Memorias de un escuálido en decadencia | Netanyahu
12/09/2025.- ¡Trump es un pendejo al lado tuyo, compañero! Tú invades Catar y asesinas a la gente de Hamás y Trump sale diciendo que él no sabía un carajo y que cuando se enteró, ya era muy tarde, porque todo estaba listo. Y eso que EE. UU. tiene allí, en Catar, la base militar más grande y más arrecha de toda la zona. Contigo, compañero Netanyahu, se acabó el pan de piquito y hay que quitarse el sombrero y todo lo que uno se pueda quitar, porque contigo se acabó de una vez y para siempre el derecho internacional y lo que tenga que ver con eso. Tú asesinas en Gaza, en Siria, en Túnez, en Yemen, en Catar, en Irán y donde te dé la real gana, porque tú no le paras bola a nada. En eso te pareces mucho al compañero Marco Rubio, a quien lo que diga la ONU le importa un carajo. Igualmente, el compañero vicepresidente James David Vance. A él también le importa un carajo lo que digan los organismos internacionales, esos mismos que te declaran criminal de guerra, y no salen a buscarte, y andas por allí, libre, libre al fin, como una paloma. Pareciera que EE. UU. es una colonia de Israel, porque Trump no te da órdenes a ti; en cambio, tú lo pones en su lugar, como debe ser. Trump puede sacar su policía en Washington y bombardear una lanchita en las aguas internacionales cerca de Venezuela, y de ahí no quiere pasar, y por eso nosotros, los opositores venezolanos, es decir, la gente decente y pensante de Venezuela, le estamos perdiendo el respeto. La compañera María —Súmate— Machado te envió una carta de solidaridad con todos los asesinatos que has cometido en Gaza, y eso está bien, porque a la hora de apoyar, nosotros apoyamos, aunque ahora, en la clandestinidad, es más arrecho. Es verdad que la compañera María —Súmate— Machado se tomó una foto en el Salón Oval con George Bush, pero quien se lleva el honor de tener una foto contigo es el compañero Antonio —Pensionados— Ledezma. Ese carajo es un adelantado. Cuando fue candidato a la gobernación de Caracas —porque aquí antes había gobernación de Caracas, pero esta dictadura acabó con esa vaina—, dejó un momento de hacer campaña y se fue a Israel a darle su apoyo a usted, compañero, y por ahí anda esa foto, donde se nota el orgullo de nuestro exalcalde Ledezma, porque siente que está al lado de un héroe, de un hombre que a punta de invasiones y asesinatos se ha ido ganando la gloria a Dios en las alturas.
Le confesamos que aquí, en Venezuela, tenemos más de tres semanas esperando una invasión de su amigo, el anaranjado ese de Trump, pero no pasa un carajo, una vaina que usted hubiese resuelto en medio día. Ya no sabemos a quién pedirle. Por eso, viendo su currículum, hemos estado analizando detenidamente, aquí, en la clandestinidad, y llegamos a la conclusión de que usted es el hombre. A usted, nadie le pide un carajo. Usted sale a ayudar sin que le estén pidiendo nada. Allí está, por ejemplo, el señor Trump. Usted lo sorprendió en una cena histórica, como pasa con todo donde usted se hace presente, que esa vaina se hace historia. Al momento, llegó y se puso de pie frente al señor antes citado, y sacó una carta y le dijo: "Estimado Donald Trump, quiero decirle que le envié una carta a la gente del Premio Nobel de la Paz y lo propuse a usted para que le den ese premio", y al señor Trump por poco le da una vaina. Los que deben estar asustadísimos son los miembros del jurado que dan ese premio, porque si no se lo dan a Trump, va a correr sangre. A lo mejor, usted les manda un misil para acabar con todos, o los asesina por partes, a cada uno en su casa.
El papá de Margot vio la invasión de Catar por parte de Israel para matar a la gente de Hamás que estaba dispuesta a negociar con Israel para alcanzar la paz, pero, por lo visto, Netanyahu les armó una trampa. Escuchó atentamente la noticia. Luego levantó la cabeza y vio al techo. Bajó la cabeza y vio el afiche de Trump que puso en la sala desde que anunciaron los buques en las costas de Venezuela y dijo: "Amigo, a usted como que lo voy a colgar en otra parte, porque usted no ha servido para un carajo. Antes, todas las opciones estaban sobre la mesa, y ahora, cuando la opción es una sola, usted no hace un carajo. Aprenda con Netanyahu, que no habla pendejadas, sino que envía las bombas donde las tiene que enviar y listo, se acabó lo que se daba. ¡Ay, Trump! ¡Ay, Trump!, te va a salir cambio por pendejo". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "Muérgano, vete para Gaza o para Catar o para donde Netanyahu esté mandando misiles, para ver si salimos de ti".
—Cuelga colgada, cuelga en el viento, la gorda luna de Barlovento... —me declama Margot.
Roberto Malaver