Ahora los pueblos | Bolívar antiimperialista
El imperialismo norteamericano está consciente de que la unidad de la América Latina y el Caribe cierra sus posibilidades hegemónicas en el continente en la misma medida en que la desintegración favorece.(1)
Francisco Pividal
01/10/2025.- El Libertador Simón Bolívar ocupa un lugar privilegiado en el alma de los pueblos latinoamericanos; su doctrina encarna las máximas aspiraciones históricas de estos pueblos, a la vez que contiene toda la fuerza de la tensión norte-sur que hoy aún marca las relaciones en esta región del mundo. Afirma el historiador cubano Francisco Pividal: “Muy pocos en la historia de la humanidad han sido dirigentes de la acción, en el lugar de la acción y al frente de la acción. ¡Bolívar fue uno de ellos!”.
Su obra va más allá de haber liberado los territorios que hoy conforman a naciones como Venezuela, Colombia, Panamá, Ecuador, Perú y Bolivia. Trazó un proyecto contrahegemónico que contribuiría a mantener el equilibrio de un mundo signado por las pugnas entre las potencias europeas y la naciente potencia norteamericana. Colombia estaba destinada a convertirse, por su posición geográfica privilegiada que incluía toda la fachada Caribe de Venezuela, la fachada hacia el Pacífico de la Nueva Granada y la posibilidad de un canal interoceánico en Panamá, con las riquezas del antiguo Virreinato del Perú y el Alto Perú, sumado a las posibilidades de la Audiencia de Quito y la Provincia de Guayaquil, en una gran potencia mundial.
La República de Colombia, conocida después como la Gran Colombia, encarnaría la posibilidad de una voz con peso propio en el concierto de las naciones del mundo, una potencia no solo por su gran extensión territorial y riquezas, sino por lo original de su modelo político social cimentado en la igualdad, donde los pueblos antes colonizados pudieran demostrar su capacidad creadora con modelos propios de desarrollo, ejerciendo la soberanía plena sobre sus territorios y recursos, sin subordinación política o económica alguna.
Dos ideas fundamentales resumen su legado histórico, dos ideas que harían viable la consolidación de su proyecto: Independencia plena y unidad continental. A dicha unidad continental consagró sus últimos esfuerzos, la concepción y organización del Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826, “para defender las masas empobrecidas de Nuestra América frente a las pretensiones expansionistas y hegemónicas del monroísmo y del panamericanismo”.(2)
Fue Francisco de Miranda el primer venezolano en concebir la independencia y la unidad hispanoamericanas como acciones estratégicas para lograr la liberación de los pueblos nuestroamericanos. Bolívar recoge la visión geopolítica de Miranda y ambos chocaron con las ambiciones expansionistas de Estados Unidos. Nación para la cual era necesario posponer la revolución hispanoamericana, hasta tanto pudiera beneficiarse de ella y no Inglaterra.
Debido a la falta de unidad, perdió Nuestra América todos los esfuerzos consagrados a alcanzar su primera independencia. Corresponde hoy a los hijos e hijas de Bolívar la concreción en el siglo XXI de la unidad latinoamericana para frenar las pretensiones expansionistas y hegemónicas del decadente imperio estadounidense. Lleva hoy Venezuela el peso histórico de ser la vanguardia política para impulsar desde la región más desigual del mundo un nuevo orden pluricéntrico y multipolar, cimentado en la justicia social y la paz.
Fuentes consultadas
(1) y (2) Pividal, Francisco (2015). Bolívar: pensamiento precursor del antiimperialismo. Disponible en:
Anabel Díaz Aché