Palabras... | Acercamiento (I)

Desde hace tiempo, insisto en dormir de espaldas, para no ver lo que me detiene.

 

02/10/2025.- Hay que cortar definitivamente los diversos fantasmas intermediarios del ombligo para poder salir a ver la luna o el sol, donde están escritas las innumerables señales del tiempo, en correlación con la multitud de variantes que existen al momento de iniciar la decisión de otra elección de vida.

Es propicio compartir los senderos de la nueva búsqueda. Ando igual, tratando de colarme en una vieja dimensión interior, donde, ojalá, pudiera encontrar explicación sobre dónde nos perdimos y cómo y de qué manera debo mirarme para coincidir con el horizonte interior que a cada quien corresponde.

Quisiera, por mis propios medios y con mis propios pasos, entrar a verme y abrigarme y sentir cómo era querer antes del exterminio.

Pero al mundo interior se entra con los sentidos, no con el verbo.

Dos mil años se han perdido al convertirnos en cerebro, como basura reciclable.

Es el instante de la conciencia, optar por el alzhéimer político convencional.

Usar menos el cerebro, y mucho menos la condición económica social, para poder intentar acercar el cuerpo a la naturaleza que éramos.

Oír, mirar, sentir, tocar, saborear la vida en sus sensaciones es el mundo por liberar.

Limpiar el cuerpo del recipiente urbano en que lo han convertido, semicomer, pensar trabajando esclavo, defecar...

Quién dijo que el camino de los sueños estaba asfaltado...

Céntrese en usted y en su responsabilidad por el hecho de tener vida. Desátese del mundo exterior y abrácese.

No se trata de morir por llegar, sino de vivir a plenitud cada paso decidido, porque la meta sigue siendo el camino y la victoria es estar vivo, y no hay nada superior al despertar.

Para los mayas, la felicidad está llena de dolores y la sabiduría ha de encontrarse en la cultura del buen vivir, en su concepto originario.

Hay que dejar de pensar y de actuar, sostenido por la visión del mundo como una cruz.

El planeta es inconmensurable y todos los días andamos el mismo camino, produciendo los mismos resultados.

Primero fueron los sentidos, no el verbo.

 

Carlos Angulo


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