Punto y seguimos | Monos con metralletas: el imperialismo desatado

11/09/2025.- Durante el último mes, Israel ha atacado militarmente no solo a Palestina, sobre la cual la acción es constante, sino también a Siria, Líbano, Yemen, Qatar y algunos botes de la flotilla Global Sumund de ayuda internacional humanitaria, que pretende llegar con insumos a Gaza y romper el bloqueo. El Estado sionista bombardea a diestra y siniestra sin control internacional. El mundo es un lugar lleno de leyes y principios que les son aparentemente inaplicables. Impunidad pura y dura. Guapos y apoyados, aunque de ambos calificativos, solo aplica realmente el último, porque asesinar civiles y agredir países con menor capacidad militar y sin provocación alguna no es de bravos, es de cobardes.

Los históricos planes de expansión sionista no se limitan a los territorios palestinos asolados y víctimas de una escalada en la que los blancos pasan a ser periodistas y hospitales, acusados de encubrir o apoyar a Hamás; no. La campaña se ha ampliado significativamente, llegando incluso a atacar Doha, la capital catarí, bajo la excusa de la eliminación de líderes de Hamás. El mismo pretexto —con diferentes matices— ha esgrimido Netanyahu y compañía para justificar agresiones en Siria, Yemen y Líbano, como si nada.

Este modus operandi no nos es desconocido ni ajeno. Lo que ejecuta Israel en Medio Oriente es la ilustración práctica del imperialismo más cruento y atrevido, es la prueba in situ de una política económica e ideológica que se sustenta en el convencimiento de la superioridad de un grupo humano sobre otro y en el principio de que dicha superioridad es razón lógica y suficiente para aplicar planes sin consentir el imperio de las leyes o siquiera unos criterios mínimos más o menos comunes, aceptados y firmados por gran parte de la humanidad después de la Segunda Guerra Mundial.

La barbarie de Israel, un mono con metralleta que se cree más y mejor que el resto de los monos, es la evidencia del peligro que supone para la humanidad en su conjunto el que este estadio del imperialismo dentro del sistema capitalista se imponga. La falacia de que lo que algunos catalogan de crimen y amenaza otorga licencia para perseguir, castigar y acosar extraterritorialmente y fuera de escenarios causales de guerra, en una suerte de cínica supuesta moral para hacer lo que los imperios hacen, es decir: robar, ocupar y apropiarse de recursos ajenos, y es, sin duda, la amenaza más grande a la soberanía, independencia y autodeterminación de los pueblos.

El libreto de Israel es el que ha aplicado Estados Unidos de Norteamérica —principal socio y cómplice del Estado sionista— en toda su historia republicana. Si quiero algo voy por ello, y si hay obstáculos los elimino. Tengo más fuerza disuasiva, la uso. Si las débiles leyes mundiales se interponen, las obvio. No nos aplican porque somos los diseñadores y dueños del sistema. Los imperios hacen lo que haya que hacer para dominar. Es el único principio que entienden y el único que valoran. Si el resto del planeta lo permite, por inacción o por ingenuidad, no tardará en ver reducida a nada una existencia mínimamente libre. Esclavitud y servilismo del siglo XXI, sí, pero esclavitud al fin. Y vienen bañada en sangre de inocentes.

 

Mariel Carrillo García 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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