12/10/2025.- ¿Qué hay detrás del Nobel entregado? El descaro de darle un Premio Nobel a la ultraderechista María Machado quedaría en la historia como un mal chiste o el colmo del absurdo, si no hubiera otra intención más allá de reflotar su menguado protagonismo en las filas de la oposición extremista y en militantes del odio que viven en el exterior. 

Detrás de la parafernalia del premio, hay mucho más: el ala guerrerista del Pentágono de EE. UU. pretende darle una inmunidad internacional que la proteja de hechos posteriores que no sabemos cuáles serán. Ahí está el detalle. No es el premio en sí mismo (que desde que se lo dieron a Obama sabemos que está devaluado), sino por el contexto actual de amenaza militar de EE. UU. a Venezuela en el que se lo dan. 

La entrega del galardón parece responder a un esquema de operación bélica en marcha, en la cual quieren que ella sea intocable en un escenario sobrevenido de agresión al país. La estás protegiendo de algo. Y no es para nada bueno para el buen devenir del país. 

La última vez que inventaron algo con ella desde el exterior fue en el 2014, cuando Panamá le otorgó un cargo ficticio de “embajadora alterna” de ese país para solicitar, en una sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), una invasión a Venezuela, disfrazada con la narrativa de “activación de mecanismos internacionales” contra el gobierno de Maduro. Lo hizo sabiendo que perdería su inmunidad como diputada, que luego ocurrió conforme a las leyes venezolanas.

Hay otro detalle a considerar: Machado fue postulada al premio por Marco Rubio, actual secretario de Estado de EE. UU. y asesor interino de Seguridad Nacional, dos cargos que le dan peso para promover, como lo está haciendo, el desproporcionado despliegue de buques de guerra, cazas F-35 y miles de marines en el Caribe en clara amenaza de agredir a Venezuela. Una cosa está ligada a la otra. Ante una posible agresión, Machado, con el premio, gozaría de cierta inmunidad en la comunidad internacional.

Como Trump estaba obsesionado por el premio, y la designación de Machado podría generar algún resquemor en él, Rubio lo resolvió gestionando una llamada telefónica entre ambos. El mandatario estadounidense habló públicamente de la conversación con Machado. La confesión de Trump fue una mezcla de resignación y narcisismo, después de que ella le dijera que él merecía el premio y que lo recibiría en su honor. Un control de daños a tiempo operado por Rubio. 

El premio, además, se inscribe como una nueva provocación. Saben que Machado no es sinónimo de paz, concordia y reconciliación, sino de terror e invasión militar. El mensaje al mundo que brinda el Comité Niruego del Nobel es que el premio ahora es la antítesis de lo que significa realmente la paz. Igual con Trump como postulado al Nobel, tampoco tenían mucho margen de maniobra, pero hicieron el ridículo en entregárselo a Machado. Y tal vez nunca se enteren. La información que esas élites nórdicas reciben de Venezuela es la misma que consumen los gringos supremacistas. En cambio, aquí en el país, en la cotidianidad interna, todo el mundo está claro en que la señora no está ni de cerca de representar la paz. Está mucho más cerca del odio y del fascismo.   

Manuel Palma