Aquí les cuento | JFS, las iniciales de un genio venezolano
17/10/2025.- Y es que en Venezuela lo que sobran son genios. Lo que ocurre es que, históricamente, la mayoría de ellos pasan inadvertidos, porque el entorno los llenaba, y aún todavía, de ruidos, de distracciones inútiles, por decir lo menos, que les impide desarrollar sus capacidades y desplegar su verdadero potencial.
Esto es una verdad verdadera. Por eso estamos aquí leyendo el relato referido a un hijo de un estado andino que nació un día de mayo del año 1900, en un pueblito dedicado a la agricultura y a la felicidad.
De título coloqué las iniciales de su nombre. Ahora me preguntas: —¿Por qué?
—¡Ah!, te respondo:
—¡Porque estoy seguro de que tú eres un genio y podrás descifrar, no solamente su nombre, sino su fascinante historia, y, ¿por qué no?, tomarlo como ejemplo para inspirarte y emular su grandeza!
—Lógico. Para ello te daré las más sencillas pistas.
Nuestro genio nació en un pueblito andino habitado por gente trabajadora llamado: SRM… ¡Ajá! ¡Agárrate, pues!
En esa época, principios del siglo XX, en los pueblos pequeños de Venezuela y en las zonas rurales, no había escuelas. Los niños aprendían a leer con algunos maestros que atendían en sus casas y poco a poco fueron naciendo las instituciones educativas, en los hogares, corredores y patios. Dado el interés de los mayores por reforzar con la escuela la educación de sus hijos e hijas, empezaron a gestionar la construcción de instituciones educativas.
Los niños del pueblo gozaban de la educación familiar, del aprendizaje permanente de las labores del campo y eran realmente muy cultos. Eso se ha mantenido desde siempre en todo el territorio de SRM y, en general, en los pueblos andinos.
JFS era tan genial que, aun siendo niño, gozaba de la admiración de todos: niños y adultos de su pueblo. Su nombre comenzó a cubrir, como fresca neblina, a todos los pueblos de la cordillera.
A medida que fue creciendo, sus manos empezaron a construir cosas para solucionar necesidades de la comunidad de SRM y de otros pueblos, haciendas y caseríos del estado.
Entre las obras realizadas por nuestro genio andino se pueden ver acueductos, trapiches para moler la caña para el papelón y molinos para el trigo, para hacer harina. Y otros tantos inventos y soluciones. Te corresponde a ti investigar y conocer más a fondo a JFS.
Corrían los años cincuenta cuando llegó el primer tractor a SRM; un señor muy trabajador había vendido muchos sacos de papa y ajo, y había logrado comprarlos en la capital del estado. Y lo habían llevado rodando por toda esa carretera de curvas y enormes farallones.
Al acercarse a SRM, después de una semana de rodar, ahí cerca, a escasos cuatro kilómetros y cuarto de la plaza Bolívar, tal vez por cansancio del conductor, se desbarrancó el tractor y se fue unos cuatrocientos metros por el precipicio. El conductor saltó a tiempo y se agarró con fuerza de una planta de frailejón, resultando ileso del accidente.
El dueño del tractor, quien, después de años de trabajo y ahorrar cada bolívar para adquirir la maquinaria, estaba desolado. Todos aseguraban que el tractor estaba perdido. Bueno, a pesar de haber rodado por aquel barranco, esas maquinarias son muy fuertes y no había sufrido mayores daños. Allá mismo, al fondo donde se encontraba, aún funcionaba su motor.
No había forma de sacarlo. Una grúa costaría mucho dinero, y por las características del terreno era imposible utilizarla.
El hombre estaba triste mirando al fondo su maquinaria derrotada, cuando un paisano se le acercó y le dijo:
—¡No te aflijas, Eutimio! ¡Todo tiene solución!
Era nada menos que JFS.
El hombre lo miró y forzó una sonrisa. Sus ojos estaban impregnados de lágrimas.
JFS preguntó a los presentes:
—¿Quién quiere darle una mano a Eutimio?
Todos los hombres, mujeres, niñas y niños presentes levantaron los brazos y gritaban alegres, diciendo:
—¡Yo, yo! ¡Cuenta conmigo!
La madrugada del día siguiente, se encontraron en la plaza, tomaron café y unos traguitos de miche calentaíto y salieron todos en procesión, guiados por JFS.
JFS sacó de su morral unas herramientas, la mayoría fabricadas por él, y empezó a desarmar aquel tractor. Bueno, y ya a media mañana la cantidad de piezas y hierros de aquel monstruo mecánico se veían extendidos ordenadamente sobre el piso. JFS iba apuntando en un cuaderno la descripción y la ubicación exacta de cada sección desarmada.
Después, con la utilización de cuerdas de sisal, empezaron a subir cada parte hasta un claro de la carretera, donde las colocaban organizadamente.
En esa curva de la carretera, las madres y toda la comunidad habían organizado varios fogones para preparar la comida para todos los trabajadores y acompañantes, es decir, todo el pueblo. Al caer la noche, los músicos interpretaron con violines, cuatro, tiple, guitarra y maracas las canciones campesinas más hermosas de SRM.
Casi todo el tractor estaba arriba. En el fondo quedaba lo más pesado: el bloque del motor y los cauchos traseros.
A la luz de la fogata se observó a JFS haciendo unos cálculos con una choricera de números y dibujando un sistema de poleas.
Eran las ocho y cuarenta y ocho minutos de la noche cuando se puso de pie y se dirigió a todos diciendo:
—¡Para mañana necesitaremos seis horcones de cinco metros y medio, seiscientos metros más de mecate y ocho mulas!
A media mañana del siguiente día, ya habían concluido la operación de rescate. Continuaron celebrando hasta el anochecer.
Dos días más bastaron para armar de nuevo el tractor. En la tarde de ese segundo día, una comparsa de todo el pueblo recorrió las tres calles de SRM; entre música y expresiones de alegría, que se levantaban hacia la neblinosa cumbre de los cerros, JFS caminaba entre la multitud, con su insustituible sombrero, saludando a sus paisanos.
Una vez más lo había logrado.
Nota:
Te la puse fácil, responde tú. Datos y biografía del personaje. Su obra. Estado y lugar de nacimiento. Fecha… etc. Si lo haces, serás un aprendiz de genio. ¡Bueno, eres venezolano!
Aquiles Silva