Araña feminista | Cuidar la alegría ante la crueldad imperialista
15/09/2025.- En un modelo civilizatorio concebido desde perspectivas darwinianas, defender la alegría constituye un acto de resistencia. Ante el sistema depredador patriarcal capitalista, tanto colonial como neocolonial, que perpetúa la crueldad imperialista, la risa, la música, la unidad en la defensa de nuestra soberanía, la memoria y la convivencia comunitaria son acciones profundamente políticas.
Cuando la dominación global, disfrazada de poder transnacional, invade y ocupa, coloniza y extermina cuerpos y territorios, y cuando la deshumanización aniquila pueblos y comunidades, al mismo tiempo que elimina culturas ancestrales, la respuesta de los pueblos del mundo no puede reducirse a la culpa o al temor. La resistencia debe convertirse también en una resistencia afectiva, empática, colectiva y estratégica. La alegría, desde una óptica feminista, antirracista y anticapitalista, es una estrategia para cuidar la vida, los cuerpos y los territorios, pero igualmente para defender nuestros conocimientos, saberes y experiencias que el sistema de opresión, discriminación y explotación intenta invisibilizar y criminalizar.
La historia de la violencia lo ha evidenciado. La crueldad imperialista y colonialista se sostiene sobre estructuras patriarcales, racistas y extractivistas que dependen de nuestro miedo, vergüenza y sufrimiento para subsistir. Amenazas, chantajes y la exhibición de poder e impunidad son características de toda forma de violencia machista y sexista; por eso afirmamos que toda violencia es patriarcal. Un patriarcado que se ha convertido en un sistema global con sus diferencias culturales, económicas, políticas y territoriales, que ha ido forjando formas y estrategias de sobrevivencia y adaptación. El racismo, el imperialismo, el capitalismo y sus estructuras ideológicas como el fascismo son engranajes de este modelo civilizatorio, donde la ley del más fuerte prevalece. Pero, ¿el más fuerte en qué? En disciplinar a través del horror. Al igual que todo macho del Norte Global.
En este contexto violento, cuando se vuelve cada vez más evidente la doble moral de los organismos internacionales y la instrumentalización de los derechos humanos, cuando Gaza ha desenmascarado a quienes gobiernan el Norte Global, cuando hemos sido testigos de la inoperancia de los organismos internacionales, cuyos liderazgos se paralizan frente al poder, porque responden a él, nosotras, feministas latinoamericanas, caribeñas y revolucionarias nos juntamos para organizar nuestros territorios desde el amor, desde la alegría. Nos juntamos para promover la corresponsabilidad del cuidado de todas las vidas, con énfasis en las que se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad: infancia, adultez mayor, en situación de pobreza material, con diversidad en capacidades y la vida de los seres sintientes no humanos; estos últimos, los más olvidados y postreros en las filas para el desarrollo de políticas públicas.
Nos organizamos para sensibilizar, para transformar, para acuerpar el dolor colectivo, el miedo y la incertidumbre, pero también para construir el camino a la paz verdadera desde la justicia social, para el cuidado de la vida en dignidad. Frente al horror y las amenazas patriarcales del Norte Global, nosotras, feministas del Sur Global, sembramos certezas y resistencia. La alegría es una de nuestras estrategias más poderosas, cuidar de ella es nuestro acto más fuerte de resistencia. Tenemos miles más, pero obviamente no se las vamos a decir desde acá, pero habrá señales.
El macho del Norte Global —ni algún otro— no nos va a doblegar. Venceremos y será precioso.
Gabriela Barradas