poderoso ejército de 500 mil efectivos, equipado con el armamento más moderno del mundo, incluidos 700 aviones de última generación y 30 mil asesores. Además, intentó crear aldeas estratégicas para evitar el contacto del pueblo con las milicias. 2. Johnson anunció con bombos y platillos lo que llamó la guerra local, con una infantería que igualaba a las de Tailandia, Filipinas, Reino Unido, Bélgica, Australia, Canadá y España, mientras que la fuerza aérea superaba en 2.5 veces a la de toda Europa. En procura de buscar todo el apoyo del Congreso de su país, Johnson lanzó una operación de falsa bandera en el Golfo de Tonkín, en Vietnam del Norte, argumentando que torpederas vietnamitas habían atacado al USS Madoox, el dos de agosto de 1964.

Tras la derrota de Johnson en la ofensiva del Tết, quedó sellado el fracaso definitivo de Estados Unidos en Vietnam, a pesar de la posterior llegada de Richard Nixon a la Casa Blanca, quien había intentado engañar a la diplomacia vietnamita, prometiendo la firma de la paz en la mesa de negociaciones de París, mientras secretamente ordenaba a Henry Kissinger preparar un gigantesco bombardeo sobre Hanoi, el 19 de diciembre de 1972, que a la postre se convirtió en la inédita derrota de la aviación estadounidense.

Ángel Bastidas G.

Referencias:

- Manuel Pineda Lizarazo (2017). El Movimiento pacifista de EE. UU. Pontificia Universidad Javeriana.

- Võ Nguyên Giáp (2009). La cita de la historia. Monte Ávila Editores Latinoamericana.

- Huyen Huy Toan (2010). Vietnam guerra de liberación 1945-1975. Ed. Thế Giới.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Noticias Relacionadas