Al derecho y al revés | Abriendo brecha
27/08/2025.- Pienso que el país, con el Presidente y todas las instituciones públicas y privadas han respondido con altura, patriotismo y eficacia a la provocación burda e impensada del presidente Trump al declarar varias mentiras a la vez —con lo que bate su propio récord—.
Mentiras que no calificarían para un concurso de bulos, salvo porque Donald Trump está a la cabeza de un país belicista, imperial, que en el pasado ha invadido países de la América Hispana desde el mismo momento en el que Estados Unidos explicó para el mundo y especialmente a los europeos que eso de “América para los americanos” se refería a ellos, los blancos, anglosajones y de religión protestante; es decir, a los yanquis ganadores de la guerra civil interna conocida como “de secesión”.
Mentira que, de no ser contestada por Venezuela y su pueblo, estaba diseñada para arrebatarnos los trozos de territorio que en este momento más les apetecen a quienes, a nombre del gringo común y silvestre, inventan guerras para hacer pingües negocios que nadie controla.
Ha quedado claro que ni el país ni sus instituciones se rinden y también que la mayor parte —más del 80%— de las drogas que ingresan a Estados Unidos lo hacen por el Pacífico y no por el mar Caribe.
Y salvo los orates amamantados y amamantadas con dólares de la Usaid, los venezolanos hemos estudiado la historia de las invasiones yanquis al sur del río Bravo, sin encontrar en siglo y medio de abusos uno solo en el cual el pueblo invadido haya salido ganancioso al marcharse los marines.
Pero es el momento de “abrir brechas”, de avanzar al futuro que nos construiremos los venezolanos.
Una de estas “brechas” tiene que ver con la reforma constitucional que en soledad momentánea se ha quedado estancada hasta que la nueva Asamblea se instale en 2026.
De acuerdo, pero igual se puede avanzar por “la brecha” que uno mismo abre.
Y un avance que me parece obvio es agregar dos artículos relacionados con los traidores a la patria que han llamado a que nos invadan los yanquis.
Mediante uno de esos añadidos se le debe retirar la nacionalidad a quien haya pedido invasión.
El otro añadido debe volver a contemplar la pena del exilio en casos de traiciones a la patria más leves.
El orden y la tranquilidad de las que goza hoy día la República nos ha costado mucho en deterioro de la economía, familias rotas por exilios inducidos desde los medios conspiradores, vidas absurdamente perdidas como aquel joven quemado vivo en la plaza de Altamira y un largo rosario de desgracias menores.
Y los venezolanos debemos preservar este orden, de manera que hay que enviar al exilio a esos mercenarios que tiran la piedra y luego esconden la mano declarándose “defensores de derechos humanos”, “salvadores de la fauna” y otras boberías en las que ni ellos mismos creen y menos las practican.
Para fuera los mercenarios y antipatria que nada tienen que ver con los exilios de otros tiempos cuando se expulsaban venezolanos inocentes solo por oponerse al Gobierno.
Domingo Alberto Rangel