Tejer con la palabra | Tibia radiancia de Belén Ojeda
15/10/2025.- Las hojas y los pétalos, sabemos, reaccionan a la luz. Se mueven lento y sin descanso hacia ella; la buscan. Saben imprimir en sí mismas una tibia radiancia, al mismo tiempo que el frescor de la sombra. Así es como hay fotos grabadas en clorofila, con el verde de la nostalgia, cargadas con un anhelo del sol que ya fue. Fotos de selva, fotos de bosque...
Si alguien registrase sus más preciados recuerdos en estas fotos, llamadas clorotipos, se borrarían, como se va desvaneciendo el sol que cede terreno al azul. Las hojas están hechas para irse con el viento, para secarse, y los rostros impresos en ellas serían cegados por la misma luz que los dibujó. Es por eso que Belén Ojeda escribe, porque, entre poema, exposición y encuadre, preserva la memoria que le fue dada vía las raíces de sus árboles. La palabra en su libro Árboles de hoja perenne (2024), de la editorial Acirema, vuelve a trazar el contorno de las líneas que se han ido atenuando de a poco.
Es gracias a esto que podemos saber de su país secreto:
La patria fue entonces
el pequeño pozo
que construía mi padre
para protegerme del oleaje
Más tarde
fue el patio con limonero
los límites tangibles
las síncopas de nuestro andar
los acentos de nuestras manos
los sonidos de un idioma
tallado a fuerza de aire caliente
y de esta luz
que nos impide
vernos por dentro
La patria fue también
el sabor de la diferencia
los tatuajes de caña y café
la primavera irrevocable
la dicción blanda de los frutos
sal en la piel
Descubrimos que esta autora viene de un mundo no solo de árboles, sino que también nos cuenta de todos los animales que ha encarnado en la propia piel. Monos, jaguares y venados se agazapan entre inmensos helechos y tostados yagrumos. Son todos familia, porque respiran el mismo aire quieto. También, porque, en realidad, son una colección de recuerdos. Son un tesoro que conmueve leer. Se parece a abrazar a un árbol viejo, quedarse con una hoja y nunca más volver.
Rebeca Pérez Ramírez
Belén Ojeda (Caracas, 1961)
Música, traductora y poeta. Egresada del Conservatorio Tchaikovsky de Moscú. Ha publicado los poemarios: Días de solsticio (Pen Club, 1995); En el ojo de la cabra (Editorial Diosa Blanca); Territorios (La Liebre Libre Editores, 2000); Graffiti y otros textos (Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2002); Obra completa 1995-2020 (LP5 Editora, 2020); Fragmentos (LP5 Editora, 2023); Árboles de hoja perenne (Acirema, 2024), y la antología Mínima caligrafía (Acirema, 2025). Traductora directamente del ruso de Anna Ajmátova, Marina Tsvietáieva, Ósip Mandelshtam y Boris Pasternak. Profesora jubilada de la Universidad Nacional de las Artes (Unearte) (1987-2024). El libro Graffiti y otros textos recibió el premio de la Bienal de Poesía Francisco Lazo Martí, de Calabozo, estado Guárico, de la República Bolivariana de Venezuela.