Cine para Llevar | Una batalla tras otra (2025)
Su nivel de la realización es tan alto como profundo su argumento
10/10/2025.- El cine es un reflejo de la realidad. En la película de Paul Thomas Anderson que actualmente está en cartelera, la sociedad norteamericana tiene un espejo que expone no solo el presente, también lo que podría ser su futuro. La violencia, los prejuicios contra los inmigrantes, el totalitarismo, la intolerancia en una sociedad que asfixia al ciudadano son algunos de los temas que en forma de sátira se exponen en esta cinta de más de dos horas que ni se sienten.
Las películas que combinan altas dosis de entretenimiento y argumentos inteligentes y que sirven para reflexionar sobre la realidad fácilmente pueden ser calificadas como obras de arte. Esto sucede con Una batalla tras otra, un largometraje que no tiene mucho que ver con la filmografía de su director (Boogie Nights 1997, Magnolia 1999, Embriagado de amor 2002, Phantom Thread 2017) porque tiene una gran carga de realidad social y política, pero mantiene toda la consistencia y emocionalidad que generó en el resto de su filmografía.
El largometraje, que cuenta con un elenco de actores notables encabezado por Leonardo DiCaprio, Sean Penn, Benicio del Toro, Teyana Taylor, Tony Goldwyn, entre otros, usa elementos cinematográficos valiosos para crear una buena película. Las secuencias, diálogos y escenas de acción tienen el poder de inmiscuir al público enteramente en la historia de una pareja poco convencional.
La libertad, o más bien su búsqueda, es uno de los motivos de los protagonistas para comportarse del modo en que lo hacen. Sin embargo, Paul Thomas Anderson es objetivo y no los justifica, presenta sus acciones como lo que son: elecciones personales que tendrán consecuencias.
En Una batalla tras otra, los personajes se contradicen en sus necesidades y aspiraciones, lo que los lleva a vivir circunstancias límite que son, finalmente, el foco de la película, donde todo lo que pasa tiene una razón. Esto tiene mucho sentido si sabemos que Paul Thomas Anderson ha dicho en varias entrevistas que se pasó por lo menos 20 años escribiendo el guión. Aunque también advirtió que dio lugar a la improvisación, en conjunto con los actores, que aportaron su perspectiva a la hora de filmar, enriqueciendo su visión de la historia.
Uno de los grandes aciertos de la realización de la película son las escenas de acción. Literalmente, se siente vértigo al ver algunas persecuciones en una carretera que parece infinita. En la cinta, el nivel de la realización es tan alto como profundo es su argumento.
Una de las más destacadas interpretaciones en el largometraje está a cargo de Sean Penn, uno de los mejores actores del mundo, capaz de dar todo lo que su personaje necesita para convencernos. Nunca se repite, al igual que DiCaprio o del Toro, cuyas actuaciones son intensas, siempre concentrados en comunicarnos las emociones de sus personajes. Nada más por verlos actuar, vale mucho la pena este largometraje convulso sobre un mundo que lo es mucho más.
Vivimos una época donde la intolerancia, la xenofobia y el odio gratuito dan pie a guerras absurdas, miseria y muerte. Este largometraje es una oportunidad para reflexionar sobre lo ridículo que puede llegar a ser el rencor como argumento, y es que para oponerse a las ideas ajenas es necesario desarrollar la inteligencia, un bien escaso incluso en los países del llamado primer mundo.
Finalmente, es probable que el gran acierto de Una batalla tras otra sea su capacidad de enganchar y no aburrir, aunque habla de temas políticos y sociales. En el cine, quien predica no entretiene. En la cinta, el director expone su mensaje a través de las emociones y una película que emociona vende sin esfuerzos.
Luisa Ugueto Liendo
Instagram: @luisauguetoliendo