Rostro de mujer | Servir al adulto mayor es amor que transforma

25/10/2025.- Esta es una historia de vida escrita a través del activismo solidario y del amor al prójimo, principalmente por su enfoque primordial en asistir a los adultos mayores y difundir la tarea social del empoderamiento femenino. Rostro de mujer hace el esfuerzo de traer las vivencias de Deisy Rodríguez Ayala, modelo de liderazgo y formación de la nueva mujer venezolana en las comunidades.

Esta modesta joven de 33 años forjó su liderazgo a través de las pruebas que enfrentó: una infancia complicada y serios desafíos personales. En la actualidad, su compromiso se divide en dos frentes esenciales: la provisión de atención para las personas de la tercera edad y la activa formación en la defensa de su patria, Venezuela.

Nacida en San Cristóbal, la niñez de Deisy transcurrió marcada por la tensión familiar y la afrenta. "Mi papá maltrataba a mi mamá. Llegaba tomado y la peleaba", relató. Este entorno la obligó a crecer rápidamente junto a su madre, y sirvió de catalizador para su temprana vocación por el servicio social, una vía de escape y propósito.

Apenas con nueve años, y junto a su progenitora, ya conformaba círculos bolivarianos, trabajando con niños en la localidad de Capacho, durante la gestión del entonces gobernador Ronald Blanco. Tras mudarse a San Cristóbal con su mamá, intensificó su labor: fue voluntaria en la misión médica cubana y se unió al Frente Francisco de Miranda, llevando ayuda y visitando a personas de bajos recursos. "Desde niña, vivo apasionadamente mi labor social. Ayudar a otros le da sentido a mi vida", afirmó.

Su propio camino no estuvo exento de retos. A los 21 años, se casó con el padre de sus dos hijos mayores, una relación que frenó su desarrollo personal. "Esa persona no me permitió avanzar. Yo lo ayudé a que estudiara (...) Cuando quise retomar mis estudios, no me lo permitió", confesó.

Posteriormente, en 2017, enfrentó un duro revés: el nacimiento de su hija menor, quien sufrió hipoxia neonatal, una complicación que le ha generado dislexia y dificultades de aprendizaje. Hoy, a sus 8 años, la niña es un motor para su madre. Deisy, con tres hijos a cargo, ha encontrado apoyo en su padrastro, a quien califica como "nuestra mano derecha" en el cuidado de los niños cuando ella está trabajando.

En la actualidad, Deisy Rodríguez es articuladora del Instituto Nacional de Servicios Sociales (Inass) en el municipio Guásimo del estado Táchira. Esta labor la conecta con las necesidades de la comunidad, en especial las de los adultos mayores.

Comentó:

Durante las jornadas en las comunidades, vemos las necesidades de los adultos mayores. Muchos hijos se fueron del país y dejaron a sus padres con la responsabilidad de sus nietos. Amo este trabajo porque podemos orientar, ayudar y valorar a estas personas.

Su compromiso la lleva a jornadas extenuantes, volviendo a casa casi siempre entre las ocho y nueve de la noche. Pese al panorama, se mantiene firme en su visión:

Gracias a Dios, los que quedamos aquí estamos poniendo nuestro grano de arena para sacar a esta nación adelante. Sé que hay un gran futuro en Venezuela, por ello no me quiero ir de mi patria. Es más, no me veo en otro país.

Su activismo abarca múltiples frentes, incluyendo los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), el Movimiento Somos Venezuela y los consejos comunales.

No obstante su apretada agenda, Deisy tiene un proyecto claro:

Seguir estudiando. En cinco años, me veo con una carrera, preferiblemente Gestión Social o, dadas las circunstancias, la otra opción sería Informática, lo cual me permitiría enseñar a los adultos mayores a usar la tecnología.

Confesó que su gran motivación es demostrarles a sus hijos que, a pesar de las situaciones, sí se puede salir adelante. "Los hijos no son un impedimento. Todo está en que una se mentalice y se trace una meta en la vida para lograr el objetivo".

Se definió como una mujer humilde, sencilla y guerrera que, pese a las circunstancias, ha logrado sus anhelos. Su mensaje para las mujeres es un llamado a la unidad: "Debemos valorarnos, respetarnos, porque hoy se ve mucho que una mujer denigre a otra (...) Los hombres se cuidan entre ellos, mientras que nosotras hacemos lo contrario".

Su historia es el testimonio vivo de que la adversidad puede ser el motor de un propósito profundo. Además, ha transformado un pasado de desafíos personales y familiares en una fuente inagotable de servicio y compromiso con su comunidad. Esta insigne luchadora, incapaz de rendirse, es la prueba de que quienes se quedan en esta tierra de gracia son la esperanza tangible del futuro de Venezuela.

Deisy Rodríguez Ayala, al servicio de la experiencia

 

Nirman García Berbeo

Facebook e Instagram: @rostrodemujer1


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