Una vuelta por la UCV redescubre la joya arquitectónica de Caracas
Tras cuatro años de recuperación la Ciudad Universitaria de Villanueva vuelve a brillar
26/09/25.- Desde la plaza del rectorado de la Universidad Central de Venezuela, (UCV), se inició el recorrido por los espacios y áreas comunes que fueron intervenidas por la Comisión Presidencial para su rehabilitación y restauración, en el año 2021, del complejo universitario, por parte del gobierno bolivariano y las autoridades de la universidad.
La vuelta por la Ciudad universitaria de Caracas, Patrimonio nacional y de la Humanidad, estuvo a cargo del Director de la Comisión Presidencial para la recuperación de la UCV, Francisco Garcés, quién explicó a detalle el minucioso y complejo proceso de investigación para posteriormente, llevar a cabo la restauración en distintas fases.
Cumpliendo con los protocolos y normativas establecidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), se honra el diseño y acabado original, realizado por el genio de la arquitectura venezolana, Carlos Raúl Villanueva.
En este sentido, Garcés resaltó la importancia arquitectónica, artística y paisajística del complejo universitario. La primera fase de rehabilitación precedió a la pandemia, situación que agravó el deterioro del complejo y logró la funcionalidad del recinto para su reapertura.
“La Ciudad Universitaria de Caracas es una verdadera joya, caracterizada por una arquitectura extraordinaria, una obra especial, con un inmenso valor histórico en el planeta tierra, esto que tenemos los venezolanos acá, que los caraqueños disfrutamos todos los días, es una edificación única en el mundo. Por eso hay que redoblar esfuerzos para divulgar este patrimonio”, agregó.
Garcés destacó los trabajos realizados durante los últimos cuatro años, a raíz del desplome de una tramo superior, ubicada en la zona conocida como "Tierra de Nadie”, resultado de varios años de abandono y falta de mantenimiento y conservación, por parte de las autoridades de la universidad.
“En ese momento el estado venezolano decide crear la Comisión para evaluar las condiciones del Patrimonio, para posteriormente intervenirlas de manera integral, para su recuperación, rehabilitación, reconstrucción y restauración”, puntualizó.
Además,resaltó la importancia de contar con un equipo multidisciplinario, integrado por profesionales egresados de las distintas escuelas de la prestigiosa universidad, en articulación con sus autoridades, para restituir a sus condiciones originales el recinto universitario.
“Reconocemos el trabajo y aportes de cada una de las escuelas involucradas, también contamos con el concurso y apoyo de las autoridades. Asimismo agradecemos el esfuerzo de cada obrero, cada trabajador para realizar el proyecto y continuar el mantenimiento de esta obra tan especial”, afirmó.
La primera visita se realizó en el Aula Magna, uno de los espacios emblemáticos de “la Casa que vence las sombras”, que resplandece y maravilla la mirada de los visitantes luego de su recuperación, tomando en cuenta cada detalle de la época de su inauguración.
Garcés, desde el recinto cultural destacó la vinculación que tiene el arte con la vida universitaria y cómo ésta se integra en cada espacio de la universidad.
Este escenario ha visto desfilar infinidad de eventos importantes desde su inauguración en los años 50, incluyendo artistas y espectáculos de talla nacional e internacional, grupos de teatro, danza, música de cámara, festivales, entre otros. También acotó que es una de las salas más grandes del país y la tercera de este tipo en el mundo, por sus características acústicas y visuales.
“La recuperación de este espacio fue un trabajo complejo que duró un año, luego de varios años inhabilitada debido a un hongo, para poder devolverle a los ucevistas y a todos los venezolanos este maravillosos espacio”
Por su parte, Plácido Ortuño, director del espacio compartió “Está Sala fue inaugurada con la décima Conferencia Internacional Iberoamericana, presidida por el General Marcos Pérez Jiménez, marcando un hito en el continente”, dijo.
Por último Ortuño, resaltó cada fase del complejo proceso de recuperación y que contó con un personal del más alto nivel para intervenir el espacio y recuperar todos los elementos, que permiten su óptimo funcionamiento como los sistemas de poleas y techos falsos que cumplen una importante función para preservar la altísima calidad de la resonancia y acústica natural que brinda una experiencia cautivadora a las casi cuatro mil personas que alberga su interior.
Edificios adquieren su color original
Continuando con el recorrido, Garces refirió el proceso de rehabilitación integral de las nueve facultades que comprenden 89 edificaciones, más las áreas del Hospital Clínico Universitario, el Instituto de Medicina Experimental, siguiendo fielmente los planos originales elaborados por el equipo de arquitectos e ingenieros liderados por Carlos Raúl Villanueva.
También destacó el trabajo investigativo para lograr que la infraestructura volviera a tener la apariencia y colores, cada detalle es un homenaje para el genio de la arquitectura quien dió clases en la prestigiosa casa de estudios.
“Es importante acotar que se logró recuperar gran parte de los servicios médicos, para nuestro pueblo, trabajando de manera engranada con las autoridades universitarias y el gobierno nacional”, aseveró.
Asimismo, Garcés explicó los pormenores de la rehabilitación del vitral del artista Fernand Leger, un proceso minucioso para devolverle su esplendor, así como la recuperación integral de la Biblioteca Central. La ruta incluyó la visita al balcón desde donde se puede observar la privilegiada vista al Waraira Repano y la zona denominada “Tierra de Nadie”.
Ucevistas vencen las sombras
La arquitecto Dulce Medina, directora del equipo multidisciplinario fue la encargada de los trabajos de restauración de la infraestructura externa e interna, que se realizó después de una minuciosa investigación para determinar las características de cada espacio, de acuerdo a los planos originales del complejo universitario, en el área patrimonial, colorimetría, paisajismo, para lograr su restauración integral.
Medina agrega que fue un proceso de alta complejidad, ya que se tuvieron que recrear y fabricar piezas, adaptando las mismas a los materiales existentes, para ser lo más parecido posible a los originales de la década de los 50.
La arquitecta refirió que durante la rehabilitación se descubrieron muchas construcciones inadecuadas realizadas a partir de los años 70, que afectaron negativamente la funcionalidad y el diseño patrimonial de la obra.
“Los asesores de la comisión realizaron un impecable trabajo de investigación a profundidad, para cumplir con las normativas de restauración patrimonial que establece la Unesco, que nos llevó a revertir los daños causados por construcciones inadecuadas en la Ciudad Universitaria”, indicó.
Sin embargo, la arquitecta refirió que la restauración tuvo un impacto positivo, ya que activó varias fábricas ubicadas en el interior del país, en la ciudad de Caracas e incluso maestros artesanos que fueron incorporados a la fabricación de piezas, pisos, obteniendo un beneficio económico por su producción para la obra. También fue reactivada la carpintería ubicada en los galpones de la universidad, la cual fabricó todas las piezas de madera requeridas durante la restauración del complejo.
“La restauración de la infraestructura incluye la recuperación de los colores originales de las fachadas, el rescate de las policromías del artista Mateo Manaure, así como el acondicionamiento de los laboratorios", indicó.
Estuvo presente la mano de obra de artesanos, diseñadores, para diseñar moldes, instalar pisos y mosaicos de forma manual y obtener los acabados, más parecidos al diseño original ”, explicó.
Asimismo, con respecto a los detalles de la parte interna de las edificaciones restauradas se colocaron las lámparas y mobiliarios originales de la época para evocar en los visitantes esa conexión con el pasado y darle ese toque de modernismo que quiso plasmar Villanueva en cada detalle de la Ciudad Universitaria.
Para concluir, Medina acota que siendo egresada de la UCV, haber sido convocada a formar parte del equipo de la comisión y llevar a cabo este proceso de restauración y conservación patrimonial, es un aprendizaje para todos los que participan en ella.
“Ha sido un trabajo delicado, ha sido un reto y un aprendizaje, ya que muchos estudiamos aquí, hacemos vida en la universidad, pero la estamos redescubriendo de nuevo”, puntualizó.
El paisajismo: conexión con lo humano
La Ciudad Universitaria cuenta con uno de los más hermosos paisajismos en Caracas, estos espacios fueron concebidos como una composición paisajística del complejo universitario, con más de 200 hectáreas, de las cuales, el 60% corresponde a los jardines y áreas verdes, sembrados con diversas especies para el sol y la sombra.
Por su parte, el antropólogo Olino León, profesor de la Escuela de Antropología explicó que el diseño y la disposición del complejo universitario permite desplazarse de un extremo a otro de la ciudad. Además se puede caminar e interactuar con la infraestructura y el paisajismo que fue diseñado y pensado para tal fin.
“Somos patrimonio, porque el patrimonio es humano, no solamente por la infraestructura, sino que eso tiene sentido, repercute, genera algo de identidad, de pertenencia, porque nosotros los seres humanos le otorgamos significación, tiene simbolismo y semántica”, acotó.
Asimismo, el antropólogo aseveró que el estudiantado y la comunidad universitaria han ido retomando y revitalizando los espacios, gracias al arduo trabajo de la comisión para devolverle la dinámica a la universidad.
“Hace unos años a esta hora, esto era horrible, el paisajismo no tenía esta belleza y perfección, no había clases, se había caído en una estática del olvido, del descuido. El paisajismo es geografía, la geografía es humana, transformadora, creo que es lo más impactante de este trabajo”, afirmó.
La restitución de los jardines y áreas verdes de la UCV, incluyó la trasplantación de especies que no se corresponden con los sembrados durante su construcción en la década de los 50. La paisajista Aguedita Coos, fue la encargada del equipo que realizó un minucioso proceso de rescate del hermoso paisajismo en la Universidad Central de Venezuela.
Todavía, queda trabajo por hacer, para restituir otros espacios naturales.Sin embargo, la vista de los jardines coloridos y su vibrante vegetación en la “Casa que vence las sombras”, es un privilegio para todos los caraqueños y quienes visitan la ciudad capital.
Epicentro del sazón venezolano
El comedor de la universidad reabre sus puertas, el próximo lunes 29 de septiembre, para atender a casi 1300 estudiantes a diario, convirtiéndose en el comedor más grande del país, ofreciendo un menú con platos típicos para que la comunidad universitaria disfrute de la gastronomía nacional, potenciando la marca país.
La directora del comedor, la nutricionista Norka Rojas, resaltó el trabajo desarrollado por la comisión para avanzar en la rehabilitación de uno de los espacios más importantes de la universidad. Además, comentó que se realizan alianzas para visibilizar y posicionar las capacidades del establecimiento, lo que permite que se realicen eventos gastronómicos en sus instalaciones.
“El comedor cuenta con un lavavajillas que lava 1200 bandejas en una hora. A partir del próximo lunes los estudiantes podrán disfrutar de un menú elaborado con platos típicos venezolanos”, agregó.
Para finalizar Rojas invitó a los caraqueños a disfrutar de la competencia de panadería nacional, que se realizará el próximo 2 de octubre en el comedor de la universidad, donde se escoge al ganador del cachito de Caracas en sus cuatro categorías.
Casona Ibarra, génesis de la UCV
El recorrido culminó en los predios de la Casona de la antigua Hacienda Ibarra, una construcción que data del año 1745, en la época de la colonia, la cual pertenecía al edecán de Simón Bolívar, Diego Ibarra. En donde el Doctor José María Vargas y Simón Bolívar redactaron los estatutos republicanos, que en 1827, se proclamaron para dar inicio a una Universidad democrática, plural e igualitaria.
Un lugar que guarda historia y memoria en cada rincón, la casa que en principio sirvió como casa de mayordomos, luego pasó a ser uno de los refugios del Libertador, en las afueras de Caracas. El Torreón del trapiche nos remonta a la Caracas colonial y al proceso de explotación de caña y café.
La directora de la casona Fabiola Velazco, y encargada del proyecto de restauración, detalló la importancia del lugar por los eventos históricos que allí sucedieron. En 1943 fue expropiada para iniciar la construcción de la Ciudad Universitaria, pasando a ser el centro de operaciones y la oficina de Villanueva y su equipo.
Velazco agregó que en la casa confluyen una serie de acontecimientos históricos que le valieron el reconocimiento de patrimonio nacional en 1976. Además, en este espacio se resguarda la colección completa de los planos originales del complejo universitario.
“La recuperación de este patrimonio es un logro desde el conocimiento, de la gestión y las voluntades políticas de la comisión presidencial y el gobierno nacional”, dijo.
La docente universitaria explicó que durante la intervención y recuperación patrimonial, se manejaron criterios de intervención para abrir la casa al público en general, donde se realizan diversas actividades culturales, musicales, entre otros.
Velazco, acotó que la restauración duró casi dos años, por el estado de deterioro en que se encontraba. Se elaboraron réplicas de los elementos decorativos originales, se recuperaron los pisos y paredes, el portón original, se encuentra exhibido en el patio principal.
“Acá podemos encontrar una habitación denominada el cuarto de Bolívar, donde se encuentra el escritorio del Libertador y un espejo de la época”. detalló.
Para concluir, la directora de la casona invitó a los caraqueños a visitar el espacio, que cuenta con un cafetín, donde los asistentes pueden disfrutar de dulces y un rico café, una entremezcla de la hermosa vista del lugar y los vestigios.
“Desde el corazón como ucevista, uno se alegra de ver esta casa abierta, cumpliendo con el objetivo de la intervención para hacerla dinámica y que los caraqueños vengan a conocer este maravilloso lugar que guarda tanta historia y la génesis de la Ciudad Universitaria”. concluyó Velazco.
Sumando voluntades
Al finalizar la ruta que permitió redescubrir esta joya capitalina, el director de la comisión exhortó a los presentes a divulgar el maravilloso trabajo que se ha logrado y el que se está haciendo, como la recuperación de los galpones, donde funcionaban los talleres artísticos de la universidad y devolverle la visual que tenían.
“Es importante que se conozca y visibilice el trabajo maravilloso de este lugar tan especial, no solo para Caracas, sino para el país, lo que se hizo acá es excepcional, con profesionales del más alto nivel”, indicó.
Garcés señaló que el proceso de restauración rinde tributo a la genialidad de Villanueva, al diseñar en su totalidad el complejo universitario y la capacidad que tuvo en su momento de sumar voluntades, sin importar los tintes, corrientes e ideologías, para consolidar el proyecto.
“Acá se sumaron voluntades, profesores, de distintas corrientes, de distintas profesiones, las autoridades universitarias y el gobierno nacional, se reconocieron y se pusieron de acuerdo para trabajar en conjunto. Villanueva lo volvió a hacer al unificar a todos por un noble propósito”, concluyó.
La ciudad universitaria de Caracas cuenta con un área de 202,53 hectáreas; en 164,22 hectáreas, existen 89 edificaciones, nueve facultades y 45 escuelas. En sus instalaciones se encuentran 108 obras de arte, en su mayoría realizadas por artistas nacionales. También se encuentran vivos jardines, donde el paisajismo envuelve a sus visitantes en un bello mosaico de colores y conexión con la naturaleza.
Así, los caraqueños y visitantes nacionales e internacionales están cordialmente invitados a darse una vuelta por la UCV, para conocerla o para reencontrarse con sus espacios que hoy se renuevan y recuperan el esplendor de la mirada de su creador Carlos Raúl Villanueva.
ROXIBEL LAIRET/ FOTOGRAFÍA: ENRIQUE HERNÁNDEZ/ CIUDAD CCS