Rostro de mujer | Amor y resiliencia en la unión familiar venezolana

20/09/2025.- Mientras el planeta pasa trabajo por el rápido crecimiento demográfico mundial, originando serios embrollos en los presupuestos de las naciones y donde la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU parece no resolver la problemática, en América Latina, los núcleos familiares, caracterizados por ser numerosos, han sabido sortear estas circunstancias con harto humor, ironía y mucho punche. "Donde come uno, comen dos" o "Échale más agua a la sopa" son dichos que identifican nuestra sociedad latina.

Esta glamorosa determinación de las familias latinoamericanas muchas veces se da porque existe un fuerte arraigo sentimental, resiliencia, amor entre hermanos y unidad en los hogares. Una pequeña muestra de esta realidad la traemos a Rostro de mujer en la historia de vida de Argelia Rodríguez Ochoa, quien tuvo una infancia buena, pero humilde, con una familia de nueve hermanos, un padre carpintero y una madre costurera.

Nuestra invitada especial no solo destaca por su compromiso con el proceso bolivariano y su arduo trabajo en los consejos comunales y en el programa social de alimentación de los CLAP, entre otras responsabilidades, sino que, además, es hermana de quien en vida fuera el reconocido médico Gilberto Rodríguez Ochoa, desaparecido en un trágico accidente.

Ella nos contó, con suma nostalgia, que con doce años de edad perdió a su progenitor a causa de un penoso accidente, lo que originó que su mamá asumiera las riendas del hogar y el cuidado de sus hijos, teniendo que trabajar como modista para cubrir las necesidades.

Vivimos en La Pastora. Fuimos una familia muy unida. Sin embargo, a mí me hizo mucha falta mi padre. Su ausencia me marcó. Aun a mis 78 años de edad, me quebranto; no lo he podido superar. Él murió en Maracaibo, producto de un derrame interno, tras una riña con unos compañeros de trabajo.

Su padre, José, era artesano y conocido trovador. "Su manera de ser y el amor por sus hijos e hijas fue una gran influencia para la familia", acotó.

Relató que su hermano mayor estaba en la academia militar, mientras que Gilberto estudiaba medicina y de noche se desempeñaba como operador para ayudar con los gastos de la casa. Con orgullo, manifestó que trabajó con el líder de la revolución, Hugo Chávez, quien fue "un hombre polifacético, poseedor de una personalidad arrolladora, cálido y paternal".

Con nostalgia, rememoró los momentos en los que compartía con sus hermanos: "Nosotros aprendimos de las necesidades, pero disfrutábamos cuando pulíamos con cobijas y le echábamos kerosén al piso de cemento de la casa paterna donde vivíamos, porque era nuestra forma de jugar".

En el marco de la entrevista, expresó que su hermano Gilberto formó parte del Gabinete Ejecutivo durante el primer período del comandante Hugo Chávez, como titular de la cartera de Salud. En la actualidad, su nombre se encuentra en el Hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano Doctor Gilberto Rodríguez Ochoa.

Este fue el reconocimiento al "Quijote de la Medicina Venezolana", como se le llegó a conocer al insigne médico cirujano, profesor y escritor, egresado de la Universidad Central de Venezuela, que luchó por la gratuidad de la salud. Fue autor de varios libros y falleció en un accidente en el año 2002.

Esta ilustre luchadora social participó en los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), en la parroquia San José, donde fue jefa y además coordinadora por muchos años de las Unidades de Batalla Hugo Chávez, donde promovió la participación protagónica de la ciudadanía en la gestión de las políticas públicas.

Asimismo, esta trabajadora social es una madre orgullosa de dos hijos, Orlando y Emilio. "Mi hijo mayor es profesional de la danza contemporánea. Se mudó a Alemania para hacer su postgrado y logró quedarse. Ahora trabaja para una compañía allá".

Exhortó a las mujeres venezolanas para que se empoderen de sus destinos.

Nunca [hay que] bajar la guardia. Siempre debemos estar al frente en la lucha por defender nuestros derechos en todos los espacios: en la calle, la casa, las instituciones y la familia, con el fin de fortalecer nuestra participación. Nunca dejemos de defendernos. Luchemos siempre por la solidaridad y la humanidad.

Su historia es un testimonio de cómo la resiliencia y el amor familiar pueden vencer cualquier obstáculo. Su vida es un recordatorio de que los mayores logros se miden por el impacto que se deja en la vida de los demás.

 

Argelia Rodríguez Ochoa, rostro femenino de la organización popular

 

Nirman García Berbeo

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