Psicosoma | Crueldades miméticas
¿Qué es vivir? Vivir no es otra cosa que arder en preguntas.
Antonin Artaud
Desde el punto de vista del espíritu, crueldad significa rigor, aplicación y decisión implacable, determinación irreversible, absoluta.
Antonin Artaud
30/09/2025.- El taller de lecturas continúa en una variedad de formatos: lecturas silenciosas, al unísono e intercaladas entre lo individual y lo grupal. Utilizamos libros en formato físico y digital, así como los audiolibros, en los que se abordan desde los temas más diversos hasta los "libros de cabecera", que se leen a ritmos personales. Estas dinámicas de lectura derivan de los talleres de creación literaria que se llevaban a cabo en escuelas, colegios, universidades y espacios no convencionales en Venezuela.
Este mes, Costa Rica celebra los 204 años de su independencia, a la vez que en Centroamérica también se conmemora el famoso Grito de Dolores, en México. Las casas costarricenses visten sus ventanas con guirnaldas de los colores de la bandera. En los jardines, se observan trajes típicos tejidos. Las mascaradas, la música de las marimbas y las marchas de niñas y niños con sus familiares y docentes, portando originales faroles, engalanan cada rincón de las siete provincias. La antorcha de la libertad, con su fuego constante, promueve la unión de los pueblos, y su luz es un grito de esperanza. Paralelamente, la presidenta de México, vestida con un traje tradicional, invocaba la paz y el respeto de los derechos humanos en un acto memorable.
Mientras esto sucede, escuchamos noticias sobre buques de guerra estadounidenses en el Caribe, frente a las costas de Venezuela. Esta acción parece una táctica para infundir miedo, utilizando la mentira de combatir el narcotráfico y otras "sandeces" como pretexto para violar e invadir. Cuán certera fue la visión de Simón Bolívar en 1829, al decir que "los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad".
La generación de mentiras sigue siendo efectiva en algunos países. Por ejemplo, en la compañía asesina de Israel, la mentira extermina Gaza mientras es sitiada por los cuatro costados. Las imágenes de carretas, camiones y burros avanzando al peso del fatum (destino) parecen escritas por el poder de la camarilla de psicópatas dirigida por el genocida Netanyahu.
Resulta inevitable la coronación del odio, ya que en lobbies se planifica "el día después". ¿Qué sigue? ¿La reconstrucción de largas alamedas con bulevares y aceras con cafés de "vistas de ensueño"? Mientras las instituciones debaten, los pueblos del mundo marchan y los intelectuales y artistas buscan su "segundo de fama", la gente sigue siendo asesinada, arrancada de raíz de este planeta. Los sobrevivientes enloquecen en vivo y en directo en estas fechas de "amor patrio".
Muchos prefieren estar "ciegos, sordos y mudos", con "la barriga llena y el corazón contento", anestesiados por el grito de gol e hibernando en alcohol y drogas para "matar el tiempo". La infrarrealidad y la ignorancia hipnotizan, impidiendo percibir el bosque. Ese supuesto metro cuadrado de nicho "feliz" nos hace creer que somos inmunes a las guerras. Preferimos cambiar de canal (o el foco) para continuar con las programaciones decretadas de eventos políticos, el fútbol, la religión, el arte y las modas, sin prestar atención al aumento de femicidios, suicidios en jóvenes adolescentes, enfermedades mentales o la crisis educativa.
Las fiestas patronales siguen su curso, al igual que las patrióticas de un nacionalismo exacerbado, los fanáticos y los caudillistas. Aumenta la atracción de grupos con gustos, ideologías y fisonomías similares, que tienen en común la necesidad de buscar culpables fuera de la manada, mientras se les va la vida esperando un salvador.
Las guerras personales, internas, grupales y entre países poseen el poderío de una crueldad finamente urdida. Al analizar las crueldades miméticas, era inevitable adentrarse en el surrealismo y tocar a uno de sus representantes, el creador y poeta del Teatro de la Crueldad, Antonin Artaud. Él convivió con los indígenas tarahumaras, "los de los pies ligeros", y se inició en los ritos chamánicos con el peyote:
"(...) acostado a poca altura para que cayese sobre mí el río, para que el fuego, los cantos, los gritos, la danza y la propia noche, como una bóveda animada, humana, girara viva por encima de mí (...)".
En esos tiempos de Guerra Mundial, el poeta concibe una obra que nos ilumina al percibir, en momentos de conmoción y carnicería humana, una crueldad dosificada para matar a personas que no comulgan con el poder y con las divergencias. Artaud propone otras concepciones de libertad, evita los parlamentos del actor o de la actriz, y se sujeta a la dirección del dramaturgo para integrar esa separación. Todavía se cree que el teatro de la crueldad utiliza violencia, cuando es más bien la pureza de las emociones, visceral, sin separación de alma, espíritu, cuerpo ni pensamiento. Las acciones evitan el proceso del lenguaje, porque sabemos que las palabras se instrumentalizan, ocultan verdades y se mimetizan de acuerdo con los intereses del poder.
Las escenas o montajes del actor, sin mediación de textos, se centran en gritos, gestos, sonidos, gruñidos y movimientos corporales que confrontan al espectador para despertarlo y conmoverlo con verdades ocultas sobre la condición humana.
Junto a mí, el dios-perro y su lengua, / atravesando como una flecha la costra / del doble cráneo abovedado / de la tierra que lo escuece.
Rosa Anca