A modo de editorial: A los chavistas y a los “chavistas críticos”

Afirman que son socialistas, pero... son intelectuales o propagandistas de otras causas

Apoyo al presidente Maduro y su postura a favor de los pobres del mundo y de mi país.

 

15/08/25.- Como directora de un medio de comunicación de izquierda (hay muchos disfrazados de lo mismo), esperé que la Fiscalía de la República Bolivariana de Venezuela hablara sobre lo sucedido con Martha Lía Grajales. Demostrar su culpabilidad o inocencia no es mi misión, pero sí lo es informar responsablemente. La frase “según fuentes dignas de todo crédito”, se ha usado demasiadas veces para asesinar la verdad y, con esa frase como bandera, los medios de comunicación de principios de siglo, que en aquella época se autodenominaban “independientes”, tumbaron a Chávez. Supimos al día siguiente, con grandes titulares que ellos mismos redactaron,  que fueron partícipes del golpe.

Dicho esto, quiero mencionar, sin la falsa objetividad periodística como mordaza, mi experiencia estos días en los que estuve “informándome” en algunos medios y redes digitales (que es lo que siempre hago para comprobar qué o quiénes están detrás de ciertas noticias impactantes) y me quedé con cuatro fuentes: Prensa Surgentes, Malú Rengifo, Eduardo Viloria Daboín y Reinaldo Iturriza. Prensa Surgentes es la voz de Martha Lía y Antonio González, quien denunció la situación de su esposa, como “desaparición forzada”.

Malú es una mujer militante y activista de varias causas y oficios: Es feminista, escritora, humorista, artesana, madre, chavista, periodista, defensora de los derechos humanos y sabiamente de izquierda. Ni ella ni Martha Lía, en teoría, tendrían que estar en aceras políticas diferentes, pero parece que lo están. No sé si Martha Lía es artesana, pero se me parece a Malú. A Malú la amo, es mi comadre; a Martha Lía la conozco y le tengo cariño, pero nunca pude entrar al círculo de amistades de esa linda familia que conforma con Antonio González Plessman y su hijo. ¿Cuestión generacional? Lo más seguro.

Viloria Daboín es cineasta, escritor (recién ganó un premio Casa de las Américas) y también sabiamente de izquierda. Pana de Martha y de Antonio. Iturriza es un exministro de Chávez, que se hizo famoso porque al Comandante le llegó un texto de él sobre la polarización política existente en el país. Antes de eso escribía mucho sobre su papá y su afición por el beisbol, en un blog que confieso no sé si aún existe, Saber y Poder. Es escritor, activista, sociólogo y director del Centro de Estudios para la Democracia Socialista, donde convoca semanalmente a cineforos y foros. Por cierto, nunca me ha invitado a uno; tiene su política editorial, como se dice en el mundo de la comunicación. A simple vista, todas son buenas personas. Todos son chavistas pero no todos apoyan a nuestro actual presidente. Hay chavistas que apoyan a Maduro y “chavistas críticos” (categoría que nació aun con Chávez en vida) que no apoyan a Nicolás. En ese apoyo, Rengifo y Viloria Daboin son cercanos entre sí. Son chavistas. Creen en un mundo multipolar, rechazan con demasiadas razones lo que sucede en Gaza y pudieran ser etiquetados como “intelectuales orgánicos”, que muchos confunden con “propagandistas”, y lo dicen como una mácula, como si la Industria Cultural dominante fuera independiente y pura. Como si alguien en un país en “guerra” con el imperio más aterrador y genocida de todos los tiempos, pudiera permitirse caminar sobre una cuerda floja y elegir un día si dispara palabras contra Maduro o contra el Imperio.

El meollo está en dudar. Yo dudo todos los días. Pero también tengo convicciones. Yo no dudo que Nicolás Maduro haya ganado las elecciones de 2024 y mi defensa de los derechos humanos no es selectiva. Iturriza y muchos de los directivos de Surgentes, pueden ser denominados “intelectuales orgánicos”. Defienden derechos humanos de personas detenidas y en su activismo afirman que son socialistas, pero… Maduro no. Maduro es un dictador. Son intelectuales o propagandistas de otras causas. Están en su derecho.

Malú y yo tenemos muy claro el contexto mundial en el cual nos movemos desde hace mucho tiempo. Somos antiimperialistas. Y debo decir que Reinaldo y la gente de Surgentes también saben cuál es el contexto, pero a la hora de las chiquitas parece que lo ignoran. Su accionar llama la atención por ser intelectuales que tienen la capacidad de hacer análisis de coyuntura de la realidad que vive Venezuela en el mundo.

Es importante estar claros en que cada quien ha tomado partido, hace tiempo, y que todos tenemos el mismo derecho. No me voy a sentir mal porque apoyo al presidente Maduro y su postura a favor de los pobres del mundo y de mi país.

En estos días me sentí otra vez en la espiral del silencio en las redes sociales, como me ha pasado en otras coyunturas parecidas a esta. Los amigos de Martha Lía dicen (o insinúan, si así lo prefieren) que estamos en una dictadura. Curiosamente, muchas personas acusaron a Chávez de dictador.

Estos días otra vez las redes sociales mostraron para quién trabajan sus algoritmos. Como ya dije, me aferré a Ciudad CCS y esperé un pronunciamiento oficial. Me toca, por ser parte de su directiva.

Pero no nos caigamos a cuentos. Aquí, en las chiquitas, todos sabemos quién es quién. Ellos dicen que están marcados. Les tengo malas noticias. Todos, todas estamos marcados; yo estoy marcada como chavista, a mucha honra. No sé si otros puedan decir lo mismo ignorando lo que está sucediendo en Gaza. No sé. Las redes y su laberinto están dominados por la extrema derecha mundial, por los supremacistas y por multimillonarios pederastas. Eso es así. Ignorarlo es responsabilidad de cada quien.

Los dueños de las redes sociales saben hace mucho tiempo lo que pienso, al igual que saben cómo piensa el “chavismo crítico”. No se puede fingir demencia con la geopolítica. Y luego se toma una elección, una decisión. Yo tomé la mía en 2002, cuando vi cómo actuaba la ultraderecha en Venezuela. Estamos en lo mismo. El imperio es el mismo. Abrir los ojos no duele. Lo que duele es la conciencia.

MERCEDES CHACÍN / CIUDAD CCS

 

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