Mundo alerta | “Piercings”: la cicatriz del liderazgo

25/08/2025.- Desde que las damas comenzaron a calzar zapatos masculinos y franelas con la figura de Superman y los hombres a vestir shorts tan cortos que le disputan espacio a los glúteos, la tendencia se ha extendido a casi toda la superficie corporal. Hace unos días, en la plaza Venezuela, un transeúnte de mediana edad silbó cuando una chica exhibía unas hermosas piernas desde la parrilla de una motocicleta. El conductor se detuvo para reclamarle: ¿Qué te pasa viejo, te gusta mi novia? A lo que el interpelado respondió: “Nada que ver con ella, le estaba silbando a tus piernas”. El intercambio de obscenidades no terminó a puñetazos gracias a la intervención policial.

La piel es ahora un área de confrontación estética en el que compiten diversas especialidades: Los que más destrozan pantalones rodillas arriba, los que se abren más agujeros en las cejas, la nariz y los párpados, los que cuelgan más zarcillos en las orejas y el ombligo y los que se perforan los labios inferiores y superiores con tantos “piercings” que obstruyen el antes sagrado territorio del beso.

De la base a la cima

No es nada personal, por supuesto. Cada quien hace con su cuerpo lo que desee. Solo que la descripción es necesaria para apuntalar algunas estadísticas sobre la tendencia femenina —muy legítima, por cierto— a igualar los privilegios del sexo opuesto, como paso obligado hacia el liderazgo de la familia, la sociedad y el poder político.

No es casualidad que casi las tres cuartas partes de los consejos comunales y las familias sin padre en Caracas están liderados por mujeres. Ello, sin contar las que ejercen jefaturas de Estado y las que emparejan o superan la votación masculina en los parlamentos nacionales, regionales y municipales. Alguna jefa militar —que las hay bastantes y con altas jerarquías— podría exclamar con orgullo: “¡Entréguense, que están rodeados!”.

Raúl Pineda

 

 


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