Estoy almado | Los excluidos e indiferentes

24/08/2025

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Mientras Estados Unidos se plantea enviar un despliegue militar al Caribe, cerca de Venezuela, con la grave amenaza que eso representa para la soberanía nacional, Alfredo desestima ese hecho. Dice que “son vainas del Gobierno” y continúa revisando minuciosamente qué podría comprar con la aplicación Cashea que acaba de bajar en su celular. Está emocionado porque le dijeron que se podía comprar y pagar en cuotas y sin intereses. Por ahí vio que periodistas venezolanos que viven en el extranjero andan emocionadísimos con una supuesta invasión militar para sacar a Maduro. Sabe que son pajuatadas. Prefiere concentrarse en cómo ganar más dinero (aunque no sabe cómo) o multiplicar el poco que tiene. Un bolso o un san pudiera funcionar. Porque ahorrar por cuenta propia sería imposible para él, su voluntad no llega a tanto; tampoco da para atender el llamado de la jefa del CLAP a alistarse en la milicia para defender la patria. A sus 49 años, apenas puede defenderse de la especulación en los precios de los productos que consume. 

2

Yolimar se enteró por una clienta a quien le hace regularmente las uñas que el Gobierno rescató a 252 migrantes venezolanos, que además estaban secuestrados en El Salvador. Supo de ellos semanas después de la liberación, cuando la clienta se lo mencionó en las dos horas y media que dura ponerle el acrílico a cada uña y pintarlas una a una con paciencia y destreza de artista. La clienta no podía creer que no estaba al tanto, si fue la “noticia del día”. De la niña Maikelys, Yolimar tampoco sabía nada. Tratando de decir algo, Yolimar alegó que ella ve otras “cosas” por las redes. Dice que no le gusta la “política”, en alusión a los connacionales rescatados. Le gusta ver cosas de Shein para poder traer y vender por grupos de WhatsApp. A sus 28 años, lo suyo es llegar a final de mes solvente, poder costear el colegio de su hija y pagar el alquiler del local donde ofrece su servicio. Si no le funciona el negocio, dice que se irá a Brasil o Colombia. 

3

Afuera en la calle, Alberto conduce raudo su moto. Tiene que buscar a alguien que pidió un servicio por la aplicación donde trabaja. La pasajera es una periodista que pide que la lleve a una pauta de corte político. Alberto, de una, le dice que la “política es sucia”. Al ser preguntado por la razón, dice que los políticos “han echado a perder todo”. Él es ingeniero en Informática y alega ganar más haciendo carreritas a la semana en la moto, que tratar de ejercer la carrera para la cual estudió. La periodista intenta explicarle que por años la economía ha sufrido golpes estructurales, uno de ellos por las sanciones gringas. 

Alberto se muestra incrédulo. 

 —Yo lo que veo es que pocos tienen mucho haciendo poco, y muchos como yo le echamos un camión pá' sobreviví. 

4

Un lunes en la oficina, Jackeline le dijo a una compañera de trabajo que fue a la playa el domingo. Y sorprende con un comentario.

—Y te lo juro, chama, yo vi a lo lejos en el mar uno de los barcos gringos que vienen a sacar a Maduro, ¡la vaina es en serio!

5

Mientras todo eso pasa, legiones de periodistas y comunicadores se ufanan de mantener bien informados “a todo el país”, con análisis y rigor, sobre la amenaza que significa que EEUU envíe, presuntamente, buques militares al Caribe, la patraña de su lucha contra el narcotráfico, y la respuesta firme del presidente Maduro en defensa de la soberanía. Otros medios adversos al Gobierno también le echan leña al fuego diciendo que el chavismo “anda asustado” activando las milicias o burlándose de ellas aduciendo falta de preparación militar.

En ambos espirales mediáticos juran y perjuran que todo el país está al tanto de lo que comunican. Sin embargo, Alfredo, Yolimar, Alberto y Jackeline, venezolanos todos, andan en lo suyo, sin saber que son excluidos de la información veraz y clave para entender el país. El algoritmo los aísla de lo que ocurre y los sumerge en una burbuja de entretenimiento, desinformación y especulación virtual.

 

Manuel Palma 

 


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