Historia viva | Casus populus versus causa de guerra
29/10/2025.- La breve lectura del libro Homo populus de Luis Berrizbeitia nos deriva en la comprensión de la capacidad de movilidad colectiva del sujeto pueblo para afrontar situaciones extremas de guerra inminente como las que plantea el presidente de EE. UU. Donald Trump, por consejo de sus secretarios de Estado, Marco Rubio, y de Guerra, Pete Hegseth, contra el pueblo de Venezuela. Una situación de provocación bélica de predecibles resultados ante las movidas geopolíticas mundiales y la realidad en el terreno de los acontecimientos con sorpresas impredecibles.
Esta lectura, que reflexiona sobre lo que hemos analizado en anteriores trabajos sobre la movilidad colectiva en eventualidades bélicas, nos lleva también a plantear lo que en la práctica del territorio físico y humano le ha dado extraordinarios resultados a nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana en el concepto de guerra popular prolongada, que se opera en concordancia con prácticas defensivas de contraataque y con despliegue social con dos componentes fundamentales de inteligencia social y logística miliciana, una desventaja notable para los invasores.
Las operaciones que hasta ahora ha hecho el Comando Sur con las amenazas sobre el Caribe para dar el zarpazo contra Venezuela e imponer un gobierno títere y así despojarla de su principal industria y sostén estratégico, no ponen en duda su intención, y ello incluye la campaña de humo propagandístico de una supuesta lucha contra el narcotráfico.
Para ello, ha desplegado ciclos de informaciones insidiosas a través de sus agencias de noticias y medios estadounidenses y europeos, redes y rumores, como lo destacó "CNN, The New York Times y The Washington Post, según las cuales se han registrado más de 200 vuelos militares de Estados Unidos en la región hasta mediados de octubre", o el despliegue del Escuadrón de Operaciones Especiales 524 (524th Special Operations Squadron), parte del Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (Afsoc), que opera los versátiles aviones de transporte táctico Dornier C-146A Wolfhound hasta la movilización del portaviones USS Gerald Ford, cuyo último registro lo ubica en la isla de Mallorca, España, a pesar de que el secretario de Guerra, Pete Hegseth, ordenó su traslado al Caribe para bombardear chalupas de pescadores caribeños y acabar con el consumo de narcóticos en Estados Unidos, una mentira vestida de mamotretos y disparates peligrosos.
Alguien está intentando mentir o están siguiendo un protocolo de persuasión y terror que hasta ahora ha levantado una vocería de rechazo mundial a las pretensiones de Donald Trump de asesinar y “matar”, según sus propias palabras. Los hechos consumados de los 12 ataques a lanchas en aguas internacionales del Caribe, según sus reportes, lo califica como “criminal de guerra”, por lo cual puede ser demandado y juzgado en Estados Unidos bajo la Ley de Crímenes de Guerra de 1996 y el Código Uniforme de Justicia Militar (UCMJ), además de enfrentar investigaciones migratorias porque asesinaron ciudadanos extranjeros, sin previsión de procedimientos según el derecho internacional ni las leyes que norman este tipo de actuaciones oficiales en EE. UU.
¿Qué puede pasar? A juzgar por los registros históricos sobre el comportamiento político militar de los gobiernos de Estados Unidos en América Latina, podría sobrevenir en una acción fáctica militar sobre las costas venezolanas, apuntando a controlar el territorio para asesinar a los mandatarios venezolanos e intervenir especialmente las fuentes petroleras, pero para ello deben provocar una situación sobrevenida y establecer una cabeza de playa donde puedan juramentar un gobierno interino o provisional y actuar bajo el marco de tratados como el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que permite la acción multinacional contra una inventada amenaza regional, pero solo si autoriza a un personaje como María Corina Machado, que ahora tiene patente de corsaria como premio nobel de la paz, y que Edmundo González le dé un poder remoto para que lo represente, dada su débil condición física y mental.
El único obstáculo que tiene este Escuadrón de Operaciones Especiales de Estados Unidos es que debe que atravesar una inmensa cortina humana armada, de más 4 millones de milicianos y cerca de 400 mil efectivos de tropas profesionales con instrumentos sofisticados como los sistemas antiaéreos rusos Igla-S, que son equipos portátiles tierra-aire guiados por infrarrojos, diseñados para derribar aeronaves, helicópteros y drones a baja altitud; los tanques T-72B1, apoyados por radares JYL-1 (CETC), fabricados por China; los vehículos blindados BMP-3M y tecnología antidrones desarrollada localmente; las milicias de los comandos cumanagotos, en el caso del oriente venezolano, mimetizados en la población y ubicados en las llamadas áreas comejenes difusas, y batallones invisibles de picas y huyes con tácticas de guerrilla popular que atacan y desaparecen como jejenes.
Finalmente, y para enviar un mensaje de paz cognitiva a los soldados norteamericanos del destructor USS Gravely anclado en Trinidad y Tobago, esperando que agentes de la CIA simulen una explosión, evocamos la cita de Luis Berrizbeitia en el libro Homo populus: "Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen bajo su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas desde el pasado". Marx apenas asomó el método para entender la historia y su proceso de transformación humana.
Aldemaro Barrios Romero

