Retina | Entre ladrones

29/09/2025.- Trato de entender las motivaciones idiotas de los que apoyan a Donald Trump en su deseo de un saqueo total de las riquezas de Venezuela. En su período anterior, ya robó dinero y empresas de todos los venezolanos.

En esa oportunidad, fuimos testigos de la actitud vergonzosa de los muy pocos que imploraban y rapiñaban en los círculos de Trump para carroñar migajas de ese botín. Un robo perpetrado argumentando una empatía inexistente y la supuesta amistad entre ladrones.

En esa búsqueda me he quedado prendado de la frase “la amistad solo se da entre los buenos”. Es una sencilla sentencia en su conformación, pero propone un enunciado ético que obliga a reflexionar sobre nuestra propia experiencia.

Fue concebida por los filósofos estoicos, unos trescientos años antes de Cristo, y la he encontrado en el libro Éticas de crisis: cinismo, epicureísmo, estoicismo, del profesor mexicano Josu Landa, publicado en 2015.

Se trata de un ensayo que indaga en escuelas filosóficas que hicieron frente a las crisis surgidas en medio de la decadencia de la Grecia clásica. Su ejercicio consiste en ubicar las sabidurías que supieron hacer frente a esa decadencia, porque entiende que vivimos hoy algo similar.

Sostiene que las diferentes crisis que nos retan constituyen en realidad “un proceso de deterioro, vencimiento, desgaste, descomposición y desintegración de un orden social, político, moral y cultural; en suma, un movimiento degenerativo que engloba, fomenta y metaboliza procesos de crisis”.

Una evidencia de esa descomposición se puede ilustrar con la putrefacta conducta de figuras como María Corina Machado, Leopoldo López, Julio Borges y Juan Guaidó, a quienes se puede adjudicar la convicción estoica de que “la peor esclavitud, la más condenable, es la que consiste en la privación de la autonomía ética, en la sumisión, expresión execrable de un alma débil y no bien avenida con la razón”.

Su sumisión criminal a las mafias anticubanas de Miami expresa la normal excrecencia del capitalismo depravado y depredador. No es un engendro raro a la lógica de decadencia del capitalismo actual.

La amistad requiere dignidad y libertad, no hay duda. Entre delincuentes no es posible la amistad. Así lo prueba la humillación a la que ahora somete Donald Trump a quienes se mostraban como aliados de Estados Unidos cuando no eran más que países sometidos y sumisos ante la voluntad de Washington. También lo demuestra el propio sometimiento de Trump a los caprichos de Netanyahu. Es verdad, “la amistad solo se da entre los buenos”.

 

Freddy Fernández

@filoyborde

 


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