Al derecho y al revés | Trump prepara el peor escenario
29/10/2025.- El Ministerio de la Defensa de Estados Unidos —ese sigue siendo su nombre porque con el Congreso cerrado es ilegal llamarlo “de la Guerra”, como intentando liderar a los militares propone Donald Trump—, al igual que todas las instituciones públicas de ese país, sigue pendiente de un acuerdo entre legisladores republicanos y demócratas para que sus integrantes cobren sueldos y salarios.
Hasta ahora los militares yanquis no sufren el suplicio de cientos de miles de empleados públicos de EE. UU. que llevan tres semanas sin cobrar por algo que el gran público desconoce y que pone a la administración Trump a nivel de una república bananera: sucede que un millonario republicano y patriota —además de amigo o compinche del Presidente— donó 150 millones de dólares y con eso los militares del mayor poder bélico, por los momentos, se abstienen de ir a la huelga.
Se trata de los mismos militares que, sabiéndose parte del mayor ejército del mundo, entre Trump y Marco Rubio los han puesto en el humillante rol de asaltantes de lanchitas tres puños e incluso un semisumergible; asaltantes que usan misiles de alta tecnología para acabar con objetivos, hasta que se pruebe lo contrario, desarmados.
Objetivos, ya que el inefable secretario de Defensa y el de Estado los han señalado como “narcotraficantes”, con lo cual el presidente Trump ha ordenado su aniquilación sin darse cuenta —o quizás a propósito— de que de esa manera se gastan misiles de cientos de miles de dólares para acabar con las pruebas y detener a los presuntos delincuentes para averiguar de dónde sale la supuesta cocaína.
Peor, porque esos asesinatos se han llevado a cabo en alta mar, con lo cual Trump tendría que tener autorización del Congreso —que está cerrado— y una declaración de guerra contra Venezuela y Colombia.
Este relato previo permite entender que un presidente acostumbrado a decir una cosa hoy y lo contrario mañana —es decir, a mentir—, lo cual va contra uno de los principios sobre los que se construyó Estados Unidos, es peligroso cuando tiene en las cercanías de Venezuela y a tiro de Colombia un gran portaaviones.
Y más peligroso que mono con hojilla cuando en noviembre de 2026 se renueva el Congreso y en un país donde todas las semanas suben los precios de todos los artículos, incluyendo los alimentos, Trump tiene todas las de perder por el daño que le vienen haciendo sus políticas económicas de aranceles estratosféricos.
Si ese escenario se llega a dar, Trump tendría un panorama aún más sombrío que los más de 300 millones que debe pagar como indemnizaciones a sus víctimas de asaltos sexuales en juicios que ha perdido; eso no le debe preocupar mucho porque con las criptomonedas —o bitcoines— que fundó, una con su nombre de presidente de EE. UU. y otra con la de su esposa Melania, ya se han embolsillado más de 5.000 millones de dólares.
Sombrío porque se paralizarían todas sus fanfarronadas y cuando salga de la Casa Blanca cualquier víctima lo podría demandar por violaciones a la Constitución y terminaría con el final que él más teme: preso con traje anaranjado o a rayas.
Ante ese futuro y sabiendo cómo es el personaje, venezolanos y colombianos —por los momentos— estamos obligados a defender el legado que tras la más sangrienta guerra de Independencia —sin olvidar el desastre que significaron las guerrillas federales— tenemos para los hijos y los nietos.
¡Sin tener que por ello pretender el renacimiento de la Gran Colombia!
Domingo Alberto Rangel

