Araña feminista | Feministas socialistas sobre el Decreto N.º 5.153

04/08/2025.- Nosotras, integrantes de diversos movimientos feministas populares como: La Araña Feminista, la Marcha Mundial de Mujeres (Venezuela), Congreso Articulador de Mujeres de Izquierda, Tinta Violeta, Monitores Utopix, Mujeres por los Derechos, Mujeres por la Vida Esencia Feminista, Brigada Feminista Latinoamericana, Escuela de Niñas Libres; ante la promulgación del Decreto N.º 5.153 que declara el “Día Nacional de la Marcha para Jesús” como fecha oficial organizada y promovida por el aparato estatal consideramos que:

Esta decisión es la institucionalización de un credo único como marco simbólico y moral de la República, quebrando el principio de laicidad y abriendo la puerta a políticas públicas orientadas y subordinadas a una moral religiosa.

Hugo Chávez lo dijo con claridad: “No habrá socialismo sin feminismo”. Y un feminismo socialista auténtico no puede existir sin un Estado laico. La laicidad es la única garantía de que la diversidad religiosa, espiritual y la no-creencia convivan en igualdad y equidad. Sin ella, las decisiones colectivas dejan de responder a las necesidades del pueblo y pasan a obedecer dogmas que históricamente han limitado la libertad y los derechos de mujeres, diversidades y mayorías populares. Un Estado que se subordina ante un credo traiciona la promesa de un feminismo socialista para todas, todos y todes.

En la historia de América Latina, las alianzas entre Estado y religión han significado: control de los cuerpos de las mujeres para garantizar su función reproductiva como “misión sagrada”, negando el derecho a decidir. Moralización de la pobreza, culpando a las personas de su condición en lugar de garantizar justicia social y redistribución de la riqueza. Censura y estigmatización de la educación integral de la sexualidad, perpetuando la ignorancia funcional al patriarcado, al capital y al coloniaje. Persecución o marginación de disidencias sexuales, de género y de pensamiento político. Marginación de las espiritualidades ancestrales, así como la estigmatización de las mismas y la persecución de sus creyentes.

Asimismo, en nombre de Dios, se justifican los crímenes más atroces y crueles contra poblaciones y pueblos enteros. La historia lo demuestra y el contexto actual es evidencia de ello. Frente al genocidio del pueblo Palestino, cometido por el Estado terrorista de Israel y sus aliados occidentales, los grupos religiosos fundamentalistas avalan y justifican el asesinato de mujeres, de infancias, de población adulta mayor, jóvenes y de otros seres sintientes no humanos, a quienes se les niega el derecho al cuidado y a cuidar, a la alimentación, al agua, a la tierra, a la salud, a la educación, a la cultura, a la fe, a la paz, a la dignidad; o sea, el derecho a la vida, a la existencia misma. Las religiones no son neutrales, toda ideología es política y tiene un impacto profundo en la vida de las personas y los pueblos.

La laicidad no es indiferencia ante la fe: es la garantía de que las decisiones colectivas se tomen con base en derechos y justicia social, no en órdenes de una jerarquía religiosa. Por eso, exigimos la derogación inmediata del decreto y la reafirmación pública del carácter laico del Estado venezolano.

Un Estado socialista y feminista no se subordina, se mantiene de pie, junto a su pueblo diverso, para garantizar cuidados, pan, tierra, libertad y dignidad para todas las personas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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