Memorias de un escuálido en decadencia | Barco
05/09/2025.- "¡Apunten! ¡Fuego con esa vaina! Así, así, así es que se gobierna", gritamos nosotros cuando el compañero Trump dijo que Estados Unidos había disparado sobre un barco que venía desde Venezuela cargado con drogas. Desde la clandestinidad —donde estamos quedando pocos—, gritamos al unísono: "¡Viva Estados Unidos, carajo!". Después, vino toda la paja esa de los analistas: que si el video fue hecho con inteligencia artificial, que no era un barco, que era una lancha, y que por qué no lo detuvieron primero y averiguaron después. ¿Y dónde están los once muertos? ¿Y dónde está el piloto? Son del carajo preguntando, pero lo que no saben es que ese es un mensaje a García o, mejor dicho, al dictador. O corres ahora o te encaramas después. Pero es bueno decir que la vaina nos alegró y todavía nos mantiene alegres, esperando el otro cañonazo para que esta dictadura se acabe. Hay que destacar el papelazo de nuestros medios y periodistas. ¡Qué buenos son y qué bien hacen el trabajo que le pagamos bien caro! Todos salieron a dar la noticia con su piquete. Hubo otros que sacaron una noticia vieja, del actor británico Michael Palin, de los Monty Python, esos de la película La vida de Brian (nosotros también sabemos de cine). Dijeron que fue detenido en Sabaneta cuando filmaba al lado de una estatua del dictador anterior. La nota que salió en El País es del carajo: comienza hablando del caso y termina hablando del dictador, y diciendo que se había autoproclamado y otro montón de vainas. En definitiva, hay enfermedades que se curan, pero el pasmo y el mal periodismo no.
La verdad es que el caso del barco, o de la lancha, o el peñero, o el bote, o el Sierra Nevada —como dijo Bernabé Gutiérrez en un momento de recuerdos alegres— tiene al mundo de la política en modo preocupación. Decían que Trump estaba enfermo, pero, por lo visto, con esas fake news de Marco Rubio, quedó de cama. Del carajazo, cuando el compañero Trump estaba dando la noticia bomba, el compañero Marco —Fake News— Rubio salió corriendo para México. La verdad es que después, viendo la vaina detenidamente aquí, en la clandestinidad, uno se da cuenta de que hay muchas cosas raras en ese video del barco derribado. Como dijo la insigne compañera Angola, está bien que uno haya estafado al compañero Trump con el presidente interino —que no quiero nombrar para no tener mal aliento—, pero tampoco es para que el compañero Trump nos vea cara de poceta y nos meta ese mojón tan grande. Perdone que le diga esa vaina así, mi presidente, pero ese video no convence a nadie, y mucho menos a uno que sabe cómo se falsean las vainas. Para muestra, busque por ahí lo que hicimos con las firmas en las planillas planas y después con la presentación de las actas en la OEA. No las presentamos en el CNE, donde teníamos que llevarlas, pero ni de vaina. Ahí se podían dar cuenta de lo falso que somos. Por eso, se las llevamos al compañero Almagro, que, sin necesidad de verlas, dijo que eran originales. Y no me echen más cartas.
También da mucha pena que se tengan ocho buques y un submarino nuclear ahí al frente de Venezuela, o, mejor dicho, al frente de lo que queda de país, y vengan ahora a decirnos que le dispararon a un barco en aguas internacionales. Menos mal que venía de Venezuela rumbo a Estados Unidos. Nos dicen que era gente del Tren de Aragua, tren que se descarriló hace tiempo, y después hablan del Cartel de los Soles… No, amigo, estos chavistas no son tan pendejos como ustedes creen. Hagan su falso positivo bien. Consulten con el compañero Álvaro Uribe, que sí sabe de esa vaina porque es su especialidad y es muy solidario con uno. Hace poco nos ofreció una motosierra, por si acaso…
El papá de Margot, cuando vio el video en su computadora, se puso de pie y dijo: "Carajo, no es necesario ser Popeye el Marino para saber que esa vaina es falsa. No es un barco, es una lancha, y ahí no caben once traficantes porque esos tipos no son pendejos. No se suben de a montón en un bote como ese, y, además, por qué bombardearlos sin antes preguntarles: '¿Quién anda ahí?'. Nosotros somos embusteros, pero Trump abusa". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "Móntate en un barco y lánzate al mar, desgraciado, para ver si te bombardea Marco Rubio".
—No sé por qué piensas tú, soldado, que te odio yo… —me declama Margot.
Roberto Malaver