Retina | Feudalismo de la tierra a la nube

11/08/2025.- Tecnofeudalismo es el término que Yanis Varoufakis, economista y dirigente popular griego, y el también economista francés Cédric Durand han escogido para designar las características principales del poderío económico del mundo en la actualidad. El primero asegura que no estamos ya en el capitalismo y el segundo sostiene que, a pesar de las novedades, la lógica sigue siendo capitalista, pero más concentrada y desmaterializada.

Control de la infraestructura digital, vigilancia constante y explotación de la atención son algunas de las características impuestas por esta suerte de nuevos señores feudales para quienes la competencia y el “libre mercado” se han hecho obsoletos. Obtienen renta de “la nube”. Controlan datos, atención y acceso. Tienen grandes feudos digitales en los que cobran peaje a quienes quieran hacer negocios en la red. No producen nada, solo obtienen renta de lo que se realice en internet.

No sé si estamos más allá del capitalismo, pero quiero recordar que Marx decía que la principal contradicción del capitalismo era la producción social de la riqueza y la apropiación privada de esta riqueza. Esta condición, independientemente de las nuevas formas de circulación de capitales y mercancías, no ha cambiado.

Es imposible que un cambio económico de tal magnitud, como el descrito por ambos economistas, no tenga un reflejo contundente en la cultura y, por ello, en la política.

Umberto Eco, destacadísimo intelectual italiano, hace ya cincuenta años que nos legó su ensayo La nueva Edad Media ha comenzado ya. Aunque entiendo que el concepto de Edad Media es válido solo para Europa, como lo es también el concepto de feudalismo, quiero recordar que lo descrito por ambas nociones, no siendo iguales, coincidieron en buena parte del mismo período.

Culturalmente hablando, fue una etapa en que solo los integrantes de la élite leían. El pueblo llano era manejado por una desarrollada simbología audiovisual, que alcanzaba sus grados máximos de materialización en las catedrales. Allí se inyectaba el miedo y se alquilaba la esperanza.

Eco nos dice que de nuevo predomina la imagen sobre el texto. El idioma se fragmenta en dialectos con memes y jergas, se establecen nuevas tribus en distintos feudos. Hoy, como en los movimientos milenaristas medievales, crecen las teorías apocalípticas y conspiranoicas. El poder se fragmenta entre corporaciones, ONG e influencers. El debate se vuelve performativo, obsesionado con formas, no con ideas. Crece la nostalgia por un pasado mítico ante la crisis moderna. La pseudociencia rivaliza con la razón. Los espectáculos virales sustituyen al diálogo, como lo hacían las penitencias públicas medievales.

Por supuesto que, dice Eco, no estamos ante una regresión, sino ante un retorno cíclico a estructuras medievales bajo nuevas condiciones tecnológicas y advierte que “la cultura se adapta al caos reviviendo formas arcaicas".

Hace tiempo que sospecho de la probabilidad de que en el futuro la mayor parte de la cultura sea analfabeta. Hoy me parece mucho más probable. Si durante la Edad Media la capacidad de conocer, pensar y decidir fue puesta en manos de los sacerdotes, hoy parece que esas capacidades están destinadas a ser propiedad de la inteligencia artificial, es decir, de los nuevos señores feudales.

En el viejo feudalismo, todo dependía de la propiedad de la tierra. Si hay un nuevo feudalismo, todo dependerá de la propiedad de la nube.

 

Freddy Fernández

@filoyborde

 

 

 

 

 


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