Rostro de mujer|Venezuela, país de gente con profundo don de servicio

13/09/2025.- El nuevo siglo que venimos peregrinando trajo sobre Venezuela indómitos vientos de cambios sociales y políticos, pero además produjo en el corazón de su pueblo un profundo sentimiento de solidaridad, entrega y don de servicio, dando a la sociedad fortaleza y férrea identidad ante la adversidad.

Queremos rescatar una de esas características que viene marcando el sentir humano de la gente, y es la cualidad del don de servicio, una hermosa actitud que marca la vida de una médica jubilada, cuyo testimonio y vocación nunca terminó al colgar la bata blanca en el perchero, sino que continúa aún hasta cuando pueda ayudar.

En Rostro de mujer destacamos hoy la historia de la doctora Carmen Juárez Porras de Coronel, un verdadero ejemplo de dedicación y amor al prójimo. A sus 86 años, esta destacada profesional sigue irradiando su pasión por la medicina. Aunque ya no ejerce activamente, su compromiso con el cuidado de la salud sigue intacto, demostrando que su vocación perdura a lo largo del tiempo.

Podríamos decir con certeza que, por la salud del pueblo, este ejemplo nació del voluntariado en clínicas comunitarias, el apoyo en campañas de salud pública, la mentoría a estudiantes de medicina o, simplemente, al ofrecer consejo y consuelo a vecinos y amigos. Todo esto demuestra que el verdadero servicio va más allá de un consultorio u hospital, pues es un compromiso de por vida con el bienestar humano.

Recientemente, estuvo como voluntaria en el Plan Vacacional Exaltado, donde asistieron durante una semana 120 niños de entre los 5 y 12 años de edad, provenientes de diversas localidades del estado Carabobo, allí se encargó de velar por el resguardo de los infantes y darles los primeros auxilios ante cualquier eventualidad.

Al ser consultada por qué estudió medicina, expresó que “desde pequeña me fascinaba jugar a que curaba a mis amiguitos, ponerles inyecciones de juguete. Siempre tuve la intención de ayudar a mi prójimo; fui la única hija y ese deseo de apoyar a los demás siempre estuvo presente”.

Con orgullo, rememoró sus 30 años de servicio en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, donde tuvo la oportunidad de ayudar a innumerables pacientes: “Diariamente, entre las 8 de la mañana y las 12 del mediodía, atendía a unas 40 personas. Además, la institución me permitía ver a quienes no tenían seguro y darles su medicina”.

Durante la entrevista, compartió un momento difícil en su carrera, tuvo que retirarse en su segundo año de estudio, porque a su madre le diagnosticaron cáncer. “Estudiar medicina no fue fácil. Cuando inicié la carrera, a mamá le diagnosticaron una penosa enfermedad a sus 41 años. Ante esa situación, tuve que dejar mis estudios y dedicarme a cuidarla”.

Carmen es una madre orgullosa de sus cuatro hijos, quienes le han dado grandes satisfacciones. También es una abuela que anhela ver a sus nietos graduados: “Es lo que más deseo. Quiero verlos sirviendo a la humanidad”. Uno de sus descendientes estudia Ingeniería, el otro Derecho Internacional y el tercero está en bachillerato.

Confesó que, a pesar de haber alcanzado todas sus metas, en ocasiones se siente pesimista. “Quiero trabajar esa parte de mí, ser más optimista. Siento que me falta quitar esa actitud de mi vida”.

Se considera una mujer con una profunda fe cristiana y cuando se siente abatida, medita en los pasajes de la Biblia: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Esta frase la ayuda a robustecerse espiritualmente y a vivir según la voluntad de Dios en cualquier circunstancia.

Para concluir, dejó un mensaje a los lectores de Rostro de mujer: “Pongamos sobre nuestras vidas a Dios primero, y no olviden ayudar al prójimo, sin importar su color de piel, raza o credo. Ayuden al prójimo sea rico, pobre o de cualquier índole”.

Carmen Juárez Porras de Coronel, a pesar de su retiro, sigue siendo una fuente de inspiración y apoyo para la comunidad. Su vida demuestra que la vocación de servicio y el sincero amor por la gente pueden trascender la vida profesional y que, con perseverancia, no solo se logran las metas, sino que uno se convierte en un modelo a seguir.

Carmen Juárez Porras de Coronel, una doctora de corazón noble.

Nirman García Berbeo

Facebook e Instagram: @rostrodemujer1

 


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