Libros libres | Las honduras anímicas de Celsa Acosta
17/08/2025.- En los últimos tiempos, nos impresiona constatar la notable cantidad de poetas que se han hecho notar en el ámbito nacional, autores que han descrito líneas ascendentes en la lírica nuestra. En casi todos los estados del país se advierte la presencia de escritores y escritoras dando forma a obras poéticas de relevancia. Entre estas voces destaca la de la falconiana Celsa Acosta (Coro, 1964), la cual ha descrito una línea ascendente en un proceso de depuración desde que apareció, en el panorama de la poesía venezolana, su primer libro Labio ebrio (1988), donde revela un personalísimo tratamiento del lenguaje, afincándose en lo que yo llamaría espacios de ingrimitud, es decir, una suerte de contemplación íntima desde donde surgen imágenes luminosas, cinceladas a través de entonaciones de gran vuelo y a la vez de un arraigo telúrico que capta emociones, recuerdos, elementos del paisaje, seres queridos, ausencias y plenitudes.
En otros libros suyos como Otro lugar (1992), Hendidura de agua (2004) y Voces (2019) no hace sino constatar sus logros como oficiante de una obra que ya ha encontrado un perfil nítido en nuestra literatura. Advierto, asimismo, que la reciedumbre íntima de su voz ya ha encontrado plena madurez al repasar las páginas de su libro Junturas (Fundarte, Caracas, 2023), donde en dieciocho (18) piezas concentra sus experiencias interiores en la forja de su notable voz poética, o como bien se apunta en la nota editorial que acompaña el volumen: “Junturas ofrece un imaginario simbólico propio, tejido desde la configuración del yo poético y la evocación de la naturaleza y sus ramificaciones sensibles. Si algo define el trabajo de Celsa Acosta Seco, es la capacidad de llevar a la poesía la más comprometida actitud de contemplación, y en ello no hay pasividad; al contrario, se manifiesta en su poesía el riesgo del pensamiento abismado de sí, reflejado en la amplia otredad y la belleza de los ríos, las piedras, el campo por cegar, la infinitud que nos trasciende”. En efecto, esta misma naturaleza se transfigura en su verbo y busca su lugar en una sensibilidad siempre encendida, fulgurante.
Economista, graduada en la Universidad del Zulia, Celsa Acosta ha ocupado importantes cargos en el ejercicio público, como periodista y editora de El Nuevo Semanario en su ciudad natal, así como legisladora, diputada y presidenta del Consejo Legislativo del Estado Falcón; activista por los derechos de la mujer, revolucionaria integral y poeta, homenajeada en la Feria Internacional del libro de Venezuela (Filven), capítulo Falcón, en el año 2016.
En su libro Junturas no ha hecho sino confirmar las plenitudes de su voz, el sobresaliente impacto anímico de su verbo y la fuerza íntima que conllevan sus textos.
Contra natura
Ceder y no saber qué
Con la mirada atada
obligada a contemplar
a ser reflejo de silencio
a escuchar las voces que pasan
y no alertar la mano aciaga
hay mil objetos del absurdo
ante mi rostro
pasan con su caverna llena de risas
en la penumbra del desamparo
no me preguntaré más
las formas se harán eternas
y no será un instante la noche
el vasto cuerpo
huérfano de océanos
espera que la costumbre dé su consentimiento
y en una hoja escriba
el amor muerde con daga de coral.
Celsa Acosta
Gabriel Jiménez Emán